Pasaba por allí y tuvo la mala suerte de cruzarse con una persona a la que estaba siguiendo la Policía. Eso fue ni más ni menos lo que le ocurrió a J.C., dijo ayer su abogado en la Audiencia. J.C. es el vecino de Puerto Real acusado de traficar con cocaína que ha sido apoyado como "ciudadano ejemplar" por entidades, asociaciones y partidos de ese municipio. El hombre se sentó ayer en el banquillo junto a una vecina de Jerez igualmente procesada cuyo abogado también mencionó la suerte. Ella, dijo, la tuvo buena: la estaba vigilando la Policía y tuvo la buena suerte de toparse con una persona intachable que no ha encajado en la historia. "No digo que la Policía mienta, pero sí que D. es inocente", precisó el letrado ante la posibilidad de que alguien interpretase que hablaba de un montaje policial.

La historia, la que sostiene la fiscal, es que ambos procesados se encontraron en el Parque de Las Cañadas de Puerto Real un día, una tarde de agosto del año pasado, para que él le entregase a ella una bolsa que contenía 802 gramos de cocaína. Ambos lo negaron ayer. Ambos aseguraron que no se conocían. "Nunca me ha hecho falta vender droga", argumentó J.C. en el turno de la última palabra. "Yo no llevaba dinero para comprar droga", anotó D.S.B., que está en prisión cumpliendo una condena por tráfico de drogas.

La fiscal, que pidió 6 años de prisión para el acusado y 8 para la procesada (por reincidencia), se apoyó fundamentalmente en los testimonios de dos policías que formaban parte del grupo que participaba en la vigilancia y seguimiento de la mujer. Los dos agentes aseguraron que vieron cómo los automóviles que conducían los acusados se cruzaban en un carril, que se detuvieron y que ella le entregó a él una bolsa de ventanilla a ventanilla. Otro policía explicó que vio luego cómo el hijo de la acusada se bajaba del coche (iba con su madre), y se dirigía a unos matorrales, donde ocultó la bolsa.

En la bolsa había ocho bolas de cocaína. Según el escrito de calificación fiscal, habrían alcanzado un valor de 45.000 euros en el mercado ilícito de estupefacientes.

J.C. está en libertad sin fianza. Ayer explicó que iba camino de su campo, con su pequeño hijo, cuando lo detuvo la Policía. Poco antes se había cruzado en un carril con otro coche y se había echado a un lado porque la vía era muy estrecha, dijo. El hombre aseguró que no le entregó nada a la acusada. Y reiteró que nunca la había visto.

D.S. declaró esposada. Tampoco sabía nada de la persona que ayer tenía al lado, en el banquillo, respondió a las preguntas de su abogado. "Ni lo conocía ni lo he visto nunca", afirmó. Al juicio acudieron familiares de ambos procesados.