Teresa Rodríguez. Número uno de la candidatura de Podemos por Cádiz

"El cristianismo habla de justicia e igualdad, como nosotros"

  • La imagen electoral de Podemos se ha trabajado en estos días el voto de los mayores y ha ahuyentado temores: "Lo que da miedo es seguir igual"

Teresa Rodríguez (Rota, 1981) llega al fin de campaña con lo justito de voz y una sonrisa de oreja a oreja. Han llenado plazas, está convencida de que el mensaje ha calado y, además, se ha divertido. "Voy a echar de menos la furgoneta", asegura.

-¿Cuál ha sido el momento mágico de la campaña?

-Hum... no me ha dado tiempo de mirar atrás. Un día saludé a una revisora de 50 años de la CNT y dijo que nos iba a votar y, minutos después, hablé con un chico de 25 del PP, que también nos iba a votar. Por primera vez me creí que podíamos ganar.

-¿Por qué la candidata no besa a los niños?

-Beso a los niños que me piden un beso, no a los que me ponen los padres delante.

-Batallas ganadas y perdidas de la campaña.

-Hemos ganado la batalla del conocimiento y de las propuestas y yo he perdido la batalla de que no me pregunten por Venezuela.

-¿Qué opina de Venezuela?

-Que es el nombre de una calle al lado de mi casa.

-Han hablado de abuelos y de miedo. ¿Le han quitado el miedo a los abuelos?

-Es muy difícil que las personas que han tenido una opción de voto toda su vida la cambien, pero hemos apelado a sus nietos, a los que dan de comer todos los días por la crisis.

-Su primera medida es la emergencia habitacional. IU hizo algo parecido y se lo tumbaron.

-IU hizo una ley de función social de la vivienda que estaba bien, pero el Gobierno se arrogó unas competencias para tumbarla. Una emergencia no se puede recurrir ante el Constitucional. Queremos hacer un estudio sobre desahucios y desalojos y, a continuación, aplicar la emergencia.

-Y como profesora, ¿cuál ser á su primera medida en Educación?

-Que no se cierren líneas de la educación pública cuando hay concertadas en la misma zona. Los conciertos son subsidiarios, la prioridad es la escuela pública.

-Pida el voto a un católico practicante.

-Quienes se sientan vinculados al mensaje del cristianismo de igualdad y justicia social se encontrará muy cómodo con nosotros. Compartimos ese mensaje del cristianismo.

-¿Y a un capillita?

-Que esté tranquilo, que no vamos a prohibir la Semana Santa. La única vez que se ha prohibido la Semana Santa lo hizo la derecha en 1933 y fueron los sindicalistas de El Puerto los únicos que sacaron a una virgen, la Virgen de la Estrella. Y la imagen se llevó un tiro.

-¿Y a un beneficiario del PER?

-Que es necesario preservar las ayudas existentes y hacerlas más transparentes. Que no sea necesario ser amigo de alguien o no ser su enemigo para obtenerlas. Y que lo deseable en el medio rural es un empleo más estable.

-Quiere sacar a las empresas de Florentino Pérez de Andalucía.

-No es eso. Quiero volver a la prioridad inicial de que los contratos públicos se los lleven cooperativas del entorno, como en los inicios, que incluso las AMPA llevaban los comedores escolares. Ahora los pliegos de condiciones dan ventajas a las grandes empresas.

-La frase de la campaña: guardad los discos duros.

-Queremos que los funcionarios sean nuestros aliados. No es la primera vez que se pierden discos duros. Podemos investigar qué ha pasado en estas tres décadas, cómo estaban tan relajados para meter a una suegra en un ERE o entregar cursos de formación a empresas de concejales.

-¿Tiene el móvil de Susana Díaz?

-No. ¿Por qué?¿Usted lo tiene?

-No. Lo digo por si tiene que llamarla la noche electoral.

-No se preocupe. Si lo busco, lo encuentro.

-Ande, diga algo bueno de ella...

-No la conozco. ¿Que es mujer vale?

-Terminan sus mítines con el himno de Andalucía. ¿Cuál es su estrofa favorita?

-Pedid tierra y libertad...

-Lo de la libertad está bien, pero la tierra, con la PAC...

-Pues sí. PSOE y PP en Europa hacen lo mismo en materia agraria común, beneficiando a las tierras improductivas.

-Ha hecho famoso en sus mítines a Juan Carlos, el ingeniero de dos carreras que lava platos en Londres. ¿Ha vuelto a hablar con él?

-Con él no. Sí hable con Ignacio, al que conocí en Dusseldorf. Otro joven emigrante que me abrazó en el aeropuerto y, llorando, me dijo que nosotros éramos su esperanza para volver a casa. Es del Mentidero, aquí en Cádiz. A ver si vuelve.

-No ha dicho la palabra casta ni una vez en campaña.

-Sí, yo creo que alguna vez lo hedicho. Lo que pasa es que en andaluz lo de casta suena a 'me cago en tus castas'. Es una forma de definir la alianza entre el poder político y económico para favorecer a una minoría. En andaluz esto lo entendemos mejor como cortijo.

-Hemos quedado en que dentro de ocho años usted está enseñando sintaxis en Arcos. ¿Lo confirma?

-Ocho años como máximo.

-Tendrá que repasarlo, que la sintaxis cambia mucho.

-Lo repasaré, no se preocupe, soy muy aplicada. 

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