Sector laboral femenino

Las empresarias siguen apostando por el autoempleo

  • La Asociación de Profesionales y Empresarias de Cádiz (AMEP) sufre un importante descenso en sus afiliaciones a causa de la crisis El papel reivindicativo de la mujer en el ámbito laboral sigue presente

El simple hecho de que exista una asociación de mujeres empresarias deja en evidencia lo lejos que queda en el ámbito profesional esa palabra que aún suena a utopía: igualdad. El lema que nació en el transcurso de la Revolución Francesa hace tres siglos cojea por una de sus tres patas, de manera que hoy en día existe Liberté, aunque en el sentido más escueto de la palabra; y también Fraternité, eso sí, entorpecida por algún que otro codazo laboral in itinere exento de compañerismo; pero Egalité... La igualdad ni siquiera tiene objeciones. Brilla por su ausencia, sobre todo en lo que a trabajo se refiere.

De ahí la necesidad de que operen colectivos como AMEP, la Asociación de Empresarias y Profesionales de Cádiz, que lleva en activo en la provincia 16 años y que cuenta actualmente con 250 socias, una cantidad que ha experimentado importantes subidas -y también bajadas- en los últimos tiempos.

Según los informes de AMEP, en 2008 y 2009 el número de altas (28 y 20 respectivamente) fue muy superior al de bajas (15 y 13), unas cifras bastante meritorias si tenemos en cuenta que la balanza se decantó del lado positivo en pleno estallido de la crisis. Ahora bien, en 2010 se invierten las tornas: 30 nuevas afiliadas emprenden su aventura empresarial pero 55 deciden apearse del carro del autoempleo, los peores números registrados en el acumulado de los seis últimos años por la asociación. El 2011 se planteó como un año tibio, pues las altas y las bajas crecieron y decrecieron casi por igual. Por su parte, el 2012 arrojó algo de esperanza en el sector laboral femenino con 38 mujeres convertidas en su propia jefa, un repunte histórico en AMEP. Y, por último, lo que llevamos de 2013 da al traste con ese amago de recuperación porque, aunque las adhesiones al colectivo se incrementaron en 19 mujeres, causaron baja 47.

Ante este descenso, la presidenta de AMEP, Nuria Sánchez, explica que la coyuntura actual no es la más propicia para montar un negocio, no obstante, subraya que es la misma crisis la que ha sacado a flote un nuevo perfil de empresaria: "Son emprendedoras -no necesariamente jóvenes- que quieren abandonar una situación de desempleo prolongada siendo autónomas". Para algunas ésta es su primera experiencia laboral; para otras es un paso más en su trayectoria profesional. En cualquiera de los dos casos, ambas son -tal y como apunta Sánchez- "flores que nacen en un entorno hostil". Y a pesar de ese medio adverso (los obstáculos financieros no entiende de sexo) "se muestran positivas, no hablan de recesión, si no de un nuevo mercado al que hay que adaptarse con diferentes formas de vender, de gestionar los recursos, de relacionarse con el cliente".

En este sentido, cobra una especial relevancia la interacción empresarial a través de internet: "Las redes sociales se convierten en escaparates virtuales ilimitados (y muy económicos) para que estas empresarias puedan mostrar al mundo entero lo que ofrecen, además de permitirles interactuar, compartir experiencias y crear sinergias con otras compañeras emprendedoras", señala la presidenta.

En cuanto al apoyo recibido por las administraciones, la cabeza visible de AMEP no se muestra del todo satisfecha: "Ahora que los recursos económicos son escasos y las subvenciones están bajo mínimos, lo que tienen que hacer las administraciones es molestar lo menos posible". Sánchez propone pues que se agilicen al máximo los trámites burocráticos a la hora de crear una empresa. "Es imprescindible que nos faciliten el camino en lugar de obstaculizarlo".

Lamentablemente, el principal y primer inconveniente al que hay que hacer frente hoy para abrir un negocio es de índole económico "y al que las mujeres deben añadir -como si no fuera suficiente- otro hándicap más, el de la discriminación". La presidenta de AMEP es tajante: "Aún vivimos en una sociedad machista". Mantiene fresco en su memoria el aval que su padre tuvo que firmar para que ella obtuviese su primer crédito. "Las cosas han cambiado a mejor pero el papel reivindicativo de la mujer en el ámbito laboral sigue vigente. Prueba de ello es que las mujeres acceden en menor proporción a puestos de liderazgo, ocupados en su mayoría por hombres. Sin embargo, varios estudios demuestran que las sociedades que cuentan con mujeres en sus consejos de administración consiguen una mayor rentabilidad", concluye orgullosa.

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