Provincia de Cádiz

Una defensa de nuestra Constitución

  • Alfonso Guerra y María Emilia Casas protagonizan un debate vivo sobre la Carta Magna en el que tratan temas actuales como su reforma, el Estado autonómico o la declaración del Gobierno del estado de alarma

Sobre el escenario del Teatro de Las Cortes de San Fernando se celebró ayer un excelente debate sobre la Constitución de 1978, justo el día que se cumplían 200 años de la creación de la primera comisión constitucional española. Hubo explicación de bondades y algún reconocimiento de errores, sin embargo los dos participantes, la presidenta del Tribunal Constitucional, María Emilia Casas Baamonde, y el presidente de la Comisión Constitucional del Congreso, Alfonso Guerra, desarrollaron una defensa de la Carta Magna. Por el consenso con que se elaboró, señaló el diputado socialista. Por regir además de la vida política y pública la vida social, "ése es su éxito", apuntó la cuarta autoridad del Estado.

Ambos miraron de frente a las cuestiones que el moderador del acto, el director de este periódico, Rafael Navas, les planteó tras dedicarles unas palabras de presentación. "La eterna conciencia ilustrada del socialismo español", dijo de Guerra. "De la docencia a la máxima instancia judicial", destacó de Casas. Entrados en faena, mandaba la actualidad, comentó Navas. De ahí que hiciera referencia al último barómetro del CIS acerca de la Constitución. "Cerca del 54% de los españoles consideran que hace falta su reforma", comentó. Curiosamente, los ciudadanos reconocen que no conocen su contenido. La respuesta del político socialista despertó sonrisas: "No se puede pedir que la conozcan, pero la esgrimen para defender sus intereses todos los días". "El sentimiento constitucional existe", dejó claro. También en esa línea fue la primera intervención de María Emilia Casas que ofreció la cifra de más de 10.000 recursos de amparo que llegan al Tribunal Constitucional. "Los ciudadanos hacen uso de sus derechos", insistió.

Sobre la reforma, Alfonso Guerra -uno de los padres del texto que centró el diálogo de ayer- reconoció que él mismo modificaría todo, pero también matizó que otro cambiaría cosas distintas. Es necesario, por ese motivo, el consenso. "Que no es más que el catálogo de renuncias que uno tiene que hacer", definió. En ese marco puso el ejemplo de los textos constitucionales anteriores, listos para ser derogados en cuanto llegara al poder una fuerza política de distinto sesgo. "Nosotros rompimos ese círculo vicioso de media España contra la otra media", recordó. Ese consenso es lo que destacó Guerra de la Constitución del 78. "La más sabia de las constituciones que nos hemos dado", alabó la presidenta del Constitucional, que no desestimó la posibilidad de cambiar el texto, aunque le puso matices: es el pacto de una generación especial -por el contexto, como introdujo el moderador para ahondar en este tema- y cuando haya otra generación especial podrán darse todas las condiciones. "Nosotros trabajamos con la presión psicológica de la Guerra Civil y la dictadura", comentó Guerra, que les sirvió para que hubiera una propensión al consenso, algo que no ocurre actualmente; "están más despegados de la dictadura", y por lo tanto "tienen menos propensión a ese acuerdo". De cualquier manera, apoyaron el debate sobre la reforma. "Una sociedad madura, 32 años después, puede hablar con legitimidad plena de reforma", fueron las palabras de Casas.

El desarrollo de las Comunidades Autónomas, que ha generado polémica por el Estatuto de Cataluña o el Plan Ibarretxe -que sacó a colación Guerra-, fue también tratado. Primero, ante la pregunta sobre el posible obstáculo que suponen los partidos nacionalistas en la reforma de la Constitución y, después, al pedir la visión de los intervinientes sobre el título VIII, De la organización territorial del Estado. Para Casas es un acierto, y también un asunto que el texto deja abierto, lo que ha hecho en estos años de vida de la Carta Magna que sea el Tribunal que preside el que haya puesto en pie el Estado autonómico. "Hemos resuelto la conflictividad que pudiera haber", afirmó. Alfonso Guerra, sin embargo, reconoció que nunca le gustó lo que se recoge en el párrafo segundo del artículo 150, puesto que considera que deja abierto el proceso constitucional. También lamentó que las Comunidades Autónomas afirmen su competencia negando la del Estado.

Dentro de estos comentarios, cuando se hablaba del artículo 155, nunca aplicado, sobre la intervención del Estado en el caso de que una Comunidad Autónoma no cumpliera la Constitución, Guerra mencionó otro artículo no aplicado hasta hace unos días, el 116, para legitimar la declaración del Gobierno del estado de alarma para neutralizar la huelga encubierta de los controladores aéreos. "Algún grupo lo ha puesto en duda hoy [por ayer] en el Congreso. Han defendido a una élite, cuando ellos se etiquetan de progresistas", ironizó.

Fue una defensa de la Constitución actual en un escenario que vivió la celebración de Las Cortes, que en 2010 se está conmemorando. Hicieron referencia al lugar y a la importancia de ese trabajo realizado entre 1810 y 1812. "Sin esos acuerdos, seguro que la historia de España sería muy diferente". Ambos estaban de acuerdo.

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