Haizam Amirah Fernández ı Investigador Principal del Real Instituto Elcano

“No se puede descartar que Argelia escale en su forma de transmitir su malestar”

  • El experto en Relaciones Internacionales aborda la actual crisis entre España y el país norteafricano y habla de “equilibrio, diálogo y cooperación” para “reconstruir la confianza”.

  • "Marruecos se ausentó de las votaciones en las que se condenó la agresión rusa, una cosa insólita. Lanzó un salvavidas a Putin", afirma.

Haizam Amirah Fernández, durante su intervención en el campus universitario de Jerez.

Haizam Amirah Fernández, durante su intervención en el campus universitario de Jerez. / D.C.

Haizam Amirah Fernández, investigador principal del Real Instituto Elcano, ofreció el pasado viernes en el campus de Jerez de la Universidad de Cádiz la conferencia de clausura del Máster Oficial Bilingüe en Relaciones Internacionales y Migraciones. Con motivo de su visita, este medio lo ha entrevistado para abordar la crisis actual entre España y Argelia.

–¿Cómo valora el contexto de desestabilización entre Argelia y España?

–La relación de España con sus vecinos inmediatos en el norte de África, esto es, con las dos potencias del Magreb, Marruecos y Argelia, es compleja. Dicha relación ha tenido etapas tanto de cooperación como de crisis a lo largo de la historia reciente. España ha mantenido durante décadas unos equilibrios complejos –equilibrios a fin de cuentas– no exentos de periodos de tensión y de dificultades especiales. Ahora bien, esos equilibrios han permitido el desarrollo de relaciones estrechas en distintos ámbitos: económico, comercial, migratorio...

En Argelia han percibido ahora que España ha roto ese equilibrio con la carta enviada por el presidente del Gobierno al rey de Marruecos. Que se ha posicionado plenamente del lado de Marruecos en un tema que para Argelia tiene una dimensión estratégica, no es un tema menor.

–Habla usted del giro de España respecto al Sáhara Occidental.

–Exacto. Argelia considera que ha habido un giro al respecto y está manifestando su malestar con respuestas dosificadas desde que se supo la existencia de esa carta. No ha sido una reacción inmediata, en caliente y rápida, sino dosificada en el tiempo, coincidiendo con acontecimientos concretos y a la espera de que se produjeran gestos o mensajes desde España que dieran satisfacción a sus demandas.   

–Y esos mensajes no han llegado.

–Bueno, no estoy en las reuniones de los gobernantes argelinos, pero por sus reacciones y respuestas dosificadas, transmiten que esos mensajes no se han producido.

–En este contexto, Bruselas ha acusado a Argelia de violar el  acuerdo de asociación con la Unión Europea al tiempo que España ha planteado retomar el diálogo.

–Europeizar el conflicto con Argelia acarrea riesgos. De hecho, no se pueden descartar más respuestas de Argelia.

–¿Esta crisis puede generar un corte de suministros, fundamentalmente de gas, por parte de Argelia?

–No voy a entrar en esa especulación porque no lo sé. Tampoco es mi especialidad. Pero insisto, no se puede descartar que Argelia continúe dosificando sus respuestas y escalando en su forma de transmitir su malestar a raíz de la citada carta y de la gestión llevada a cabo a posterior.

Haizam Amirah Fernández. Haizam Amirah Fernández.

Haizam Amirah Fernández. / D.C.

–¿Qué efecto detonador ha tenido la guerra en Ucrania en este conflicto?

–Hay que recordar que Marruecos se ausentó de las dos votaciones celebradas en la Asamblea General de Naciones Unidas en las que se acordó condenar la agresión rusa contra Ucrania y la violación de los derechos humanos cometida por Rusia. En las dos ocasiones, ni siquiera se abstuvo, Marruecos no apareció en la Asamblea General, una cosa insólita. Argelia, por ejemplo, se abstuvo.

No ha debido de tener un coste para Marruecos el no haber estado del lado de países como Estados Unidos o la Unión Europea que sí condenaron la guerra, aunque se esperaba que un aliado de Occidente como es Marruecos lo hiciera.

–¿Marcó entonces distancia respecto a sus socios?

–No hay duda alguna. Marcó distancia y, de alguna manera, también lanzó un salvavidas a Putin. No aparecer en la votación supuso un posicionamiento. 

–¿Cree que a España le ha merecido la pena apoyar a Marruecos?

–Esto el algo que el tiempo dirá. Aún es pronto. Si ha merecido la pena, no es algo que haya quedado patente de forma inmediata, lo cual no cierra la puerta a que el paso del tiempo nos indique otra cosa.

–¿Podría evaluar cómo afecta esta crisis internacional a la provincia de Cádiz?

–Las autoridades argelinas han repetido que su conflicto no es con el pueblo español, pero claro, sus decisiones tienen consecuencias directas en personas, en empresas, en la actividad económica... Habría que preguntarle a los argelinos qué tipo de mensaje o gestos esperan de España para reconducir una relación que ahora mismo necesita mejorar mucho.

–Como decía usted al comienzo de la entrevista, regresar a un equilibrio.

–Hay que pasar a una lógica de juego de suma positiva que involucre a todos los países del Mediterráneo Occidental, volver a una dinámica de cooperación y de búsqueda de soluciones conjuntas  para los enormes problemas a los que se enfrentan todos los países, desde las dificultades socioeconómicas agravadas por la pandemia y por la guerra de Ucrania hasta el cambio climático en el Mediterráneo, que es una realidad. En definitiva, para reconstruir la confianza se requiere equilibrio y diálogo.

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