La tendencia de los militares y personal estadounidense destinado en la Base Naval de Rota es formar su nuevo hogar fuera de las instalaciones militares. Es algo que han manifestado en varias ocasiones las autoridades españolas y norteamericanas en los últimos dos años, coincidiendo con la llegada de los cuatro destructores del escudo antimisiles. Su despliegue, completado en septiembre del pasado año, 2015, suponía el traslado de unos 2.100 norteamericanos a Rota -según apuntó en su momento Greg S. Pekari, comandante de las actividades navales de EEUU en España-, y por consiguiente se esperaban cientos de nuevos alquileres de viviendas en las localidades que colindan con la Base.

Los últimos datos aportados por fuentes de la Armada, cifran en más de 550 las casas arrendadas en la zona sólo por familias norteamericanas que han llegado a Rota provenientes de esos cuatro barcos que forman el escudo antimisiles, del despliegue de las fuerzas navales. Es decir, que son nuevos contratos que se han firmado desde 2014 hasta ahora, desde que llegó el Donald Cook, el primero de los destructores.

Las mismas fuentes indicaron que, en total, los alquileres de norteamericanos en Rota y El Puerto principalmente (aunque también en municipios como Chipiona o Sanlúcar), se acercan actualmente a los dos millares, más de 1.900 exactamente según las cifras facilitadas a este periódico.

Los números coinciden. En un reportaje con el Housing en verano de 2014, el departamento encargado de las gesiones para el alojamiento de los militares de EEUU en la Base contaba entonces alrededor de 1.400 arrendamientos, a los que se han sumado algo más de 500 desde entonces, Sólo en Rota, esta vez según los datos que tiene el Ayuntamiento, hasta el pasado marzo contabilizaba 953 viviendas arrendadas en la localidad y 868 en El Puerto. En total suman 1.830, a las que se unirían las decenas repartidas entre otros municipios cercanos.

"En realidad tenemos una disponibilidad de viviendas limitadas dentro de la Base, lo cual significa que muchas de estas familias deberán vivir en localidades colidantes", apuntaba Pekari tras la llegada del primer buque en verano de 2014. En los últimos tiempos no se han construido viviendas dentro de la Base Naval ni está previsto que se construya y gran parte del personalse decanta por vivir fuera. Aún así es decisión personal optar por una y otra opción, con idea de que la adaptación al nuevo destino sea lo menos traumática posible.

Según explicaron en su día desde el Housing, los militares casados destinados en Rota tienen la opción de vivir dentro o fuera del recinto militar y deben pasan por ese departamento que, como haría una inmobiliaria, recoge sus sugerencias y prioridades y organiza visitas a las propiedades. Para poder alquilar una casa a los norteamericanos, los propietarios deben presentar su solicitud al Housing, que hace una serie de gestiones, con una visita de rigor, para incluirlas. Sólo desde Welcome to Rota, la oficina municipal del Ayuntamiento, se han tramitado 237 expedientes de propietarios roteños para registrarlos. Todas los militares reciben una cantidad, a parte del sueldo, para su alojamiento.