Cuando sopla el Levante, la provincia se vuelve loca. Entre arena volando y pelos revueltos al aire, los gaditanos pasan con resignación los días en los que el viento sopla con fuerza. Ya están acostumbrados. Es un elemento climático, al igual que el calor o las precipitaciones, que la provincia entera afronta con normalidad, día tras día.

Mientras que en Tarifa, zona en la que se practica una gran variedad de deportes de vela, estos días suponen unos buenos ingresos económicos, para muchos otros puntos de la provincia el viento de Levante se traduce en terrazas vacías y cuantiosas pérdidas económicas. "Lo llegamos a saber, y es que ni siquiera venimos", explica Ramón Martínez, un jubilado de Huelva que ha venido a Cádiz a pasar unos días con su mujer.

Y es que hay que tener en cuenta que para muchos turistas, las fuertes rachas y velocidades que alcanza el viento en esta zona, son todo un espectáculo que nunca habían presenciado.

El mismo ejemplo se puede aplicar a la familia Gutiérrez Leal. En este caso, sus cuatro miembros se han visto obligados a permanecer la mayor parte de sus vacaciones en el piso que habían alquilado en la zona de Valdelagrana, en El Puerto. "Llevamos encerrados en el apartamento desde el sábado, el día que llegamos", explica José Francisco, el padre de familia. "Hemos intentado varias veces bajar a la playa o sentarnos en el chiringuito, pero es que era imposible. Comíamos arena". Tanto Ramón como esta familia sólo son dos ejemplos de los muchos turistas que se han visto igual que ellos afectados.

Por su parte, el sector hostelero lamenta las pérdidas económicas, ya que este año se ha alcanzado "la mitad de los beneficios que se ganaron el año pasado en la misma quincena". "El salón interior sí se ha llenado", explica Eduardo Vélez, gerente del restaurante La Fondue. "Nosotros normalmente preparamos las mesas de la terraza como las del interior, con el mantel, los platos... pero llevamos una semana que no hemos podido siquiera poner las mesas", explica el gerente de este restaurante situado en el paseo marítimo de Cádiz. Igual opina Miguel Ángel Sánchez, dueño del bar Potito, situado a pocos metros del anterior: "Se ha notado muchísimo que este año ha bajado la cosa en relación al año pasado. Incluso yo personalmente he escuchado a muchos turistas decir que ya no volverían más", explica Sánchez.

Ya se sabe que cuando el Levante sopla, ¡sopla de verdad!... y se deja notar en toda la provincia. Francisco Javier Serrano, desde el restaurante La Brisa, situado en Costa Ballena, tampoco ha tenido movimiento alguno en la terraza de su establecimiento. "En esta primera quincena, el Levante ha afectado mucho. Había días que la playa estaba totalmente vacía. La gente no ha salido", explica el dueño de este restaurante cuya terraza se encuentra a pie de playa.

Otro tipo de negocio que también ha sufrido las consecuencias del Levante han sido los establecimientos veraniegos por excelencia: los chiringuitos. En Cádiz, en plena playa de La Victoria, se encuentra el Mojito Azul. "Había clientes que intentaban sentarse, pero es que no se podía. Era imposible", explica una de sus empleadas.

En el chiringuito Las Dunas, situado en la playa de La Costilla en Rota, comparten la misma opinión. "No hemos tenido público", explica Felipe, el encargado del negocio. "Nadie ha bajado a la playa. Como solución se ha intentado poner cortavientos que permitiesen estar más resguardados, pero aún así ha sido imposible".

Desde pequeños grupos de amigos que han venido dispuestos a disfrutar de la playa, hasta familias enteras que disponen de una segunda vivienda a pie de playa, se han visto obligados a marcharse tras ver la fuerza con la que soplaba el viento en toda la provincia. De esta forma, en un primer momento, se observa cómo el turismo que más se ha visto afectado ha sido un tipo de turismo barato y familiar, ya que por su parte los hoteles dicen no haber notado descenso en sus reservas.

"Esta última semana hemos registrado un gran número de reservas debido al concierto de Alejandro Sanz que tuvo lugar el pasado sábado", explica Noelia Martínez, directora del Hotel Spa Cádiz, "pero normalmente, el Levante no ha influido en la llegada de turistas". A todo ello Noelia Martínez añade que "en Cádiz hay muchas opciones más aparte de la playa, por lo que los turistas tienen un gran abanico de posibilidades que no se ven afectadas por el fuerte viento".

Por su parte, Sophie de Clerck, directora del Hotel Duque de Nájera y del Hotel Playa de la Luz, ambos en Rota, afirma no haber recibido ningún tipo de cancelaciones. "Es cierto que los clientes que no están acostumbrados se asombran, pero el hotel cuenta con zonas resguardadas donde no se ha notado nada" afirma. "Asimismo, los clientes que se alojan en ambos hoteles normalmente prefieren quedarse en el interior y disfrutar de las instalaciones en vez de salir a la ciudad a cenar, por ejemplo".

A pesar de todos los contratiempos, parece que a la cosa ya le queda poco. Según la predicción que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) mantiene en su página web (www.aemet.es) hoy miércoles todo volverá a la normalidad. Ahora tan sólo habrá que tener cuidado con la subida de las temperaturas máximas, que alcanzarán los 39 grados en el interior de la provincia. Pero en cuanto a eso, en la costa no hay de que preocuparse. Quizás ya vaya siendo hora de menos viento y de más playa.