El año político en Jerez ha estado marcado por los Presupuestos y el Plan de Ajuste. El gobierno socialista de Mamen Sánchez, compuesto por sólo cinco delegados, ha mantenido una tensa relación con sus socios de investidura, Ganemos e Izquierda Unida. El primero de ellos, cinco actas en el pleno, llegó a pedir la dimisión de la alcaldesa poco después de que no se aprobara la readmisión de los despedidos en el ERE municipal de hace un lustro. Y cuando parecía que sus posturas eran irreconciliables de cara al nuevo Presupuesto municipal, Ganemos reculó y permitió su aprobación, evitando así la quiebra del teatro Villamarta y de la Empresa Municipal de Vivienda. La partida de ajedrez continúa este 2017. Ganemos e IU aseguran no confiar en el gobierno socialista y quieren caras nuevas. Sánchez se planta y si se va, responsabilizará a las formaciones a su izquierda de permitir la vuelta al poder del PP, el partido más votado en las municipales de 2015.