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La Audiencia de Cádiz condena a El Perniles a 41 años de prisión

  • La sentencia, que establece un máximo de 30 años para el cumplimiento de la pena, recoge que el acusado asesinó a un joven en Medina tras seccionarle el pecho con un machete de grandes dimensiones

El Perniles durante la celebración del juicio.

El Perniles durante la celebración del juicio. / Lourdes de Vicente

La Audiencia de Cádiz ha condenado a El Perniles a 41 años de prisión por asesinar a un joven de 25 años tras seccionarle el pecho con un machete de grandes dimensiones en las inmediaciones de una discoteca en Medina e intentar matar a dos amigos de la víctima con el mismo arma en enero de 2018. No obstante, la sentencia estable en 30 años de cárcel el máximo de cumplimiento efectivo de la condena. 

La resolución judicial, dictada a partir del veredicto de culpabilidad emitido por un jurado a mediados de este mes de noviembre, impone a El Perniles las penas solicitadas por la Fiscalía por un delito de asesinato (23 años) y dos delitos de homicidio intentado en los que concurre la agravante de abuso de superioridad (9 años por cada uno).

Tal y como recoge la sentencia, el tribunal popular no contempló en su veredicto que el acusado sufriese un trastorno de personalidad por su elevado consumo de alcohol y drogas a la fecha de los hechos. El jurado descartó por tanto esta eximente planteada por la defensa del procesado durante la celebración del juicio.

El dictamen judicial expone como hechos probados que el 7 de enero de 2018, sobre las dos de la madrugada, El Perniles circulaba a bordo de su vehículo marca Volkswagen Golf por las inmediaciones de una discoteca, sita en la calle Italia de Medina, cuando se acercó a otro coche marca Opel Astra en el que se encontraban tres chicos: Joaquín, Abraham y Eloy.

El procesado bajó de su coche, se dirigió al grupo de amigos y en un elevado tono de agresividad les dijo que no eran del pueblo y que se fueran para Sanlúcar. "Alzó la voz en tono provocativo y les gritó: sois unos mierdas, iros a Sanlúcar", precisa la sentencia. 

Ante ello, Abraham se acercó al acusado y le dio dos golpes en la cara a fin de que los dejase tranquilos. Acto seguido, Joaquín y Eloy intervinieron para evitar que la cosa fuese a más. En ese momento, El Perniles se subió de nuevo a su vehículo y se marchó.

A los pocos minutos, prosigue la resolución judicial, el ahora condenado regresó al mismo lugar y, "con intención de acabar con la vida de Joaquín, Abraham y Eloy", se apeó de su coche con un machete de grandes dimensiones. El arma tenía una empuñadura de 20 centímetros y una hoja de acero de 45 centímetros de largo y 6 centímetros en su parte más ancha. 

El procesado se dirigió entonces hacia el grupo de jóvenes, esgrimió en alto el machete y gritó "soy El Perniles de Barbate, os tengo que matar a todos". 

Joaquín, que se encontraba más próximo al lugar donde estacionó el encausado su coche, "no tuvo tiempo de reaccionar, dado lo sorpresivo del ataque". Por ello, El Perniles "lo alcanzó sin dificultad, frente por frente, y le asestó un brutal e intenso machetazo en sentido horizontal, de derecha a izquierda, a la altura del pecho". 

Según concreta la sentencia, momentos antes de sufrir este ataque, Joaquín estaba de espaldas al acusado, de manera que la agresión se produjo "nada más volverse Joaquín hacia él". En el transcurso del ataque, la víctima "vio anuladas absolutamente sus posibilidades de defensa, reacción o huida". Tanto es así que su cuerpo "no presentaba heridas defensivas".

El machetazo fue tal magnitud y virulencia que El Perniles le seccionó al joven completamente la musculatura pectoral de un extremo a otro del tórax (21 centímetros aproximadamente). Asimismo, le seccionó el tercer y cuarto costal anterior derecho y el segundo y tercer arco costal anterior izquierdo, junto con la sección completa transversal del esternón, lo que le provocó derrames hemáticos a ambos lados (hemotórax). Finalmente, llegó a penetrarle el machete en el lóbulo medio del pulmón derecho. "Joaquín cayó fulminado de rodillas al suelo", explica la resolución judicial.

A continuación, El Perniles fue a buscar rápidamente a su segundo objetivo, Eloy, al mismo tiempo que repetía una y otra vez "soy El Perniles de Barbate, os tengo que matar". Eloy comenzó a correr alrededor de un vehículo mientras el procesado lo perseguía con el machete. En un momento determinado, El Perniles asestó un golpe de arriba a abajo hacia la cabeza de Eloy, quien justo en dicho instante resbaló o se tropezó y cayó, de forma que el encausado dio con el machete en el suelo "cerca" de donde había caído el chaval, con tal fuerza "que saltaron chispas" del cuchillo. "Eloy, que se percató del arma que portaba el agresor a pesar de lo rápido de sus ataques, pudo salvar su vida".

El Perniles se fue entonces hacia su último objetivo, Abraham, quien entre tanto pudo hacerse con un gato hidráulico del interior del Opel Astra. Así, Abraham lanzó el gato contra el procesado y le alcanzó en el hombro izquierdo. El Perniles, lejos de detenerse, se colocó frente al joven y alzó de nuevo el machete para asestarle dos golpes dirigidos a la cabeza. Abraham se cubrió con ambos brazos e impidió que el acusado le clavase el machete en la parte superior de su cuerpo, si bien le provocó profundos cortes en los brazos. El Perniles le seccionó completamente la arteria radial de la cara anterior del antebrazo derecho.

Tras ello, y ante los gritos de las personas que había en el lugar, El Perniles se montó en su coche y huyó a toda velocidad.

Eloy recogió a sus amigos gravemente heridos y los subió a su vehículo para trasladarlos al ambulatorio de la localidad, donde recibieron una primera asistencia médica. No obstante, dado el peligro y el alcance de las heridas, los perjudicados fueron trasladados urgentemente al Hospital de Puerto Real.

Los facultativos no pudieron hacer nada para salvar la vida de Joaquín, que sufrió un importante derrame sanguíneo externo a nivel muscular, óseo y de pulmón que dio lugar a un shock hipovolémico posthemorrágico. Murió a las seis de la mañana de ese 7 de enero.

A la hora de determinar la condena, la Audiencia ha tenido en cuenta “la banalidad de la motivación criminal” del acusado y “la enorme energía criminal desplegada”, lo que se pone de manifiesto por las dimensiones del arma empleada, “toda vez que no se trató de una navaja ni de un machete corriente, sino de un arma que por sus características sirvió de efecto multiplicador del potencial riesgo lesivo que de por sí es inherente a cualquier instrumento peligroso”.
Además, a todo ello se suma que, en el acto de la vista oral, el condenado “no realizó ademán alguno ni comportamiento espontáneo, más allá de un calculado derecho de última palabra, que haya evidenciado un mínimo de empatía sincera” hacia su víctima ni hacia su familia, “habiendo mostrado durante el desarrollo del juicio una actitud fría, distante, cuando no indolente”.

Además de la pena privativa de libertad, la Audiencia de Cádiz impone a El Perniles el pago de una indemnización de 160.000 euros a favor de la familia de la víctima mortal; de 26.000 euros a favor de Abraham; y de 1.000 euros a favor de Eloy.

Asimismo, el fallo de la sentencia prorroga la prisión preventiva de El Perniles hasta la mitad de la pena impuesta, esto es, hasta el 7 de enero de 2033.

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