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La tercera vía de las ferias

  • Feriantes y hosteleros del gremio ven en la celebración de los eventos sin casetas, similares al de Sevilla, una opción para este año

  • El sector vive una segunda vuelta en la que muchos han quedado por el camino

Atracciones en la Feria del Carmen de hace dos años en San Fernando.

Atracciones en la Feria del Carmen de hace dos años en San Fernando. / Román Ríos

La Parábola del Pavo Inductivista. Todas las mañanas, a las nueve en punto, los granjeros acudían a alimentar al Pavo Inductivista. Haciendo honor a su nombre, Pavo Inductivista llegó a la conclusión de que, sucediera lo que sucediera, mientras el sol saliera por el horizonte, él iba a tener su comida. Así que, todos los días, se levantaba feliz a desayunar. Hasta que, por supuesto, llegó el día de Navidad.

Durante este último año, todos hemos vivido lo que experimentó el pavo del que hablaba el filósofo Bertrand Russell. Pase lo que pase, siempre habrá amigos, siempre habrá barras, siempre habrá luces y celebración. Pues sí, exacto. No. Nos llegó, por decir, el día de Navidad. De todas las fiestas cercenadas, la que guillotina de modo directo las formas de ganarse la vida es la supresión de las ferias. Esta semana hace un año desde la anulación de la primera de las ferias de la provincia, la de Vejer, que nos pilló a todos encerrados. Este año, la localidad jandeña se queda también sin celebración, aunque la Asociación de Feriantes de Andalucía había realizado una prueba instalando atracciones y puestos esta Semana Santa en el puerto de Barbate. Son varias la localidades en la provincia que han anunciado ya la suspensión de sus ferias: Castellar acaba de hacer oficial que no celebrará su romería, anuncio que se une en el Campo de Gibraltar al de las ferias de Algeciras, La Línea y Los Barrios.

La plataforma de feriantes está en conversaciones con distintos ayuntamientos gaditanos para poder llevar a cabo lo que denominan 'eventos': una tercera vía ante la imposibilidad de celebrar ferias tradicionales. Es la opción que se ha escogido, por ejemplo, para suplir a la emblemática Feria de Sevilla. Situado en la calle del Infierno, el Vive Park tiene capacidad para acoger a 9200 personas y permanecerá abierto hasta el 25 de abril. Cuenta con atracciones –la mitad de las habituales– y puestos de restauración pero, por supuesto, no hay casetas. A abrazarse, a casa.

Jerez, que se encuentra entre los ayuntamientos consultados por la asociación, “está valorando la opción”, y los feriantes confían en que durante el mes de mayo más consistorios “se unan a la propuesta”, afirma el representante de la asociación en Cádiz, Francisco Jiménez. El sector ve en la posibilidad una válvula de oxígeno ante un año que les ha sido, como es de suponer, catastrófico. A la ausencia de ingresos directos por imperativo mayor, se ha unido la inoportunidad del momento. Tanto feriantes como hosteleros del gremio se dan de alta por temporada: es decir, inician actividad alrededor de Semana Santa y la suelen cerrar en octubre, “tras la celebración de la última feria en Andalucía, la de Jaén”, comenta José David Martín, presidente de la Asociación Andaluza de Empresarios de Hostelería de Feria.

La declaración del Estado de Alarma a mediados de marzo de 2020 les impidió a la mayoría darse de alta, por lo que no pudieron luego acceder a las ayudas para autónomos. Tampoco podían alegar cese de actividad. “Y es el banco el que decide dar un préstamo ICO –continúa Martín–, así que algunos no han cogido ni eso”. La única opción, señalaban ambos representantes del sector, sería crear una red de ayudas directas, pero ninguna administración, afirman, se ha mostrado receptiva. El colectivo de feriantes redactó un manifiesto en el que se recogían una serie de medidas para paliar el desplome del gremio. Entre ellas, el aplazamiento inmediato de pago de impuestos (sin intereses) hasta doce meses después de la entrada en la normalidad, líneas de crédito específicas, la suspensión de la cuota de autónomo o la inclusión de todos los trabajadores que pudieran acreditar su pertenencia al sector en la solicitud de ayudas por cuenta propia, aunque en ese momento no se encontraran dados de alta en RETA.

José David Martín: "Se volverá al concepto de feria antigua, de casetas familiares"

Los portavoces describen una situación angustiosa. La Asociación Andaluza de Hosteleros de Feria representa a un total de 98 empresarios procedentes, sobre todo, de las provincias de Sevilla, Cádiz y Huelva, que acumulan ya veinte meses sin trabajar. Si alguien tenía una segunda vivienda, la ha vendido. Quien tenía ahorros, los ha fundido. “Muchos se están dando de baja porque no pueden seguir pagando la hipoteca de las naves, vehículos y demás. Otros se están reinventado”, comenta Martín, que precisamente acaba de inaugurar un bar. Esta opción, la de recolocarse en un negocio de hostelería convencional, es la elegida por la mayor parte de empresas del ramo que representa, aunque también los hay que se han ido a la obra o de temporeros, “esperando que esto pase y se pueda retomar la actividad”. En total, calcula que podrán perderse un 40% de las empresas del sector.

Respecto a los feriantes, de la audiencia que realizaron para retomar algún tipo de actividad este año, sólo pudieron acudir a hacer la prueba el 60%, señala Francisco Jiménez: “También porque es que te arriesgas mucho, tienes que activarlo todo con una incertidumbre absoluta”.

“Para nosotros – prosigue–, el principal problema es la inversión. Tenemos un negocio itinerante que es mucho más costoso de mantener que un negocio estable, ya que en este último el gasto principal en general lo has hecho al principio, de una vez. Nosotros necesitamos mucha infraestructura para poder movernos de una feria a otra, con gastos fijos de vehículos y herramientas, más allá de algunos aparatos”.

El escenario es tal que José David Martín piensa que el año que viene hay ferias que peligran por “falta de profesionales. Se volverá a un concepto de feria antigua, de una familia que monta su caseta –indica–. Llevar ahora ocho casetas, como hacemos, sería inviable: entre otras cosas, porque no hay personal”. Este año, a pesar de los pronósticos respecto al cada vez más acelerado ritmo de vacunación, no cree que se vaya a celebrar feria alguna: “Y, al que la haga, le va a costar dinero: la gente tiene mucho miedo”.

Por eso la posibilidad, insiste, pasa por montar eventos con restricciones, como el sevillano, “y darnos la opción de trabajar, que es lo que queremos, pero no en cualquier circunstancia y perdiendo más dinero”.

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