El Puerto / El Estado del Cementerio Municipal

El cementerio de El Puerto enciende la luz roja por el deterioro y la falta de mantenimiento

  • Visitantes habituales del camposanto portuense denuncian la imagen de abandono de este equipamiento municipal    

La mayor parte de la población sólo visita el Cementerio Municipal cuando se acerca la Festividad de los Difuntos. El culto a los antepasados, característico del mundo romano, pasó al baúl de los recuerdos con la llegada de otras costumbres ajenas a las tradiciones latinas. Pero hay todavía personas que acuden diariamente al camposanto a visitar a sus parientes y seres queridos. Un hijo que murió de forma prematura, un marido a quien la salud no le acompañó, familiares y personas a quienes recuerdan y veneran, que viven en la memoria aunque ya no residan entre las paredes de la misma casa, sino en esa otra ciudad de los ausentes, que de alguna forma es un reflejo de la ciudad histórica de los vivos.

En El Puerto de Santa María, el estado en que se encuentra el cementerio se asemeja bastante al de su propio casco histórico. El deterioro, la falta de mantenimiento, falta de limpieza, la vegetación descuidada y anárquica, oquedades en los pasillos de cemento, sepulturas deterioradas con losas y mármoles caídos, cuarteladas que amenazan con desmoronarse, ofrecen una imagen de abandono que debería hacer saltar las alarmas. 

Las cuarteladas con los nichos vacíos sin tabicar, algunas casi en estado ruinoso. Las cuarteladas con los nichos vacíos sin tabicar, algunas casi en estado ruinoso.

Las cuarteladas con los nichos vacíos sin tabicar, algunas casi en estado ruinoso. / Andrés Mora Perles

Luisa, Milagros y Carmen acuden con frecuencia a visitar la tumba donde descansan sus familiares. Se sientan en unas sillas frente al nicho y conversan entre ellas. Todavía van vestidas de negro, ya que mantienen la tradición del luto. "Da pena ver cómo está todo esto", se quejan señalando con un gesto a su alrededor. Al lado de la tumba, en otros nichos vacíos, se acopian ladrillos, sacos de cemento y hasta una hormigonera junto a ellos. Pero protestan sobre todo por la suciedad: "Nuestra queja es que no hay limpieza", aclaran. "Está todo muy abandonado y sucio. Nos cobran un dineral por tener a nuestros difuntos, pero el cementerio está muy dejado. Si queremos que esto esté limpio tenemos que coger escoba y recogedor y barrerlo nosotras. Este cementerio ha estado siempre sucio, pero ahora está mucho peor. Esto es un sitio santo, pero no hay limpieza y está algo mejor porque las familias limpian", lamentan.  

Y es que el servicio de limpieza se queda corto para un cementerio de las dimensiones que tiene el de El Puerto, con cuatro patios y muchos pasillos entre los enterramientos, y se limita según afirman a una persona dos horas al día, de lunes a sábado.

Labores de limpieza en el camposanto. Labores de limpieza en el camposanto.

Labores de limpieza en el camposanto. / Andrés Mora Perles

La actividad en las semanas previas a la Festividad de los Fieles Difuntos es mayor que en otras épocas del año. Sin embargo, junto a la puerta de entrada principal hay lápidas que esperan para ser instaladas, y lo que es mucho más llamativo, muchas tumbas en todo el camposanto tienen trozos caídos, azulejos y losas de mármol que se han desprendido con el paso del tiempo y no se reparan. Tampoco los servicios y cuartos de baño están en buen estado y algunas de sus puertas no se pueden cerrar, haciendo difícil la privacidad.

Los meses de confinamiento agravaron la situación, ya que tan sólo se atendieron los servicios esenciales para enterrar a los difuntos, pero el verano pasó sin que se hayan realizado las gestiones para la reparación de los desperfectos, arreglos que si bien algunos deben ser tramitados por los dueños de los enterramientos, tampoco se debería descartar realizarlos de manera subsidiaria por el Ayuntamiento. "Hay mucho trabajo por hacer y el Ayuntamiento debería meter más trabajadores y trabajadoras para realizarlos", opinan algunos usuarios, para quienes el personal de plantilla (albañiles y enterradores) es escaso.

Los portuenses acuden en estos días a adecentar las tumbas de su seres queridos. Los portuenses acuden en estos días a adecentar las tumbas de su seres queridos.

Los portuenses acuden en estos días a adecentar las tumbas de su seres queridos. / Andrés Mora Perles

Otra visitante habitual del cementerio, Lola, de 60 años, que acude una vez a la semana a cuidar el exterior de la tumba de sus familiares en el último patio, opina que se podría aprovechar alguno de los programas de empleo para contratar personal extra que realice los arreglos. "El cementerio lo veo un desastre. Llevo muchos años viniendo y me da mucha pena", señala. 

No obstante, en su caso ella opina también que existe un problema con el arbolado, que desprende mucha suciedad y hojarasca. "Los árboles son problemáticos, porque llueve y desprenden suciedad. Pero también hay que cuidar los nichos vacíos, tabicarlos y pintarlos de blanco, porque da muy mala imagen. Hay pueblos como el de Rota que tienen muy bien su cementerio, todo asfaltado y todo cuidado".

Pero la situación del Cementerio de El Puerto ha ido empeorando en los últimos años y más aún con la pandemia: "Esto va hacia atrás, antes estaba mucho más cuidado. Lo bueno sería que hubiera cuadrillas de personas haciendo esos trabajos y que se dedicaran incluso a limpiar las lápidas".

Por su parte, el Ayuntamiento, a través del área de Bienestar Social, afirma que está adecentando el cementerio con vistas al Puente de Todos los Santos.  

   

 

           

                 

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