Repercusión

Los hortelanos de Conil comienzan la destrucción de sus plantaciones de apios

  • En la finca Las Lomas el 60% de la producción de brócolis y coliflor se puede quedar en el camino, mientras que en mandarinas y pomelos, se puede perder hasta el 35% de la producción

Un hortelano utiliza su tractor para la destrucción de la cosecha de apio.

Un hortelano utiliza su tractor para la destrucción de la cosecha de apio. / Manuel Aragón Pina (Conil.)

La situación de los hortelanos de la comarca de la Janda se está viendo complicada por día que pasa, ya que la imposibilidad de poner en el mercado sus productos por las protestas del sector del transporte por carretera, está haciendo que las plantas sobrepasen el punto de maduración y precisen ser destruidas.

Así, están actuando algunos productores de apios de Conil, que precisan continuar con su actividad agrícola, y las tierras tienen que seguir su proceso de siembra y recolección de las plantas.

Es una de las imágenes que están dejando estas protestas, y que se unen a la lonja de subastas de la Cooperativa Nuestra Señora de las Virtudes de Conil prácticamente vacía, ya que solo se está ofreciendo un 15% de la producción a los fruteros locales para que puedan ofrecer a sus clientes sus productos diarios.

Desde la Cooperativa se ha tenido que solicitar, al igual que otras industrias alimenticias del polígono industrial de La Lobita, escolta de la Guardia Civil para que los pocos camiones que están trabajando, saquen al mercado sus productos frescos.

Por otro lado, la industria transformadora de la comarca se ha sumado a los sectores primarios que se están viendo afectados por la parada de los profesionales del transporte por carretera. Es el caso de Las Lomas, en Vejer, que exporta gran parte de sus productos a países como Inglaterra, Alemania y Francia.

El director la Sociedad Agrícola de Transformación (SAT) (Surfruit), Marco Rodríguez, ha apuntado que en el caso de Las Lomas,  muchos de los productos perecederos que tienen aún en los campos de cultivos están maduros y no pueden aguantar más tiempo en los árboles como es el caso del pomelo o la mandarina, y por otro lado, en las cámaras frigoríficas que están llenas de brócolis y coliflores. El siguiente problema que surge a esta planta es dar salida a esta elevada producción almacenada, dado que están a punto de agotar los envases y el espacio donde reservarlas.

Según las previsiones con las que trabajan, entre el 50 y el 60% de la producción de brócolis y coliflor se puede quedar en el camino, mientras que en mandarinas y pomelos, se puede perder hasta el 35% de la producción.

En condiciones normales, cada semana saldrían de esta planta entre 60 y 100 toneladas de brócoli y coliflor que van principalmente a Inglaterra. Entre 200 y 300 toneladas de cítricos van para los mercados inglés, alemán y francés, así como otros cítricos como la naranja para el mercado nacional.

Igualmente, esta falta de actividad está repercutiendo en el empleo de muchas vecinas de la zona que están trabajando de manera temporal en cada campaña extractiva.

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