Desarrollo futuro del puerto de Cádiz

Un puerto que mira a 2021

  • El tren para La Cabezuela, la apuesta por los suelos de la extinta Delphi o el traslado de Concasa a la nueva terminal de contenedores imponen al puerto de Cádiz una prórroga a tres años vista

Recreación de la futura terminal de contenedores, una vez finalizada la segunda fase de la obra.

Recreación de la futura terminal de contenedores, una vez finalizada la segunda fase de la obra. / d.c. (Cádiz)

Al puerto de Cádiz nada le cae del cielo. El desarrollo portuario de los muelles gaditanos se enfrenta desde hace años a una continua gincana. Son pruebas que debe ir superando para lograr pasar a la siguiente fase en lucha continua contra los factores tanto internos como externos que podrían hacerle sucumbir en su lucha contra los grandes puertos, la sangrienta competencia de sus convecinos y la eterna batalla contra una Ley de Puertos que deja a los más pequeños en clara desventaja.

Ahora Cádiz mira a 2021. En su eterna lucha contra los elementos, se acerca a un 2019 con sus alforjas llenas de puntos negros y de enormes condicionantes e incertidumbres y con el claro convencimiento de que el puerto gaditano será más interesante de aquí a tres años.

Para los políticos y gestores de administraciones como lo es una autoridad portuaria es fácil dar la patada al balón por delante a la espera de un martes en el que un consejo de la Junta de Andalucía ponga fin al mandato de su presidente imponiendo o proponiendo, a su vez, un relevo para este ansiado sillón de Plaza de España. Pero ahora son los plazos los que ponen el punto de mira en ese 2021 en el que si a Cádiz le resultan los buenos augurios podría convertirse en un puerto con tren, con suelo, con negocio y afianzarse igualmente como un sector económico generador de empleo y riqueza.

La radiografía a día de hoy, a finales de 2018, dibujan un puerto plagado de mataduras. Sólo se salvarían de esa aparente radiografía de un moribundo los cruceros así como los tráficos de mercancías que llegan de la mano de La Cabezuela, una dársena portuaria no exenta de debilidades, aunque necesitada de una expansión que, de no llegar, podría hacerle morir de éxito.

Le faltan fortalezas, a la vez que le sobran oportunidades y debilidades. Su ubicación geoestratégica, a caballo entre tres continentes -Europa, África y América-, y, más concretamente, en el lugar en el que Hércules golpeó con su gigantesca maza dando así lugar al Estrecho de Gibraltar, la convierten en un punto crucial para las conexiones marítimas.

Esta situación en el mapa le ha favorecido de momento mínimamente. Esta geolocalización le ha favorecido tan sólo en algunos tráficos como son los cruceros o las rutas con Canarias, ahora en manos de Trasmediterránea.

Mientras tanto, muchos planes en el aire a la espera de una racha de buena suerte y a la espera de que la política y las distintas administraciones miren con estima a la Bahía de Cádiz. Mientras tanto, son muchos los frentes abiertos y muchos los sueños puestos en ese 2021.

Balearia rozó el travesaño

Las navieras Balearia y Fred Olsen jugaron al despiste haciéndose querer y echando a pelear al ring a los puertos de Huelva y Cádiz. Necesitaban unos muelles para, desde allí, establecer una ruta con Canarias bajo la nueva marca comercial Canary Bridge Seaways (CBS) que iba a ofrecer tres frecuencias semanales en ambos sentidos, con un servicio tanto para pasaje como para vehículos o para el transporte de carga. Era un plan muy apetecible para la Bahía de Cádiz que, en poco tiempo, quedó en gatillazo. Fue Huelva la que se llevó el gato al agua. Aún están en el aire las razones por las que Balearia optó por el puerto onubense. Los motivos oficiales están relacionados, según Balearia y Fred Olsen, con temas logísticos, aunque los oficiosos apuntan a una gran empresa que ha ejercido de lobby y ha puesto la pica donde quería esa nueva conexión.

Aquí, en Cádiz, Trasmediterránea ha respirado tranquila al ver que un potencial enemigo contra el que ya se bate en duelo en otros puertos españoles como Balearia y Fren Olsen pasaba de refilón por Cádiz.

No habrá tren en La Cabezuela hasta el 21

Llevan 20 años esperando y los empresarios del puerto de Cádiz tendrán que esperar tres más. Hay dinero gracias al reparto de euros que Puertos del Estado hará, gracias al tesón del ex presidente José Llorca, ahora también bien visto por su sucesora Ornella Chacón, de aquí a 2020. Quedan minucias en torno a algunas cuestiones técnicas en manos de Endesa y Telefónica que no son obstáculos en comparación con la lentitud de la burocracia. La Autoridad Portuaria de Blanco quiere empezar la obra el próximo verano, aunque sabe a ciencia cierta que el primer tren no saldrá de La Cabezuela hasta el 2021.

Mientras tanto queda el consuelo de la terminal de contenedores ferroviaria de Jerez que quedará en manos, sí o sí, de Concasa al ser la única empresa que se ha presentado al concurso para su gestión y explotación. Este tren sí será inminente y serán Renfe y la empresa Travelport las que garanticen el buen funcionamiento y la optimización de las tres salidas semanales de las que ya se habla.

La promesa de las descargas bajo techo

El único hilo que mantiene en pie el proyecto de que las descargas consideradas más nocivas para la salud de La Cabezuela se hagan bajo techo es el compromiso de José Luis Blanco, presidente de la APBC, con una plataforma vecinal de Río San Pedro. En su contra tiene al empresariado que opera en la dársena portuaria de Puerto Real que no cree que sus graneles sean el detonante de los problemas de salud que sufren los vecinos de la citada barriada, cuando son ellos, los operadores portuarios, los que tendrán que cargar con buena parte de los gastos que supondrá poner en pie este proyecto.

Concasa aguantará hasta el último momento

La empresa gaditana de contenedores tiene firmada la concesión de la actual terminal de carga del Reina Sofía hasta 2020 así que nada ni nadie le podrá obligar a trasladarse a la nueva zona ganada al mar mediante rellenos hasta inicios de 2021. La firma gaditana propiedad de la joven empresaria Diana Domecq ha cerrado la puerta en Huelva con sus anteriores socios de Yilport de la manera más elegante posible para así volcarse con el proyecto de la nueva terminal de Cádiz de manera exclusiva e intensiva. Pero antes, se prevé que, sin prisas, tendrá que esperar a ver cómo transcurren cuestiones tan vitales para el futuro de su inversión como la conexión ferroviaria de la nueva terminal, la puesta en funcionamiento del túnel de acceso al nuevo muelle o las decisiones empresariales que pueda ir tomando la empresa MSC que toca, cada vez con menos asiduidad, el puerto de Cádiz desde la puesta en funcionamiento de sus trenes Sevilla-Sines o Sevilla-Córdoba-Valencia.

Aletas, ahora Lógica, también en el aire

José Luis Blanco sigue esperando a que los administradores concursales que velan por los suelos de la extinta Delphi pongan sobre la mesa la misteriosa oferta privada que compite con las de la propia APBC y con otra apadrinada por la Junta de Andalucía. Las dos administraciones quieren incluir este suelo dentro de la oferta inmobiliaria de la futura Lógica.

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