Provincia de Cádiz

Otro 'día de la marmota' en Cádiz

  • Las necesidades de la industria gaditana se repiten año tras año

El curso político vuelve a arrancar en septiembre. Habrá caras nuevas, ciertas sorpresas, pero para una provincia como la gaditana, las exigencias en el plano laboral e industrial tienen ya un calado urgente.

Esa urgencia nace de que muchas de esas necesidades han convertido el panorama sectorial en un particular 'día de la marmota': astilleros, Delphi, Las Aletas, el paro... Son muchos años exigiendo soluciones a los mismos asuntos. Caras que pasan por despachos en uno y otro gobierno y muchas más caras las que siguen engordando las listas del desempleo. Pero los astilleros, Delphi, Las Aletas y el paro siguen estando ahí.

La que será nueva presidenta de la Junta de Andalucía, la socialista Susana Díaz, tendrá bajo su responsabilidad buena parte de las respuestas. Ella misma, durante su etapa de consejera de Presidencia, asumió compromisos que ahora le serán requeridos.

Uno de ellos, el más directo, Las Aletas. Fue idea suya que el Consorcio que forman la Junta de Andalucía y el Gobierno central (este último con la Presidencia bajo su mando) comprase los terrenos de la antigua multinacional de Delphi en Puerto Real para dar salida a ambos asuntos. La dualidad serviría así para matar dos pájaros de un tiro.

Sin embargo, desde el otro lado (PP), los reproches han sido continuos y, hasta cierto punto, lógicos: el asunto Delphi surgió del compromiso asumido en solitario por el PSOE (la recolocación de los extrabajadores) y, por tanto, no pueden asumir políticamente el coste de solucionar una difícil papeleta. Además, los populares reprochan a los socialistas, concretamente a la Junta, que debe al Consorcio Aletas muchos millones de euros, su parte en esta aventura que ya cumple muchos años, aunque no haya nacido aún.

Precisamente, del PP depende (la presidenta de Las Aletas, Pilar Platero, es subsecretaria del Ministerio de Hacienda) que el proyecto dé el gran salto, más allá de que la oposición ecologista lleve de nuevo el asunto a sede judicial y, de ahí, quién sabe si a su definitiva clausura.

Astilleros. En este caso, lejos de mantener su 'status' en el inmovilismo como ocurre con el caso anterior, su situación es de lento empeoramiento. Los sindicatos siguen reclamando contratos de barcos que hagan reflotar una actividad que siempre ha mantenido, como mínimo, al sector industrial en la Bahía de Cádiz.

Pero ni la segunda serie de los Buques de Acción Marítima (BAM) llega ahora con el Gobierno del PP como tampoco llegó con el anterior Ejecutivo socialista. Ni nuevos barcos que construir para el hasta hace poco Gobierno amigo venezolano. Ni el ansiado proyecto de construcción de plataformas eólicas marinas que tenían en el astillero de Puerto Real su escenario perfecto. Así se firmó hace años con Acciona y desde entonces se siguen haciendo cábalas.

Ahora, las esperanzas están puestas en lo único que parece generar movimiento en los diques: las reparaciones. Y ahí es donde la actividad política tendrá mucho que decir, ya que el deseado acuerdo con la todopoderosa Armada de EEUU (tanto para reparar la VI Flota como para los buques que formarán parte del escudo antimisiles de Rota) sí depende de un apretón de manos entre Madrid y Washington. Por ahora, tenemos los cruceros.

Por otra parte, la fiabilidad sigue llegando desde Airbus con sus dos plantas en la Bahía de Cádiz y los nuevos retos que suponen el modelo A350. La que estaba llamada a ser la principal industria andaluza en el sector aeronáutico, Alestis, parece aguantar el terremoto accionarial y laboral de hace unos meses y se verá, con el nuevo Gobierno andaluz, el rumbo a tomar.

Eso sí, mientras, siguen desapareciendo pequeñas empresas que son las verdaderas piezas del tejido empresarial de una provincia que vuelve a confiar su destino a que unas promesas políticas al fin se cumplan.

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