En las asociaciones gaditanas de ayuda al pueblo saharaui hay nerviosismo. El próximo lunes van a recuperar un programa de amplia tradición en la provincia de Cádiz, ‘Vacaciones en paz’, que no se ha podido celebrar en los dos últimos años a consecuencia de las limitaciones que impuso la pandemia

El lunes, a primera hora de la mañana, 25 pequeños de entre siete y ocho años aterrizarán en el aeropuerto de Sevilla, donde serán recogidos por la Federación Provincial ‘Al-Huriya’, que coordina el programa junto a varias asociaciones locales Cádiz, El Puerto, Puerto Real y Rota. La comitiva llegará al Puerto de Santa María, donde les esperarán las familias de acogida en el IES José Luis Tejada.

Esta iniciativa, que permite que niños procedentes de los campamentos de refugiados del Sáhara Occidental disfruten de unos meses en condiciones más dignas y humanas de las que encuentran en su día a día en una zona marcada por el conflicto, se retoma con algo de retraso. Según las asociaciones, “distintos problemas burocráticos” han acabado retrasando la llegada de los pequeños, que van a permanecer en Cádiz hasta principios del mes de septiembre, aunque aún no hay una fecha de regreso establecida.

Los menores proceden de los campamentos de refugiados ubicados en las proximidades de la ciudad argelina de Tindouf, una de las zonas más inhóspitas del desierto del Sáhara. Llegan, en la mayoría de casos, por cuestiones médicas, ya que aquí reciben atención médica y una alimentación variada y saludable. Del grupo de menores forman parte cuatro pequeños con alguna discapacidad, que recibirán la atención necesaria gracias a la colaboración de Afanas El Puerto, que se hará cargo de su acogimiento.

Además de apartar a los niños de las temperaturas extremas del desierto en verano, que pueden superar los 50 grados, el programa está pensado para que vivan experiencias lúdicas y educativas inaccesibles en su lugar de origen, además de conocer el lenguaje y establecer vínculos afectivos con sus familias de acogida y otros niños. Serán, además, embajadores de la paz, una manera de potenciar los lazos históricos que unen al pueblo saharaui y al español, y la cara visible de un conflicto enquistado desde hace más de cuatro décadas y que vuelve a estar de actualidad tras el cambio de postura del Gobierno español con respecto a la autonomía del Sáhara Occidental. Este proyecto solidario lleva realizándose más de cuatro décadas, prácticamente desde el inicio del conflicto armado saharaui-marroquí.