tragedia ferroviaria de santiago | san fernando rinde homenaje a los vecinos de angrois

"No fuimos héroes. Fuimos seres humanos"

  • La Isla entrega la medalla de la ciudad a los vecinos de Angrois en un acto que contó con la presencia del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo

La joven isleña Fátima Reyes Quijano -una de las supervivientes del trágico accidente ferroviario de Santiago- fue la encargada de entregar a los vecinos de la parroquia de Angrois la medalla de la ciudad durante el sencillo pero emotivo acto institucional que ayer acogió el Real Teatro de Las Cortes y que contó con la presencia del presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, y del alcalde de la capital gallega, Ángel Currás.

Recogió la distinción Francisco Otero, el hombre que había rescatado a esta isleña del infierno en el que se convirtieron los vagones del Alvia descarrilado en la fatídica noche del 24 de julio. Los asistentes, emocionados, aplaudieron sin descanso durante varios minutos.

La Isla, que perdió a cinco de sus vecinos en este dramático accidente de tren, refrendó públicamente su gratitud hacia aquellos que impulsivamente se arrojaron a las vías para auxiliar a heridos e intentar salvar a todos los pasajeros que pudieran. Lo hicieron antes de que llegaran las primeras ambulancias, los bomberos y los servicios de emergencia. Y luego se quedaron porque todos los brazos eran pocos. Acudieron con agua, mantas, linternas e, incluso, arrancaron las puertas de sus casas para utilizarlas como improvisadas camillas. Gracias a ellos -ayer se reconoció en el acto- se pudieron salvar muchas vidas.

Y La Isla, ciudad que vivió intensamente la tragedia, quiso reconocer su valentía, su generosidad, su entrega... Conmocionada ante la dimensión de un drama que ha dejado una profunda huella, quiso ser además el primer municipio de España que, más allá de las fronteras de la comunidad gallega, rendía un merecido homenaje a los vecinos de Angrois y aireaba a los cuatro vientos lo ejemplar, lo excepcional de su heroico comportamiento.

Su modesta respuesta, algo abrumados tras recibir la medalla de la ciudad, impresionó a un público que llenó el aforo del Teatro: "No fuimos héroes en la noche del 24 de julio. Fuimos seres humanos", dijo Isidoro Castaño, otro de los vecinos de Angrois que ayer se desplazó hasta San Fernando. "Vosotros sí que sois héroes. Cada día, cada hora, cada instante... Éste y todos los homenajes son para vosotros, para las familias de las víctimas, para los heridos, para que seáis capaces de caminar con vuestra pesada carga y sonreír de nuevo", afirmó al dirigirse a los hermanos de las víctimas, a sus hijos, a sus sobrinos, a sus compañeros de trabajo, a sus alumnos, a sus amigos. A todos aquellos que ayer arroparon este nuevo acto de homenaje en el que San Fernando volvió a recordar a los cinco isleños que perdieron la vida en el accidente: Ignacio Bustamante Morejón y los dos matrimonios formados por Francisco García Pereira y Esperanza Márquez y Rosa Quijano y Antonio Reyes, los padres de la joven Fátima. También a Josefa Álvarez Díaz, la mujer de Ignacio, que todavía se recupera de las lesiones causadas por el accidente.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, dijo que Santiago y La Isla -tras el accidente del Alvia- habían quedado hermanadas en la muerte y también en la vida, porque el acto de ayer, aunque doloroso porque tuvo muy presentes a las víctimas mortales y el duelo que arrastran sus familias, se erigió sobre auténtico trasfondo de esperanza al ensalzar las virtudes del ser humano, su capacidad de entrega, su solidaridad y su generosidad para crecerse ante la dimensión de una tragedia que desborda toda comprensión.

Y eso -ese mensaje de esperanza- es lo que personifican los vecinos de Angrois, "esos héroes que no saben que lo son", como dijo también el alcalde isleño, José Loaiza. "Nunca pensaron que en algún momento de su vida se verían en una situación parecida y, sin embargo, no tuvieron la menor duda cuando el destino puso ante sus ojos la peor pesadilla, la propia imagen de la muerte. Hasta entonces, Angrois era un lugar anónimo, una pequeña y tranquila parroquia de las afueras de Santiago. Desde entonces se ha convertido en la viva imagen de la solidaridad".

Y La Isla, que mantiene un estrecho vínculo histórico con el pueblo gallego gracias a la Armada, interpretó la jornada de ayer como un hermanamiento "entre las dos esquinas atlánticas de España", que refirió también el regidor compostelano, Ángel Currás. No en vano, la comunidad gallega que reside en San Fernando supera los 3.500 vecinos, como se recordó durante el homenaje. El regidor gallego agradeció el gesto del Consistorio isleño, evocó el papel de la villa en Las Cortes de 1810 y recordó ese "heroismo solidario" que en aquellas fechas trascendentales marcó la Historia de España. "Hoy, estos isleños interpretan y valoran que otro comportamiento, el de unos vecinos de Compostela, debe ser nítidamente reconocido y aplaudido", comparó.

Al acto asistieron también alumnos, profesores y miembros de la comunidad escolar del colegio Puente Zuazo, en el que trabajaban Francisco García y Esperanza Márquez. De hecho, fue la directora de este centro, Salomé Romero, la que se encargó de glosar a los vecinos de Angrois antes de la entrega de la medalla de la ciudad.

Previamente, un amigo y compañero de trabajo de Ignacio Bustamente en el área de Hacienda, Manuel Silva Camacho, abrió el acto con la lectura del acta en la que la Corporación Municipal aprobó la concesión de esta distinción al pueblo gallego. También estuvieron presentes los compañeros del IES Sancti Petri, donde trabajaba Antonio Reyes y Josefa Álvarez, superviviente de la tragedia. Y del BBVA, en el que Rosa Quijano desarrolló una carrera ejemplar. En el acto también estuvo una nutrida representación de la hermandad de la Sagrada Oración en el Huerto, cofradía ligada a las tres familias.

El presidente de la Xunta aseguró que nunca se había sentido tan orgulloso de pertenecer "a una tierra que ha demostrado al mundo que sabe hacerse grande en la adversidad". "Galicia ha dado una gran lección de humanidad que nos enorgullece tanto como nos emociona y que ha alcanzado un eco capaz de despertar conciencias". Es -apuntó Feijóo- la parte positiva que asoma tras una tragedia que se cobró 79 vidas. "Galicia ha proyectado al mundo el verdadero valor de la solidaridad como esa energía que nos impulsa a resistir en los momentos más aciagos", apuntó. Y esa reflexión -insistió- tiene una aplicación en otros ámbitos: "Lo ocurrido debe ayudarnos a entender que unidos somos más fuertes y que solo desde la cooperación y rechazando individualismos podremos superar las peores dificultades y emprender más fortalecidos el camino de la recuperación", concluyó.

A los de Angrois, Loaiza les dijo tras hacer entrega de la distinción. "Fuisteis entonces, a miles de kilómetros, nuestro coraje, nuestras manos, nuestro auxilio y nuestras propias lágrimas".

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