Solidaridad

La iglesia de San José Obrero expresa su apoyo a la comunidad ucraniana de El Puerto

  • El colectivo pacifista Elaia-AA.Moc emite un comunicado en el que se opone a la guerra y pide que los países acojan a los objetores de conciencia y a los desertores 

La marcha por la paz y contra la guerra en Ucrania convocada el pasado domingo en Madrid.

La marcha por la paz y contra la guerra en Ucrania convocada el pasado domingo en Madrid. / Fernando Alvarado

La Comunidad Cristiana de la Parroquia de San José Obrero de El Puerto de Santa María, ha emitido un comunicado "ante los recientes acontecimientos relativos a la invasión de la República de Ucrania por el ejército de la Federación de Rusia", y ha manifestado públicamente su rechazo a este hecho "y el apoyo y solidaridad al pueblo ucraniano en general y, especialmente, a la comunidad de ciudadanos de dicha nación que conviven entre nosotras y que padecen, además del miedo de las consecuencias de una guerra, la incertidumbre que provoca la distancia con su tierra, sus familiares y sus amigos".

De la misma forma, han querido también enviar su apoyo "a los ciudadanos rusos que en estos días se oponen a la guerra, manifestándose en contra de ella en su país".

También, ante el desproporcionado uso de la violencia frente al diálogo, recuerdan las palabras del Papa Francisco ofrecida en la Jornada Mundial por la Paz del año 2017: “Que la no violencia se trasforme, desde el nivel local y cotidiano hasta el orden mundial, en el estilo característico de nuestras decisiones, de nuestras relaciones, de nuestras acciones y de la política en todas sus formas”.

Por su parte, el colectivo de no violencia Elaia AA.Moc en un escrito titulado 'Nunca la guerra', expone también su opinión "ante los acontecimientos de la guerra abierta en Ucrania, iniciada por el ejército ruso por orden de Vladimir Putin", en la que pacifistas y antimilitaristas exponen su opinión desde la perspectivas de la no violencia.

El colectivo afirma que la guerra "es la mayor de las atrocidades de la especie humana", y que sus consecuencias "son devastadora para las personas, para el medio ambiente, para las libertades, la organización de las sociedades humanas y la economía". 

Elaia AA.Moc afirma que en esta ocasión "es una guerra ofensiva hacia un estado para controlar su territorio y posiblemente instaurar un poder cercano a Moscú y a las ansias imperialistas de Putin. Pero también se ha visto una escalada armamentista de la OTAN en los países fronterizos que no ha hecho más que avivar el fuego y generar más tensión a la situación".

"La disuasión, largamente estudiada y puesta en práctica por el militarismo clásico, tampoco ha servido; la movilización de tropas y armamento en las fronteras de países pertenecientes a la OTAN tampoco ha dado resultado. No obstante, una guerra abierta con Rusia en estos momentos podría tener unas consecuencias incalculables no solo para la población sino para todo el planeta; existe el peligro que en estos días se haga uso de armas nucleares", añade.

Tras denunciar el militarismo y y afirmar que "sigue siendo un lastre y un gasto de billones de dólares que se detraen de otras necesidades como la salud , la educación o los servicios sociales", rechazan la "cultura de guerra y de violencia, la confrontación armada en vez de la cooperación. En este contexto, advierten que mientras la UE y la OTAN debaten para seguir aumentando el gasto militar, el colectivo pacifista aboga "por la reducción de las inversiones en armamento y en comercio de armas, en favor de proyectos de cooperación al desarrollo y autogestión de los territorios, lo que se ha convertido en una necesidad prioritaria".

El colectivo se solidariza "con la población civil de la Ucrania invadida y comprendemos sus iniciativas de resistencia. Desde la perspectiva de la no violencia, es necesario resistir, pero no reclutando para empuñar armas. En muchos momentos de la historia, personas, colectivos y pueblos enteros han respondido a la violencia con otro tipo de arsenal, como la no colaboración, la desobediencia civil, el boicot o la huelga… Fuerzas de paz bien organizadas pueden repeler las imposiciones de un gobierno no elegido. Ese fue el modelo de Gandhi", subraya el movimiento contra la violencia, que a su vez hace una llamada "a no participar en ningún ejército mediante la objeción de conciencia, la deserción y la renuncia a empuñar las armas".

Y pide apoyo "para los objetores de conciencia y los desertores, sean de la nación o del ejército que sean; hacemos un llamamiento a todos los países e instituciones para que sean acogidos". Finalmente, también abogan "por la salida de España de la OTAN y por no seguir las políticas belicistas norteamericanas, así como una reestructuración de la ONU, pues con su organización actual con el derecho de veto de las grandes potencias se ve atada de manos para actuar en estas y otras circunstancias, como estamos comprobando".

   

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