A un año de las elecciones municipales

Otro pulso a doce meses vista

  • Los partidos empiezan a preparar con estrategias muy diferenciadas unas municipales que deben ratificar o variar la tendencia de las europeas

Nunca unas elecciones en las que votó tan poca gente habían tenido tanta repercusión. Este es el mérito que, para siempre, encerrará ya el escrutinio de las elecciones europeas celebradas el pasado 25 de marzo. Aunque apenas votó el 37% del censo electoral provincial, se ha vislumbrado un cambio de tendencia, eso es evidente, y el mejor ejemplo está en los muchos, millares de votos, que los dos partidos considerados grandes se han dejado por el camino, tanto en Cádiz como en el conjunto de España. Pero para disipar las dudas sobre si ha empezado o no el final del reinado del binomio PP/PSOE habrá que esperar, como mínimo, doce meses más, hasta que las urnas vuelvan a pronunciarse en las elecciones municipales que se celebrarán en la primavera de 2015, en un domingo aún no prefijado a elegir entre los meses de mayo y junio del próximo año.

Con estrategias, velocidades y objetivos muy diferentes la totalidad de las formaciones políticas, tanto las consagradas como las de nuevo cuño, han empezado a preparar las municipales de 2015 o, como mínimo, han empezado a plantearse el camino que tendrán que recorrer en estos doce meses para llegar a esa próxima cita electoral en las mejores condiciones posibles. Lo que sigue es un repaso a cómo fueron las elecciones municipales de 2011, qué se respira actualmente en las principales formaciones políticas de la provincia y cuáles son sus principales objetivos a doce meses vista. 

PASADO

 

Ni en el mejor de sus sueños podían imaginarse los dirigentes y militantes del PP provincial lo que les deparaba el escrutinio del 22 de mayo de 2011. Este partido político ya había ganado unas elecciones municipales en la provincia de Cádiz, las de 1995, pero fue por un margen estrechísimo, ya que la diferencia con el PSOE apenas llegó al 1%. No es que su victoria de hace ahora tres años fuera una sorpresa, porque era una obviedad que la crisis económica, que se encontraba entonces en todo su apogeo, iría en contra del PSOE, al ser el partido que entonces dirigía el país. Pero lo que sí fue una sorpresa fue las dimensiones de esa victoria electoral. Porque el PP ganó las municipales de 2011 en la provincia de Cádiz superando por primera vez la barrera de los 200.000 votos, reeditando la eterna mayoría absoluta de Teófila Martínez en la capital, logrando triunfos históricos en localidades de postín como Jerez, Algeciras, San Fernando o Chiclana y, sobre todo, desbancando al Partido Socialista de la Presidencia de la Diputación la friolera de 32 años después. Sus malos resultados en ciudades como La Línea o Sanlúcar no empañaron unos logros que se hicieron visibles en ese escrutinio pero que incluso se agrandarían aún más 20 días después, cuando se constituyeron las nuevas corporaciones municipales emanadas de las urnas y cuando se visualizó que el PP seguía siendo el rey de los pactos postelectorales, destacando ahí un acuerdo insólito con IU en la otrora fortaleza socialista de Alcalá de los Gazules.

La conclusión de esta invasión de gaviotas fue nítida: los 18 alcaldes del PP pasaron a gobernar al 70% de la población gaditana, un porcentaje que jamás alcanzó el PSOE ni cuando llegó a contabilizar una treintena de regidores en la provincia en la década de los ochenta.

Acostumbrado a ganar unas elecciones tras otra durante toda una década, el entonces secretario provincial del PSOE, Francisco González Cabaña, simbolizó en 2011 la cara de la derrota. El batacazo fue de tales dimensiones que los socialistas sólo ganaron con mayoría absoluta en nueve de los 44 municipios de la provincia. Y de las ocho localidades grandes, las que superan los 50.000 habitantes, este partido sólo pudo colocar su bandera la noche de las elecciones en Sanlúcar, aunque semanas después lograría sumar también La Línea.

Poco, muy poco bagaje para una formación política que, salvo en muy contadas ocasiones, había sido durante más de tres décadas el partido hegemónico en la provincia y que, para colmo, tenía que despedirse de su particular joya de la corona, esa Diputación de Cádiz que se había convertido, hasta esa noche, en su último bastión inexpugnable.

Del resto de formaciones políticas, más o menos lo esperado. Izquierda Unida (IU) se confirmaba como la tercera fuerza, mantenía sus fortalezas más emblemáticas y enjugaba su hundimiento de Puerto Real con su clara victoria en Medina Sidonia. Y los andalucistas, de nuevo unidos tras otra etapa de divorcio, compensaban su debacle de San Fernando con las alcaldías de Villamartín, Los Barrios y, sobre todo, la de Puerto Real, de la mano de Maribel Peinado. UPyD, el partido de Rosa Díez, se presentó en ocho ciudades, logró recopilar 11.000 votos pero fracasó en su intento de lograr al menos un concejal.

PRESENTE

 

Todos los partidos, en mayor o menor medida, han quedado aturdidos por los resultados de las elecciones europeas. Y todos tienen motivos para ilusionarse y para preocuparse. Pero los primeros que parecen haber puesto la proa ya hacia las municipales han sido el PP y Podemos. Los populares, por ejemplo, han revitalizado su trabajo interno y su presidente provincial, Antonio Sanz, ha anunciado ya que en el mes de julio estarán proclamados la inmensa mayoría de sus candidatos a alcaldes, aunque buena parte de este camino ya está andado habida cuenta de que los 18 regidores que tiene actualmente este partido volverán a ser de la partida dentro de doce meses. Y Podemos, que se erigió en la gran sorpresa de las europeas, está multiplicando sus asambleas locales (ellos prefieren utilizar el término de círculos) para sondear en qué localidades de la provincia se dan las condiciones más óptimas para formalizar sus candidaturas. De momento ya han decidido dar este paso en Cádiz capital.

Con más calma parecen haber encarado este largo proceso preelectoral otras fuerzas políticas como el PSOE e IU. Los primeros tienen por delante un mes y medio para elegir a su nueva dirección federal, un hecho que, unido al parón estival, retrasará al menos hasta septiembre la designación de sus primeros candidatos. Para más adelante aún, para finales de año, ha fijado la dirección de IU este proceso, ya que la prioridad interna de este partido ha pasado a ser la designación de la persona que será su candidato a la Presidencia de la Junta de Andalucía en unas elecciones autonómicas fijadas en principio para la primavera de 2016 pero sobre las que pesa siempre la sombra de un adelanto.

Otras siglas también siguen dando pasos. Es el caso del Partido Andalucista (PA), que fue la primera fuerza en iniciar el año pasado su proceso de designación de candidatos. Algeciras, Jerez, Cádiz o Barbate, entre otras localidades, saben ya quiénes serán los cabezas de lista andalucista, a los que habrá que sumar sus regidores de Puerto Real, Los Barrios y Villamartín. UPyD, que ha recibido algo de oxígeno en las europeas, y Ciudadanos, que ha aglutinado a formaciones independientes de Sanlúcar, El Puerto, San Fernando y Arcos, por ejemplo, están decididos a intentar dar alguna que otra sorpresa dentro de un año.    

FUTURO

 

Para el PP y para el PSOE  la esperanza pasa por recuperar la abstención. Ahí está la madre del cordero. Piensan los dirigentes provinciales de ambos partidos que eso de que el bipartidismo está sentenciado es algo que aún está por ver. Y para fortalecer este optimismo cada fuerza política se aferra a argumentos diferentes. La dirección provincial del PP que lidera Antonio Sanz considera que el objetivo que debe perseguir su partido en los próximos doce meses es recuperar a esos votantes que el pasado 25 de marzo optaron por quedarse en sus casas. “El grueso de nuestros votantes no ha optado por otras siglas sino que se han quedado en sus casas. Y eso nos da esperanzas para ilusionarnos. Es como cuando se produce un divorcio. Y en este caso hay más probabilidades de que se produzca un reencuentro porque la otra parte de la pareja no se ha ido con una tercera persona”, reflexiona de manera metafórica un líder de este partido.

Si ese reencuentro se produce de aquí a la primavera de 2015, y si la supuesta recuperación económica se traduce en estos meses en un crecimiento del empleo, desde el PP de Cádiz están convencidos de que podrán ganar las próximas elecciones municipales. De momento este partido no ve ninguna de sus alcaldías en claro peligro, exceptuando quizás la de Alcalá de los Gazules, ya que parece complicado que pueda reeditarse ese pacto PP-IU que tanto dio que hablar hace tres años. Los populares, eso sí, miran con cierto resquemor la situación actual en municipios como El Puerto o Chiclana, aunque confían en que sus alcaldes terminen saliendo victoriosos. Y en el polo contrario, este partido no disimula que, aparte de mantener la cuota de poder lograda en 2011, sus objetivos para 2015 son tres: Sanlúcar, La Línea y San Roque, las tres localidades más importantes de la provincia que cuentan con regidores socialistas.

La pérdida de 44.000 votos entre las europeas de 2009 y las de 2014 no han hecho mella, ni mucho menos, en el PSOE de Cádiz. Bien al contrario, la formación que lidera en la provincia Irene García se aferra al hecho de que en las elecciones celebradas hace dos semanas recuperaron su hegemonía en el territorio gaditano tras tres años de derrotas. Desde esta prisma, están convencidos de que la victoria en las municipales de 2015 volverá a ser suya y su objetivo primordial es clarísimo: recuperar el gobierno de la Diputación, bien en solitario o bien con el apoyo de Izquierda Unida. Y junto a este reto convive un sueño largamente perseguido sin éxito por los socialistas gaditanos: lograr arrebatar a Teófila Martínez la mayoría absoluta que mantiene en Cádiz capital desde hace ya 19 años. 

En los doce meses que restan hasta que las urnas vuelvan a tomar la palabra el camino del PSOE está claramente marcado: la idea es que el electorado visualice a un partido de izquierdas, nuevamente unido y garante del mantenimiento de los servicios públicos. Para los socialistas es más importante ahondar en estas ideas que iniciar ahora un baile de candidatos que, quién sabe, quizás pudiera resucitar disputas internas en determinadas localidades, léase Jerez, Chiclana o Algeciras, por ejemplo.

La opción de arrebatar poder al PP en las localidades más importantes de la provincia en colaboración con el PSOE es algo que, a priori, no disgusta a la dirección provincial de IU. Su coordinador en Cádiz, Manuel Cárdenas, no disimula que el reto de su partido para 2015 es, además de mantener sus ocho alcaldías actuales, crecer en ayuntamientos como los de Cádiz, Jerez, Algeciras, San Fernando, El Puerto... y, si es posible, alcanzando un papel decisorio hoy inexistente.

Convencidos de que pueden darle un bocado de considerables dimensiones al PSOE por la izquierda, pero con el resquemor de lo que le pueda quitar Podemos por detrás, los izquierdistas ven en 2015 el momento clave para dar ese salto cuantitativo que le convierta en el partido que acabe con el bipartidismo.

Esa es la meta que perseguirán igualmente otras formaciones como Podemos, UPyD, el PA, Ciudadanos, Vox, etc. Todos ellos intentarán en este largo año que queda por delante fortalecerse como alternativas al poder establecido. Y todos parten de una premisa que no debe olvidarse: tradicionalmente las municipales son las elecciones que más opciones han dado siempre a los partidos minoritarios porque son los comicios menos ideológicos. 

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