Va a hacer un año. El 10 de diciembre de 2010 Salvamento Marítimo avistó una embarcación tipo Zodiac con 32 personas a bordo en las inmediaciones de la isla de Alborán. Todos ellos eran inmigrantes que intentaban arribar a las costas españolas, entre los que se encontraban 4 menores, 9 mujeres y 19 varones. El protocolo habitual en estos casos se puso en marcha, pero algo falló. La embarcación de Salvamento se quedó sin propulsión y la Zodiac siguió a la deriva con las mujeres y los menores después que los hombres saltaran al mar en una zona de rompiente.

El Destacamento Naval de la Isla de Alborán activó el plan de actuación al conocer la situación, "un poco a la desesperada y sin equipos adecuados". La noticia saltó a todos los medios. En el trayecto nació la pequeña Happiness (Felicidad) que hoy sigue en España y mantiene el contacto con su salvador.

El sargento primero de la Armada, Carlos Javier Trujillo García, junto a los miembros del destacamento fue quien evacuó uno a uno a todos los inmigrantes. Un año después, en la Estación Naval de Puntales de Cádiz con la presencia del almirante jefe de Acción Marítima, Javier Franco Suances, se le ha concedido la Cruz del Mérito Naval con distintivo amarillo que, según el Reglamento General de Recompensas Militares, se otorga a aquellas personas que realizan acciones, hechos o servicios que entrañan grave riesgo y en los casos de lesiones graves o fallecimiento, como consecuencia de actos de servicio y siempre que impliquen una conducta meritoria.

Resulta curioso, "no pude ver nacer a mi hija pero tuve la oportunidad de coger a la hija recién parida de esta mujer en brazos", explica el propio Trujillo, "fue una noche impactante". En ese momento "se pasó miedo ", reconoce el suboficial, "pero si se tiene un poco de humanidad había que actuar". Carlos Javier Trujillo es gaditano, nació en la Barriada pero se ha criado en el barrio de la Viña. Piensa que "cualquier compañero hubiera hecho lo mismo" y este reconocimiento le parece "excesivo" aunque le resulta un "regocijo enorme". Aunque, declarándose creyente, piensa que "ahí hubo alguien más".

Al conocer las dimensiones del hecho, la familia del suboficial Trujillo respondió con emoción y, como explica su hermano Juan Manuel, "levantó lágrimas". Este reconocimiento "supone ratificar su forma de entender la vida, sobre todo al servicio de los demás por encima de su profesión y de su forma de ser", relata Juan Manuel Trujillo.

Frente a la felicidad de la madre de Happiness se encontraba el temor de otra madre en la distancia, Isabel García, madre del condecorado. "Fue un riesgo muy grande" , comenta, "como madre, egoístamente, ¿qué crees que pude pensar?". Es una situación difícil, ver como un hijo pone en riesgo su vida, pero Isabel terminó por asumir que Carlos Javier "estaba cumpliendo una misión" que por su personalidad hubiera sido complicado evitar que se arriesgara.