Provincia de Cádiz

Un soplo de aire fresco para el barrio

  • Las ideas de cuatro jóvenes gaditanos triunfan en el concurso 'Think Big', organizado por la Fundación Telefónica Algunos de los proyectos presentados ya se encuentran en marcha

Son aún demasiado jóvenes, pero tienen las cosas bastante claras. Como se suele decir, saben dónde están de pie y sus ideas vienen pisando fuerte. Tanto es así, que están dispuestos a hacer lo que sea por ver cómo sus ideas salen a flote: "No nos dan miedo las dificultades. Pase lo que pase vamos a sacar nuestros proyectos delante", explican con rotundidad y confianza.

Según ellos mismos han explicado, son jóvenes muy inquietos que en cuanto se acuestan a dormir ya están pensando qué hacer al día siguiente. Por poner un ejemplo, a Pablo Estévez le gusta escribir relatos, mientras que Álvaro González participa como voluntario en su tiempo libre. Por otro lado, a Raúl Ocaña le gusta la música, al igual que Tamara Huerta, que toca el saxofón. En definitiva son jóvenes inquietos, con aspiraciones.

Ahora, gracias al concurso Think Big, estos cuatro gaditanos van a ver convertidos en realidad los proyectos que tantas veces habían ideado en sus cabezas. Este certamen, organizado por la Fundación Telefónica con el apoyo de Movistar, tiene como objetivos fomentar y desarrollar proyectos ideados por jóvenes de entre 15 y 25 años que contribuyan a mejorar su barrio y su entorno.

Por el momento, la primera edición de esta iniciativa, que se celebró el año pasado, tuvo un gran éxito y aceptación, por lo que este año se ha llevado a cabo una segunda convocatoria en la que se han recibido más de 1.300 ideas procedentes de toda España y 40 del extranjero. De este total, 300 proyectos han sido elegidos para llevarse a cabo, de los cuales cuatro pertenecen a estos jóvenes gaditanos. "Cuando me enteré que me habían seleccionado no me lo podía creer", explica Raúl Ocaña, quien no se enteró de la buena noticia hasta altas horas de la madrugada. "Me pasé todo el día mirando la bandeja de entrada del correo, pero no llegaba nada. Por la noche, ya tarde, me dio por mirar en el correo no deseado, y vi el mensaje. Monté un jaleo que desperté a toda la casa".

Y es que tanto Raúl como el resto de sus compañeros se sorprendieron al enterarse de la noticia, ya que no esperaban que sus ideas pudieran ser tenidas en cuenta: "Cuando llegamos al encuentro en Sevilla que tuvimos todos los participantes andaluces elegidos, vimos que éramos los más pequeños y que nos enfrentábamos a muchos candidatos que eran universitarios", continúa explicando Raúl, de 17 años.

Con él también coinciden sus compañeros. De ellos cuatro, Álvaro González, que tiene 20 años, es el mayor . Mientras que Tamara Huertas, al igual que Pablo, ambos de 16 años, casi rozan la edad mínima para poder presentarse al concurso. "Había mucha gente mayor, con proyectos fin de carrera desarrollados y con las ideas muy claras. Nosotros al fin y al cabo somos niños, que nos quedamos en pañales al lado de gente muy profesional", añadía Pablo.

Pero una vez que ya se han superado las primeras impresiones -que como ya se sabe siempre engañan-, la cosa comienza a marchar y los proyectos empiezan a ser una realidad. Ahora, tras la una primera selección, las ideas de estos cuatro gaditanos se encuentran en la primera fase del concurso, la cual está destinada a la preparación y puesta en marcha de las propuestas.

Para esta misión, la Fundación Telefónica ha organizado distintas actividades de apoyo a los ganadores, como por ejemplo los talleres presenciales. El objetivo de estos encuentros, que se realizan a nivel autonómico, no es otro que reunir a todas las ideas ganadoras para que los participantes se conozcan entre ellos. En el caso de Andalucía, los 45 proyectos ganadores se reunieron el pasado mes de junio en Sevilla. Igualmente, en estos encuentros, la Fundación asigna un mentor a cada proyecto, quien ayudará a los jóvenes durante todo el desarrollo de la idea.

Ahora, a estos cuatro gaditanos tan sólo les queda poner en funcionamiento sus propuestas. Para ello, los ganadores tendrán un periodo de seis meses y una ayuda económica por parte de la Fundación de 400 euros. En el caso en que la idea consiga despegar y tenga éxito, el proyecto pasará a una segunda fase. En este caso, la ayuda económica ascendería hasta 3.000 euros.

En el caso de estos jóvenes, los cuatro proyectos se encuentran en la primera fase. De todos ellos, el que más adelantado está es el de Raúl Ocaña. Su proyecto, titulado Jóvenes Artistas, ya se ha concretado en una organización llamada Asociación Juvenil fotográfica y audiovisual de San Roque. "Ya he realizado un escrito pidiendo al Ayuntamiento un local en el que nos podamos reunir, pero estoy a la espera de una respuesta", dijo.

Pablo Estévez , por otro lado, lo tiene ya todo casi a punto para poner en marcha su proyecto llamado Mi barrio: Evolucionar sin olvidar: "Ya tengo preparado el diseño de los carteles para comenzar cuanto antes a anunciar el proyecto y que la gente se comience a apuntar".

Por su parte, Álvaro González, con su proyecto Summer Entertainment Paradise , está deseando poder comprar ya el material que le permita llevar a cabo y organizar actividades al aire libre.

Por último Tamara Huertas, ha decidido usar por el momento las instalaciones del colegio La Salle de Jerez, donde ella estudió.

Sin duda alguna, y pesar de la inseguridad que sintieron en el primer momento, los cuatros tienen muy claro el futuro de sus proyectos. Estas ideas, que en un primer momento nacieron para llevarse a cabo en sus barrios, pueden crecer y ampliarse a niveles locales y provinciales. En este sentido, los cuatro tienen muy claro que sus proyectos van a pasar a la segunda fase, aunque quizás, los de Álvaro y Raúl sean los más ambiciosos: "Lo ideal es que mi propuesta funcione a nivel provincial", explica Álvaro. "Mi idea está muy relacionada con la naturaleza, y para ello Cádiz tiene unos paisajes envidiables", añade este isleño que acaba de terminar bachillerato. Por su parte, Raúl, que vive en San Roque, imagina su pequeño proyecto a nivel comarcal ampliado a todo el Campo de Gibraltar.

Son mentes inquietas, que no paran ni un momento. "Si no tengo algo entre manos, me aburro", explica Pablo, quien está aprendiendo chino por su cuenta. Al finalizar la entrevista, los cuatro intercambian ente ellos sus números de teléfonos "para poder quedar y estar en contacto". Quién sabe si dentro de poco no surgirá otro proyecto común ideado por estas cuatro mentes pensantes.

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