Provincia de Cádiz

Olga Castor, sargento primero: "Desde pequeña tuve el propósito de ingresar en la Infantería de Marina"

La sargento primero Olga Castor  en el TEAR esta semana.

La sargento primero Olga Castor en el TEAR esta semana. / Sonia Ramos

La sargento primero Olga Castor, ingresó como soldado de Infantería de Marina en 2004. En 2005 llegó a la Brigada de Infantería de Marina (BRIMAR) en el TEAR, en 2008 ascendió a cabo y en 2012, una vez obtenido el empleo de sargento fue destinada al Tercio del Sur, primero como jefe de un Equipo Operativo de Seguridad (EOS), durante cinco años, y luego a cargo del adiestramiento y preparación de los tres EOS con los que cuenta el Tercio del Sur. Su flamante trayectoria no ha pasado desapercibida y ha recibido una mención en los premios 'Idoia Rodríguez', que destacan la labor y actuaciones para potenciar el papel de la mujer en las Fuerzas Armadas.

Desplegada en Bosnia, el Líbano o la misión Atalanta, esta suboficial nacida en Barcelona, está destinada ahora la Sección de Logística del Segundo Batallón de Desembarco del Tercio de Armada en San Fernando. "En esta nueva etapa de mi vida voy a poner el mismo esfuerzo y dedicación que en la anterior, sin duda", cuenta Castor, que es Licenciada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y fue jugadora en la primera Liga nacional de voleibol, jugadora de rugby profesional en la Copa de la Reina y posee el primer dan de judo. Ha sido merecedora de la concesión de diversas condecoraciones tanto nacionales como internacionales.

La sargento primero en los adiestramientos. La sargento primero en los adiestramientos.

La sargento primero en los adiestramientos. / Armada española

-¿Qué sensación tiene tras ser reconocida en los premios 'Idoia Rodríguez'?

-Lo más agradable del reconocimiento ha sido recibir la felicitación de muchos compañeros con los que he compartido destino a lo largo de mi carrera militar y con los que hacía tiempo que no tenía contacto. La felicitación de mandos, subordinados y compañeros de empleo es lo que más orgullosa me ha hecho sentir. Por lo demás sigo como siempre, cumpliendo con los deberes de mi destino, con esfuerzo y dedicación. Ha sido el reconocimiento a mucho esfuerzo, pero no sólo un reconocimiento a mí, sino a todas las personas con las que he trabajado a lo largo de mi carrera profesional en la Infantería de Marina.

-¿Cuál era su trabajo dentro de los Equipos Operativos de Seguridad del Tercio del Sur?

-Mi cometido y responsabilidad dentro de los Equipos Operativos de Seguridad (EOS) era  el adiestramiento integral de todos los componentes de la unidad, incluido el mío propio, naturalmente. Eso suponía tanto el adiestramiento físico como el de las diferentes capacidades que se necesita en un equipo de este tipo, que pueden ir desde el registro y detención de personal sospechoso a manejo de las diferentes armas individuales y colectivas pasando por técnicas de movimiento por interior de buques, primeros auxilios en combate, operaciones con embarcaciones rápidas o seguridad en instalaciones portuarias. Todo esto implicaba una concienzuda tarea de coordinación de las actividades de los tres Equipos Operativos de Seguridad del Tercio del Sur, que además de adiestrarse en las instalaciones de la unidad realizaban muchas colaboraciones con otras unidades de la Armada (buques, aeronaves) e incluso con buques civiles.

Castor durante un ejercicio con un fusil de tiro de precisión. Castor durante un ejercicio con un fusil de tiro de precisión.

Castor durante un ejercicio con un fusil de tiro de precisión. / Armada

-¿Era la única mujer en su equipo?

-En realidad era la única mujer de los tres Equipos Operativos de Seguridad del Tercio del Sur. Durante un tiempo hubo otra soldado en la unidad, pero cambió de destino y no entraron más. En los diferentes Equipos Operativos de Seguridad que tiene la Armada hay pocas mujeres. Durante los embarques en los buques de la Armada sí, no soy la única mujer a bordo ya que hay personal femenino tanto en la dotación del barco como el personal sanitario o la unidad aérea embarcada.

-¿Cómo se tomaban el mando de una mujer entre tanto hombre?

-No existe una diferenciación del trabajo por sexos en las Fuerzas Armadas. No se mira el sexo de la persona que manda sino el galón, el empleo militar de cada uno. El jefe manda, sea hombre o mujer. Yo hablo de mi experiencia tras diecisiete años en la Infantería de Marina. Nunca he vivido una situación negativa o he tenido un privilegio por el hecho ser mujer. A un mismo empleo militar se le exigen las mismas responsabilidades y se le paga el mismo sueldo. No existe diferencia alguna por el sexo de las personas.

-Pero hay aún pocas mujeres al mando, ¿cree que habrá más en puestos de responsabilidad en los próximos años?

-Ingresé en la Infantería de Marina en el año 2004. En esas fechas no había ni oficiales ni suboficiales femeninos en mi unidad; sólo había personal femenino entre la tropa. Ahora hay cada vez más mujeres en puestos de responsabilidad y con empleos militares más altos. Los ascensos por promoción interna, subiendo los diferentes escalones de la cadena de mando, llevan su tiempo pero acaban llegando.

-¿Por qué eligió entrar en las Fuerzas Armadas y la Infantería de Marina en concreto?

-Las Fuerzas Armadas en general, y la Infantería de Marina en particular, me habían gustado siempre. Desde pequeña tuve el propósito de ingresar en la Infantería de Marina y probar la experiencia. No obstante, decidí acabar primero mis estudios universitarios de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte antes de ingresar como soldado en la Escuela de Infantería de Marina General Albacete y Fuster de Cartagena (Murcia). Quería ingresar como soldado porque pienso que, para poder mandar, primero hay que ser mandado y quería pasar primero por diferentes empleos militares.

-¿Cuáles son las misiones en las que ha participado a lo largo de su carrera?

-Antes de pertenecer a los EOS del Tercio del Sur participé con el Primer Batallón de Desembarco del Tercio de Armada en dos misiones de la Fuerza de la Unión Europea (EUFOR, operación Althea), en Bosnia Herzegovina, en las bases de Mostar y Sarajevo (2005 y 2008). También con el Tercio de Armada fui casco azul de Naciones Unidas en el primer despliegue de tropas españolas en el Líbano, en el año 2006, con la Fuerza Expedicionaria de Infantería de Marina en Líbano (FIMEX-L). Con los Equipos Operativos de Seguridad del Tercio del Sur he participado dos veces, a bordo de buques de la Armada, en la operación de la Unión Europea de lucha contra la piratería en el océano Índico, la operación Atalanta.  

La sargento primero Olga Castor durante un adiestramiento. La sargento primero Olga Castor durante un adiestramiento.

La sargento primero Olga Castor durante un adiestramiento. / Armada española

- ¿Se queda con algún momento?

-Son tantas las vivencias que puedes llegar a tener durante los meses que pasas de misión que es difícil quedarse con uno en concreto. Además los escenarios pueden ser de lo más variado, desde África al Líbano pasando por Bosnia… cada uno tuvo sus momentos especiales tanto en lo personal como en lo profesional.

No hay duda de que la primera misión siempre te marca. La incertidumbre, la novedad, el respeto hacia un escenario desconocido que podría ser potencialmente hostil… son muchas cosas. La primera Bosnia, con el Primer Batallón de Desembarco, me enseñó los destrozos que podía llegar a causar una guerra, y no solo en lo material, que es lo más visible al principio, sino también con la forma de ver la vida y el ánimo de la gente de un país tras una experiencia muy traumática. Con los Equipos Operativos de Seguridad del Tercio del Sur y los buques de la Armada pudimos conocer muchos puertos de la costa oriental africana. Ahí realmente todo resultó diferente. Diferentes costumbres, diferentes paisajes, diferente forma de vida. Todos pudimos aprender mucho durante esas operaciones.

-Entiendo que es lo que más le gusta, las misiones.

-Lo que más me gusta de mi profesión son las misiones en el exterior. El adiestramiento previo a un despliegue es exigente y realista y te prepara para los cometidos que llevarás a cabo durante la misión. Una vez en zona de operaciones pones en práctica todo lo aprendido anteriormente, lo que ayuda a que la misión se realice correctamente. Como Infantes de Marina nos convertimos en representantes de España, lo que siempre es un orgullo. Además, y esto lo considero importante, conoces gentes y culturas muy diferentes, lo que siempre es muy enriquecedor.

-El reconocimiento habla de su progresión profesional, ¿cuáles son sus retos ahora en su carrera? ¿Dónde le gustaría llegar y estar en los próximos años?

-Como en el caso de los deportistas de élite, llega un momento en el que debes bajar un poco el ritmo -ya sea por edad, lesiones o cuestiones familiares- y buscar nuevos destinos y nuevos retos profesionales. Mis primeros dieciséis años en la Infantería de Marina han sido muy operativos e intensos, con misiones y embarques cada poco tiempo. La maternidad me ha llevado a centrarme más en la vida familiar, lo que lleva a ocupar puestos más administrativos. Los dos tipos de destinos son exigentes y demandantes, cada uno a su manera, y por supuesto muy gratificantes. En esta nueva etapa de mi vida voy a poner el mismo esfuerzo y dedicación que en la anterior, sin duda.

 

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