Provincia de Cádiz

Del cubo de la basura a la mesa

  • El Complejo Medioambiental Sur de Europa recupera, en forma de abono, parte de los residuos orgánicos que van a la planta Fincas agrícolas lo usan para diferentes cultivos

Seguro que han oído hablar, cuando se trata de la gestión de residuos urbanos, de la exigencia medioambiental de reducirlos, reutilizarlos y reciclarlos. Las tres famosas RRR. Durante los últimos años, la sociedad ha ido asumiendo, en mayor o menor medida, con más o menos críticas, la obligación de contribuir a la reducción de estos residuos para propiciar la mejora del medio ambiente.

Pero ese discurso empieza a quedar viejo, obsoleto, dando paso a uno nuevo: el de la economía circular. Una economía que aprovecha de principio a fin todo lo que produce. Este nuevo concepto tiene una función y un objetivo muy claros: recuperar en forma de producto o de energía los residuos que se generan a diario.

De la economía circular habló, por primera vez en la comarca, la subdirectora general de Residuos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, María José Delgado Alfaro. Fue en la inauguración de las jornadas de la Asociación Nacional de Empresas Públicas de Medio Ambiente (ANEPMA), que tuvieron lugar el pasado mes de noviembre en Algeciras gracias a la empresa comarcal de aguas y residuos Arcgisa, perteneciente a la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar.

La subdirectora advirtió de las nuevas exigencias de Europa en la gestión de residuos urbanos; y lamentó que la mayor parte de la basura urbana, concretamente un 60 por ciento, siga yendo a vertedero como desecho sin posibilidad de reciclar o reutilizar.

Las palabras de la representante del Ministerio de Medio Ambiente al respecto fueron muy claras: "Ya no nos vale con que los residuos no dañen, sino que ahora debemos asumir que tienen un potencial de uso".

Y ese uso ya se está dando, en buena medida, en el Complejo Medioambiental Sur de Europa, la planta de tratamiento de residuos que Arcgisa tiene en Los Barrios. Es allí donde puede encontrarse un claro ejemplo de economía circular, esto es, un aprovechamiento de los residuos para convertirlos en un nuevo producto o fuente de energía.

Este producto se llama compost o abono orgánico. La planta de tratamiento de residuos produce cada año 4.000 toneladas de este material. Éstos cuatro millones de kilos de abono es el resultado del 50 por ciento de la basura orgánica (la que va al contenedor gris) que se recupera en el complejo medioambiental tras ser recogida y sometida a diferentes tratamientos hasta que se convierte en el producto final.

Técnicos de la empresa comarcal consideran que ésta es aún una cifra aún muy baja como consecuencia de que el resto de la basura orgánica que llega a vertedero está muy mezclada, y sin posibilidad de ser recuperada. De ahí que para cumplir con los objetivos que marca Europa para 2022, los gestores de residuos se estén planteando varias opciones para aumentar el porcentaje de recuperación de materia orgánica para transformarlo en compost y mejorar su calidad.

Mientras ese momento llega, algunas fincas de la comarca y de la provincia de Sevilla se están beneficiando ya de este compost. Es el caso de explotación agrícola El Lanero, gestionada por José Romero en la ciudad sevillana de Lebrija. Allí, este agricultor posee una finca de 150 hectáreas donde se cultivan pipas, remolacha, trigo o tomates, entre otros. José Romero lleva dos años trasladándose desde Lebrija hasta la planta de tratamiento de residuos, en Los Barrios, para recoger el compost que allí se genera.

El agricultor utiliza este abono orgánico -mezclado con el mineral- para enmiendas de suelo porque, según reconoce, este aporte de materia orgánica le da una calidad mayor. "Cada vez que vamos a sembrar lo utilizamos para echarlo de fondo para luego labrarlo y sembrar. A veces también me lo traigo para dejarlo aquí almacenado, y que siga madurando", explica.

José Romero no es el único agricultor que acude a la planta de tratamiento de residuos a recoger abono orgánico. También lo hacen agricultores de la zona, que están viendo ya las ventajas del uso de este producto que, además, es gratuito. La utilización de este compost es un ejemplo claro de una buena gestión de los residuos orgánicos; y de esa economía circular que tanto se proclama ahora.

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