Lo suyo está visto que, por desgracia, es esperar. Rafael Ricardi Robles, el portuense víctima de uno de los más dramáticos errores judiciales habidos en este país, que le ha mantenido en prisión cerca de 13 años por una violación que no cometió, aguarda a que el Gobierno le indemnice, desde hace ya casi dos años, y aguarda en una lista de espera a que el Ayuntamiento de su ciudad natal le conceda una vivienda.

Él, sin ingreso alguno, agotado el paro carcelario y sin que le hayan reintegrado la pensión que percibía antes de ser enviado a prisión, por un accidente que de joven le dejó dañada la columna vertebral, lo ha dicho varias veces: "Yo me conformo con que me den una casita y poco más".

No parece que su deseo, que, más que eso, es una necesidad imperiosa, se vaya a cumplir a corto plazo. Porque desde el Ayuntamiento de El Puerto informaron ayer a este diario que permanece en lista de espera, aunque, matizaron, "tiene una puntuación alta". También desde el Ayuntamiento portuense aseguraron que, cada vez que él ha acudido a Bienestar Social para requerir ayuda, "se le ha atendido". Aunque dejaron claro que hasta la fecha Ricardi no ha pedido nunca que se le abone el alquiler de la casa que habita, una medida que se suele adoptar con personas con escasos o nulos recursos mientras esperan que les sean concedida una vivienda social.

Desde el Ayuntamiento no supieron precisar si ya el alcalde, el popular Enrique Moresco, ha recibido la carta que el secretario del portavoz de IU en el Congreso, Gaspar Llamazares, le ha remitido solicitándole que le preste la ayuda posible a Ricardi, mientras espera respuesta a la reclamación patrimonial interpuesta al Gobierno requiriendo una indemnización por los cerca de 13 años recluido en la prisión por un delito que no cometió.

La abogada del portuense, Antonia Alba, mientras espera ser recibida por algún representante del PSOE, partido al que también ha requerido su mediación en el asunto (también al PP, aunque siguen sin contestar), ya se ha puesto manos a la obra para solicitar igualmente apoyo al Defensor del Pueblo, al que va a remitir un completo dossier con la dramática historia de Ricardi. Pero el tiempo sigue corriendo y nadie mueve ficha para hacer Justicia con el portuense.