Provincia de Cádiz

La llamada de la Reina de La Janda

  • La romería de la Virgen de los Santos congrega otro año más a miles de personas en Alcalá pese al fuerte viento de levante

A las doce y ocho minutos de la tarde de ayer se abrían de par en par las pequeñas puertas que comunican el camarín del altar mayor de la ermita de Nuestra Señora de los Santos y el paso que la transportaría por el olivar anexo a esta iglesia situada a unos kilómetros de Alcalá de los Gazules. La salida dio paso a la interpretación de la Marcha Real e hizo sonar los primeros aplausos de los miles de vecinos presentes.

Antes de que llegara este emotivo y esperado momento, cientos de devotos y fieles habían pasado por el interior de la ermita, en un peregrinar que había comenzado a primera hora de la mañana, con una primera misa de bienvenida celebrada a las nueve dedicada a todos ellos.

A las diez, una segunda misa estuvo dedicada a las peñas marianas, y la tercera, concelebrada a las once de la mañana, fue la más importante, ya que era la oficial, y a la que asistieron entre otros, la máxima autoridad local del municipio, el alcalde, Arsenio Cordero, así como la pregonera de esta romería y hermana mayor del Beaterio de Jesús, María y José, la hermana Ana María Cordón, y el hermano mayor, Antonio Mancilla, que ha sido el encargado de coordinar todo el operativo para que esta fiesta religiosa saliese a la perfección.

Según apuntó Mancilla, esta organización depende de los doce miembros de la junta de gobierno, que contrata entre quince y veinte personas para la limpieza del patio y los cuartos y la regulación de los aparcamientos, además del personal de seguridad, efectivos de Cruz Roja y dos ambulancias, y sin olvidar a los agentes de la Guardia Civil, Policía Local, Protección Civil y Servicio de Protección de incendios que participaron en el evento.

La romería de la Virgen de los Santos congrega cada año a más de 20.000 personas en esta ermita, unos movidos por la fe, y otros, por el enorme agradecimiento a las "acciones de gracia y los milagros de la reina de la Janda", como la calificó ayer el párroco de la iglesia de la Victoria, Marco Antonio Huelga.

En la jornada de ayer, el número de asistentes fue menor que en otras convocatorias, quizás debido al fuerte viento de levante que azotaba con intensidad.

Este sacerdote, fue el encargado de presidir las distintas funciones religiosas, así como la salida procesional por el olivar, que cada año se convierte en el mayor exponente de esta tradición que se remonta varios siglos atrás.

Tras bajar la pequeña imagen al paso, se inició el proceso de anclaje, que se vio complicado porque el tornillo número tres, que no entraba en su sitio, lo que hizo retrasar unos minutos el montaje de las patas traseras del paso y la colocación de los cargadores. En su mayoría eran mujeres que se habían encargado de "guardar" su lugar en los várales con la colocación de lazos, pañuelos, trozos de tela e incluso bolsas.

Posteriormente, llegó el momento de la colocación de los ramos de flores sobre el paso, una tarea que se vio compensada con los primeros gritos de "viva la Virgen de los Santos, viva nuestra patrona", y "guapa, guapa, guapa y bonita, bonita y bonita", así como los aplausos de los fieles y devotos que se repartían por la explanada, y los balcones exteriores de la ermita.

Tras la salida comenzó la procesión con un primer saludo al "sin pecado", que llegó en una carreta tirada por un vehículo todo terreno que partió a las seis de la mañana desde Alcalá de los Gazules acompañado por unos 300 romeros, muchos de ellos miembros de la peña Amigos del Camino, así como caballistas que mostraron un "correcto comportamiento", según destacaron algunos miembros de la hermandad.

Esta comitiva tuvo un receso a las nueve y media en el Cortijo Barbate, donde se ofreció un desayuno andaluz. El otro sustento gastronómico del día llegaba pasadas las tres de la tarde con un almuerzo compuesto por 300 kilos de patatas y 300 kilos de carne de ternera estofada, que fueron elaborados en dos calderetas controladas por Pedro Torres Manzano "Peneca". El cocinero, de 76 años, lleva 26 años al frente de un equipo de siete personas que prepara con esmero este particular "rancho".

El olor de la preparación de esta comida se entremezclaba con los olores de los platos que se estaban preparando en los 19 cuartos que rodean el patio central del santuario, y que, como cada año, se alquilaron para dar cobijo a colectivos y particulares que pujan por el privilegio. En esta ocasión la crisis económica no ha afectado a esta tradicional puja, ya que han sido varias las familias que se han quedado fuera, según destacó el hermano mayor, Antonio Mancilla.

El otro gran punto de encuentro de la romería fue el celebrado junto a la cruz de entrada, donde unos 200 jinetes a caballo mostraron pleitesía a la patrona de los alcalaínos. Esta destacada presencia de monturas fue destacada por los presentes y organizadores.

Las próximas citas que tendrá a la patrona como protagonista será el próximo fin de semana: el sábado 12, que es el Día de la Virgen, en el que el obispo presidirá la misa que abre el Año Santo; y el domingo día 13, que se conoce como "la octava de la romería", y que vuelve a concentrar a miles de romeros en el santuario. En mayo del próximo año, la Virgen volverá a su pueblo como ocurre cada cuatro años.

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