La nueva patrullera Río Segura marca un precedente no sólo por su puesta en servicio sino por su equipamiento. En aguas oceánicas puede permanecer hasta 60 días sin arribar a puerto.
La construcción de esta nave se ha llevado a cabo en Asturias (en los astilleros Gondán) y su coste de 15,3 millones de euros ha sido financiado con los presupuestos del Ministerio del Interior.
El buque cuenta con alojamiento para 80 náufragos y facilita extender la misión humanitaria de la Guardia Civil "más allá de la frontera española", explicó ayer Rubalcaba. Este buque desplaza 2.100 toneladas y alcanza una velocidad de crucero de 17 nudos (unos 30 kilómetros por hora).
Cuenta con una dotación de 39 tripulantes, rampa para helicóptero y cuatro celdas para ocho detenidos, además de hospital y sala de curas.
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