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Tradición familiar y modernización, claves para la supervivencia de una explotación

  • Manuel Piñero, asociado de ASAJA Cádiz, recogió el testigo de su familia y hoy en su finca de Nueva Jarilla, sus 225 vacas producen un millón de litros de leche al año, aunando sostenibilidad y el mimo de antaño con el uso de moderna maquinaria

Tradición familiar  y modernización, claves para la supervivencia de una  explotación

Tradición familiar y modernización, claves para la supervivencia de una explotación

Manuel Piñero lleva 22 años como agricultor y ganadero. Con 17 años ya estaba dado de alta para poder dedicarse a lo que siempre hizo su familia. Las instalaciones en las que desarrolla hoy su actividad están ubicadas en una parcela de Majarazotanillo, cerca de Nueva Jarilla, en Jerez de la Frontera. Se trata de una zona de tierras de regadío en la que la mayoría de la gente se dedica a la agricultura extensiva. Toda la tradición familiar paterna le viene de la localidad de Espera. Cuando su padre era un niño, le concedieron una parcela en Nueva Jarilla, por lo que la familia entera, con nueve hijos, se mudó. “Comenzaron trabajando la tierra, pero poco después se hicieron con unas 8 o 10 vacas que pastaban por los alrededores”. Por aquel entonces, era su padre el encargado de ordeñarlas a mano y llevar la leche en bici a la Cooperativa ‘La Merced’, situada en la actual Avenida de Europa. Años más tarde “mi padre y uno de mis tíos siguieron con el negocio”. En 1998, su padre, ya en solitario, montó la primera sala de ordeño, con la que podían ordeñarse cuatro vacas al mismo tiempo, y ese mismo año, cuando tenía apenas 16 años, Manuel Piñero se fue a Francia “a comprar vacas por encargo de mi padre, lo que sin duda supuso una gran experiencia para mí”.Manuel conoce el negocio lechero desde abajo, “considero que he tenido mucha suerte porque he aprendido mi oficio prácticamente sin darme cuenta gracias a que vivíamos en la misma finca en la que mi padre tenía la explotación”. Manuel nos cuenta que desde que era un niño ha ayudado a su familia en el negocio, aunque no cabe duda, señala “que la explotación ha sufrido numerosos cambios desde sus inicios hasta ahora”. La sala de ordeño actual tiene capacidad para 8 reses y además usan maquinaria específica que les facilita trabajo diario.

Explotación de Manuel Piñero. Explotación de Manuel Piñero.

Explotación de Manuel Piñero.

En estos momentos “somos tres trabajadores y, además, contamos con el asesoramiento y la inestimable ayuda de mi padre, que tiene tras sus espaldas una larga trayectoria en el sector, por lo que representa una fuente de conocimientos de valor incalculable”. Además de la actividad ganadera, tienen una parte de tierra de labor en regadío en la que suelen sembrar forraje y maíz que ensilan, “intentamos sacarle el máximo partido obteniendo dos cultivos anuales que destinamos en su totalidad a la alimentación del ganado”.Ordeñan en dos turnos en intervalos de doce horas. “Mi jornada laboral comienza a las cinco y media de la mañana, cuando empezamos a preparar las instalaciones para el primer ordeño”. Después se ocupan de las labores de mantenimiento de instalaciones y maquinaria, sin olvidar las gestiones relacionadas con los proveedores. Ya por la tarde, preparan la comida para las reses y realizan el segundo ordeño del día. “Antes de concluir la jornada, limpiamos y desinfectamos todos los instrumentos, de forma que todo quede listo para el día siguiente”. También, deben atender los partos a la hora que tengan lugar, y según la época del año es necesario dedicar más o menos tiempo a la agricultura, “en época de riego nuestra jornada se amplía con frecuencia hasta las doce de la noche”. Con muchas metas en mente, teniendo como base la mejora de la calidad de la leche, sigue su incansable trabajo en pro de mejorar aún más el bienestar animal que considera “repercute directamente en la calidad de los productos obtenidos”.Cuando les preguntamos cómo ha afectado el Covid-19, nos contesta que “lo hemos notado en el aprovisionamiento de materias primas, pues estamos sufriendo recortes en los suministros debido a la escasez de estos, y también la consecuente subida de precios que esto conlleva. Sin embargo, el precio de la leche se mantiene constante desde hace muchos años, incluso sufriendo alguna bajada y más exigencias en cuanto a calidades, que, si no son cumplidas, acarrean penalizaciones”.Desde ASAJA Cádiz damos la enhorabuena a Manuel Piñero y familia, por su incansable labor al frente de su explotación de vacuno de leche, de las que desgraciadamente ya quedan muy pocas en la provincia.