Foro Pyme de Cádiz

"El cementerio de empresas está repleto de grandes historias de éxito"

He aquí la historia no de un mal gestor, sino de un pésimo gestor. A los 15 años trabajaba de botones y, "por casualidad", en 1998, fundó una empresa. Se convirtió en eso que llamamos ahora un emprendedor. La empresa era de consultoría informática en los años de la burbuja del punto.com, cuando las multinacionales pagaban por ese sector lo que no valía. Una multinacional le compró y firmó un contrato por el cual sería director general de la firma. A los tres años le despidieron. "Así que monté una empresa de consultoría estratégica, que no sabía lo que era, pero me rodeé de gente que sí lo sabía". Éxito. Y Marcos Urarte, que es de quien hablamos, factótum del Grupo Pharos, dio un paso al lado. Y ahí este conferenciante que se ha convertido en gurú de la competititividad ofreció la primera de sus enseñanzas: "Uno tiene que saber lo que sabe hacer, pero sobre todo tiene que saber lo que no sabe hacer. Yo soy bueno para hacer crecer rápidamente una empresa, pero cuando alcanza una velocidad de crucero me aburro, cometo errores y la haré caer a más velocidad de la que la hice crecer".

La conferencia de Urarte en el Foro Pyme arrancó carcajadas con ejemplos prácticos y con una forma de comunicar que daba la vuelta a creencias obsoletas sobre lo que es una empresa de éxito. Por ejemplo, ¿es Apple una empresa de éxito? Sin duda: gana muchos millones. Y Urarte no cree en Apple. La teoría del creador de Pharos es que si una empresa sólo mira la cuenta de resultados para saber si va bien o va mal está cometiendo un grave error porque cuando la cuenta de resultados empiece a ir mal ya estará herida de muerte. Ya será tarde. Apple, como decimos, tiene beneficios, pero hay negros indicios: los talentos que salen de las grandes universidades ya no tienen a Apple como primera preferencia, prefieren a otras; ha dejado de ser la marca más valorada -ahora es Google-; y, por último, su gran cerebro, el diseñador jefe, ha cogido sus bártulos y se ha marchado de la compañía. Apple no tiene buena cara, aunque Apple no lo sepa.

Para Urarte, las empresas, como cualquier ser humano, tienen patologías. Pueden ser más o menos graves y eso genera incertidumbres. "La única forma de curar una empresa es diagnosticarla. El diagnóstico perfecto es la autopsia, pero eso ya no sirve de nada. El cementerio de empresas está lleno de empresas exitosas que no han querido diagnosticar a tiempo su patología. Ahora sabemos que Kodak, con 145.000 trabajadores y un 65% del mercado murió por una tecnología que ellos habían desarrollado, la tecnología digital, pero no supo ver los cambios que se estaban produciendo en el mercado. Murió de autocomplacencia".

La autocomplacencia es el gran peligro para una empresa, pero también el inmovilismo. Para Urarte, no hay dicho más insano para una empresa que ese que asegura que "más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer. Una empresa tiene que estar cuestionándose continuamente porque es lo que están haciendo con ella los clientes y la competencia". Es una ley de vida, también una ley de la jungla. Motorola fue derribada por Nokia; Nokia por Blackberry; y ahora nadie da un duro por Blackberry. No supieron transformarse a tiempo y el tiempo las arrolló. Más valía lo malo conocido... "Son empresas que se refugiaron en su liderazgo, pensaron que nadie podía cuestionarlas, pero los liderazgos siempre se cuestionan".

Entre las perlas de Urarte, una última llena de ingenio: "Si una organización camina en la dirección errónea, lo último que tiene que hacer es ser más eficaz. Porque ser más eficaz en la dirección errónea te precipitará antes al abismo". Vale para la empresa y para casi cualquier cosa.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios