El incendio que se produjo en la madrugada de ayer en la calle Santa Ana de Chiclana rozó la tragedia ya que ocho personas de una misma familia, seis adultos y dos menores, pudieron salvar la vida gracias a la rápida actuación de los efectivos de bomberos, Policía Local y Guardia Civil.

"Ha sido un milagro", así resumió ayer uno de los bomberos el suceso que acaeció sobre las cuatro de la madrugada en la vivienda chiclanera. Los primeros en llegar al lugar fueron los agentes de la Policía Local, quienes trataron de poner calma en mitad de una situación desesperante y de enorme tensión.

El panorama con el que se encontraron los policiales locales fue el de los ocho afectados aferrados a la reja de una ventana de un primer piso tratando de respirar acosados por el humo y las llamas. Afortunadamente, la prontitud con la que llegaron los bomberos salvaron, sin duda, la vida de los afectados que ya se encontraban al límite de sus fuerzas.

Los efectivos de bomberos se introdujeron en la casa prácticamente de rodillas para combatir la intensa humareda que inundaba la casa. Uno a uno fueron sacando a todos ellos, mientras que un bombero sacó en sus brazos a los dos menores a toda prisa.

Los bomberos calificaron la actuación de "arriesgada y complicada", así como determinante ya que se trataba de entrar en cuestión de segundos porque el avance del fuego no daba ya más margen de tiempo.

Las ocho personas evacuadas fueron trasladas de inmediato al Hospital Universitario de Puerto Real por intoxicación y solo un afectado presentaba quemaduras superficiales. Los primeros en ser dados de alta fueron los menores de dos años y otro de tan sólo cinco meses, los cuales se encuentran en perfecto estado de salud. A lo largo de la mañana de ayer, el resto de implicados también recibieron el alta, mientras que la persona que presentaba quemaduras superficiales fue trasladada al Hospital Universitario Puerta del Mar de Cádiz.

El incendio también obligó al desalojo de otros vecinos que habitan en el bloque ante la gravedad del suceso. "Ha sido como un mal sueño, una pesadilla", relataba una joven mientras retiraba el agua arrojada por los bomberos y los restos de hollín.

Todos ellos tuvieron que salir en pijama y con ropa de abrigo a un patio interior anexo a la casa incendiada mientras presenciaban la angustia de los afectados pidiendo ayuda. "Sobre las cuatro de la mañana, me despertó mucho movimiento por las escaleras y cristales que estallaban en el piso de arriba por las altas temperaturas. Entonces alerté a mi familia de que había un fuego y salimos fuera", decía Antonio Castilla, un vecino de la planta baja.

Durante el desalojo de las casas también hubo que ayudar a una persona con problemas de movilidad arropada con mantas debido al intenso frío de madrugada.

El intendente mayor de la comarca de la Bahía de Cádiz del Consorcio Provincial de Bomberos, Ignacio Pérez, dijo que aún no se conocen las causas que pudieron original el incendio, dado que el incidente ha afectado a todos los inmuebles, enseres y objetos del lugar, "por lo que será difícil constatar el origen del mismo". Sin embargo, la estructura se encuentra en perfecto estado y no ha sido dañada, tanto de la vivienda afectada como de las del resto de la finca. Además, el alcalde, Ernesto Marín, se personó en el lugar ante la magnitud del suceso y aprovechó la ocasión para felicitar la intervención de los bomberos y agentes policiales "porque habéis salvado ocho vidas", dijo.