Infraestructura

La piscina de Puerto Serrano supone una inversión de 2,3 millones

  • La ejecución de estos trabajos procuran la creación de 18.600 jornales en el municipio

Los responsables públicos comprueban los trabajos de la piscina.

Los responsables públicos comprueban los trabajos de la piscina.

Las obras de la flamante piscina de Puerto Serrano, en las que el PFEA invierte 2,3 millones de euros, finalizan, con lo que se refuerzan los servicios municipales.El responsable del área de Cooperación y Asistencia a Municipios de la Diputación de Cádiz, Javier Pizarro, visitó Puerto Serrano para comprobar la evolución de las actuaciones que se emprenden en este municipio en el marco del Programa de Fomento del Empleo Agrario (PFEA). Junto a Daniel Pérez, alcalde de esta población de la Sierra, verificó el estado de las obras que se llevan a cabo en el casco urbano, en el entorno del ayuntamiento, así como en la piscina municipal.

La piscina es una actuación emblemática en el contexto del PFEA y está, prácticamente, finalizada. De hecho en tres anualidades del citado programa se han consignado partidas para su construcción que, una vez sumadas, comportan una inversión total de 2.320.000 euros. Durante su ejecución se han empleado 18.600 jornales. Esa cuantía es la mitad del presupuesto asignado a Puerto Serrano en los tres últimos ejercicios del PFEA, ya que con el resto de actuaciones de mejora en servicios públicos se alcanzó una inversión de 4,6 millones de euros.

Javier Pizarro, durante su estancia en Puerto Serrano, reiteró la importancia de un programa que mejora los servicios públicos y reporta actividad económica y empleo, con especial incidencia en las personas trabajadoras del régimen agrario. En el caso de la piscina, su incorporación fortalecerá la oferta municipal dedicada al ocio, actividades lúdicas y deportivas. La actuación de la piscina se ha resuelto por fases, de manera que en cada una de ellas se han materializado diferentes hitos de este conjunto: el vaso de la piscina principal y la zona de chapoteo en una primera anualidad, los vestuarios en la siguiente e incluso un restaurante en la etapa final. Daniel Pérez valora los beneficios de un programa que solventa necesidades básicas de los pueblos.

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