"Yo no quería hacerle daño". Ésta ha sido la frase que más ha repetido durante su declaración el jardinero acusado de matar a Lesley Anne Pearson, la mujer de nacionalidad británica de 74 años que apareció estrangulada en el verano de 2019 en la finca que poseía en el municipio serrano de Algar.

Tal y como ha reconocido el autor del crimen en la primera sesión del juicio con jurado celebrada este lunes en la Audiencia Provincial de Cádiz con sede en jerez, el 11 de julio de 2019 mantuvo una fuerte discusión con Lesley Pearson, más conocida en el pueblo como 'Lele', por una cantidad de dinero que ella le debía abonar por los trabajos de mantenimiento que realizaba en la finca.

En el transcurso de esa disputa, ha dicho, la cogió por el cuello y apretó hasta que cayó inconsciente en el suelo. "Pero yo no quería hacerle daño, me llevaba bien con ella", ha insistido. 

A preguntas de la Fiscalía, ha manifestado que dejó el cadáver en el dormitorio principal de la casa y se marchó. Al día siguiente, ha admitido, volvió a la parcela, trasladó el cuerpo sin vida de la anciana en una carretilla hasta un extremo de los terrenos, cavó un hoyo y lo enterró.  

Asimismo, el procesado ha señalado que su intención primera fue la confesar el homicidio. "Me iba a entregar, pero no lo hice porque tenía un familiar discapacitado a mi cargo. Si confesaba, nadie cuidaría de él".

En este punto del interrogatorio, la Fiscalía le ha recordado al jardinero que el crimen ocurrió el 11 de julio de 2019, si bien el cuerpo de la víctima no fue encontrado por la Guardia Civil hasta el día 21 de julio. Cuestionado por si en ese periodo de tiempo de 10 días contactó con los Servicios Sociales para se hicieran cargo de su familiar dependiente, el encausado ha contestado que no.

Igualmente, la fiscal del caso ha precisado que la denuncia por la desaparición de 'Lele' se presentó el 17 de julio de 2019. Ese mismo día, la Guardia Civil preguntó al jardinero por el paradero de la mujer. "En ese momento, usted no confesó", le ha inquirido la fiscal. "No me acuerdo de ese día", ha respondido el encausado.

También ha prestado declaración como testigo el policía instructor que llevó la investigación del caso. El agente ha explicado que se entrevistó con el acusado hasta el dos ocasiones y que éste no reconoció los hechos hasta que se vio pillado. "Teníamos serias sospechas sobre él, así que le dijimos que nos acompañara a una zona de cañaverales -dentro de la finca- donde supuestamente había enterrado un perro. Solo entonces confesó".

Este mismo agente ha indicado que el cuerpo sin vida de 'Lele' presentaba un avanzado estado de descomposición, estaba atado con una cuerda y tenía cal encima, "la misma cal que apareció luego en los pantalones del jardinero y la misma fibra que la cuerda que había en el interior de la vivienda". "La intención era clara, que el cadáver no apareciera", ha concluido el policía.

El procesado se encuentra en prisión provisional por esta causa desde el 23 de julio de 2019.

12 años y medio de prisión

Toda vez que el procesado admitió que estranguló a 'Lele' hasta causarle la muerte, la Fiscalía y la defensa del procesado han llegado a un pacto a partir del cual se ha acordado imponer al jardinero la pena mínima del delito de homicidio por el que venía siendo acusado, esto es, 12 años y medio de prisión.

En un principio, la acusación pública planteaba una pena superior, 15 años de cárcel por homicidio con abuso de superioridad, dado el encausado, de 45 años de edad a la fecha de los hechos, "tenía una complexión fuerte y practicaba boxeo y kárate". Sin embargo, la víctima, de 74 años, medía entre 1,55 y 1,59 de altura y tenía una complexión delgada.

La defensa, por su parte, solicitó al comienzo de la vista la pena de un año de prisión para el jardinero como autor de un delito de homicidio imprudente. La abogada defensora expuso al jurado que el procesado sufrió un arrebato en el momento del crimen, que nunca tuvo intención de matar a 'Lele' y que estaba arrepentido de sus actos. También indicó que tuvo la intención de entregarse, aunque al final no lo hizo para poder asistir a un tío suyo dependiente, y que prestó su colaboración a la investigación para el esclarecimiento de los hechos.

Ahora bien, estos planteamientos iniciales han culminado en un acuerdo entre las partes: la defensa se ha adherido al escrito de calificación fiscal y la acusación pública ha aceptado la rebaja hasta los doce años y medio.