Los rebujitos, las raciones de pimientos y los farolillos no faltarán este año en Chiclana, a pesar de que la Feria de San Antonio hace ya meses que se suspendió a causa de la pandemia provocada por el coronavirus que ha trastocado todas las costumbres y las celebraciones.
Y es que, en la jornada de hoy miércoles, en la que debía celebrarse el acto oficial de inauguración de la Feria con el encendido del alumbrado y el izado de banderas a las puertas del recinto ferial, diferentes bares y comercios del centro de la ciudad han decidido ambientar sus locales con motivos propios de estas fiestas como farolillos o carteles, así como añadir a sus cartas productos habituales en las tradicionales casetas.
Asimismo, son muchos los colectivos, entidades y asociaciones, públicas y privadas, que llevan días compartiendo en sus redes sociales imágenes y vídeos de pasadas ediciones de esta fiesta tan arraigada en la localidad, en la mayoría de los casos acompañados de un mensaje de esperanza de cara a la edición del próximo año.
Sin duda, además de los recuerdos y tradiciones que en estas jornadas se echarán de menos por gran parte de la población chiclanera, son muchos también los que tendrán que lamentar importantes pérdidas y problemas económicos debido a la trascendencia de la suspensión de una cita de este tipo, obligada por la actual crisis sanitaria.
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