Tribunales

Prisión a una madre por prostituir a su hija desde que ésta tenía 8 años

  • La mujer, toxicómana y prostituta, ha sido condenada en firme a cinco años y nueve meses de cárcel

Fachada de la Audiencia Provincial de Cádiz, donde se celebró el acto de conformidad.

Fachada de la Audiencia Provincial de Cádiz, donde se celebró el acto de conformidad. / Julio González

La Audiencia de Cádiz ha condenado a una vecina de la comarca de La Janda a la pena aceptada de cinco años y nueve meses de prisión por prostituir a su hija desde que ésta tenía ocho años y hasta que cumplió los trece.

La mujer, toxicómana y prostituta, ha evitado la celebración del juicio en el Palacio de Justicia gaditano tras admitir ser la autora de los hechos por los que venía siendo acusada. A partir de esta confesión, el tribunal de la Sección Cuarta ha dictado una sentencia condenatoria de conformidad y, por lo tanto, firme.

Para la Audiencia Provincial de Cádiz, esta mujer es autora de dos delitos, prostitución de menores y maltrato familiar habitual, y cooperadora de un tercer delito, abusos a menores.

Ha quedado probado así que madre e hija convivían en el mismo domicilio. En él, la ahora condenada, consumidora de drogas, ejercía la prostitución para sufragar su adicción. La niña, que contaba entonces con ocho años de edad, podía ver cómo acudían a la vivienda diversos hombres con los que su madre se iba al dormitorio y que al abandonar el inmueble, le entregaban ciertas cantidades de dinero.

La madre desvistió a su hija de 8 años para que un hombre abusara de ella

Además, la madre consumía droga en presencia de la menor y, en ocasiones, hacía que la pequeña la acompañase a comprar sustancias estupefacientes.

En fecha que no ha podido ser determinada pero en cualquier caso en el año 2005, la madre desvistió a su hija, entonces con ocho años, para que un hombre mayor de edad que no ha sido identificado abusara sexualmente de ella.

La situación en la que se encontraba la menor fue detectada en el año 2007 por los Servicios Sociales, que la enviaron a una residencia. Allí permanecía de lunes a viernes mientras que los fines de semana residía en casa de su abuela. En dicha residencia, la víctima exteriorizó conductas sexualizadas precoces para su edad, llegando incluso a comentar a sus compañeros que “era puta desde los ocho años”.

En abril de 2011, la menor abandonó la residencia y volvió a vivir con su madre. Ese mismo mes, cuando la chica tenía 13 años, durmió con clientes de su madre a cambio de dinero.

En mayo de 2011, ante la situación que estaba sufriendo, la víctima acudió a Servicios Sociales acompañada de la madre de un amigo. Por resolución de 9 de septiembre de 2011, la niña fue declarada en desamparo y la Entidad Pública de Protección de Menores asumió su tutela.

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