Diario De las artes

Arte Santander, la absoluta realidad de una Feria con mucho rigor

La Feria de Arte de Santander ha quedado como lo más atractivo que existe en la España artística después de los fastos que cada febrero se suceden en Madrid en lo que se da en IFEMA con ARCO y lo que ocurre fuera de los recintos del Campo de las Naciones. Esto lo llevamos constatando sin el menor género de dudas desde hace unos años. El proyecto de Feria que ideó Juan Riancho es atractivo de principio a fin y abre las perspectivas al trabajo de los buenos artistas que ven cómo sus ofertas pueden verse representadas, de forma individual, en un feria de prestigio. Así, cada galería presenta un proyecto de un artista. Los elegidos ocuparán los stands del Palacio de Exposiciones de Santander, allí frente al estadio donde juega el Rácing, uno de los históricos del fútbol español. El comité seleccionador ha sido Susana Blas, Beatriz Espejo, José Manuel Navacerrada, Emilio Navarro y Moisés Pérez de Albéniz., que han seleccionado algo más de cuarenta y tres galerías con artistas del más amplio espectro creativo que conforman un entramado abierto donde poco espacio queda para el aburrimiento, lo manido y adocenado ni para las vanas extravagancias a la búsqueda de miradas tontas e innecesarias.

Me gusta el formato de "Solo Projects", me gusta lo que se presenta y me gusta Santander. Por eso es un auténtico placer los tres días que estás en esta bella y elegantísima ciudad y que, además, te permite el gran lujo de dormir tapado en mitad del mes de julio; verdadero placer de dioses para los que el calor es un horror y los meses estivales algo que pasa demasiado despacio.

La Feria es acogedora, abarcable, sin exuberancias. Todo es sencillo; incluso quienes en otros lugares se travisten de falso divismo y se uniforman con impostados poses, en Santander se ven cercanos, asequibles, profesionales. Los stands son espaciosos y la nitidez aparece como nota de referencia.

Después de cruzar el mapa era justo y necesario empezar el recorrido por los proyectos de artistas andaluces presentados por algunas de nuestras galerías o presentes en otras de absoluta importancia. Así, dos autores granadinos, de esos todavía jóvenes que forman uno de los grupos más compactos y de mayor interés de los últimos tiempos, aquellos que salieron de las primeras promociones de la Facultad de Bellas Artes de Granada, deslumbran por la potencia de sus obras. Se trata de Jesús Zurita y Marina Vargas, presentes el primero en la galería Gema Llamazares de Gijón y la segunda en José López & Fer Francés de Madrid. Zurita, espléndido como siempre, ofrecía el proyecto "La noche cede", haciéndonos participar de ese paisaje hacia dentro, con vehementes fórmulas cromáticas que terminaban en unas exquisitas pinceladas trenzadas que surgen de la potencia visual de los azules y de os rojos. Marina Vargas, por su parte, seguía manteniendo ese interés por lo misterioso y esotérico que ocupa su actual trabajo. Unas cartas del tarot con una particularísima iconografía nos envolvían con su inquietante magia creativa.

La nómina de galerías andaluzas estaba compuesta por las sevillanas Rafael Ortiz y Espacio Olvera, así como por la de Javier Marín de Málaga y Yusto/Giner de Marbella. Fue para este que esto les escribe un auténtico placer volver a encontrarse con la obra de los años setenta de José María Báez. Fue un tiempo iniciático en lo artístico y, José María Báez uno de los autores que, por entonces, nos inundaba de modernidad. Rafael Ortiz, su agalerista de siempre, nos ofrecía obras de aquellos años, con un especial sentido de lo geométrico y de lo racional, que se complementaban estética y artísticamente con unos limpios campos de color de la mejor abstracción, obras de los años noventa que antecedían a la etapa más conceptual del Báez, donde introducía inquietantes citas y textos. El Espacio Olvera que dirigen Óscar D. Olvera y Rubén Fernández y que tanta proyección están dando al arte más nuevo ofrecía el proyecto de Arturo Comas "Sobre todas las cosas. En él nos encontramos un canto al absurdo. Imágenes de escenas imposibles que, posibilitan, no obstante, una realidad mediata donde la ironía y el guiño doble juegan un papel importante. Es muy significativa la presencia en la Feria del malagueño Javier Marín, de la Galería JM; su trabajo apasionado y apasionante y su dedicación merecen toda recompensa. Su apuesta abierta por los artistas jóvenes y por aquellos otros que plantean una incondicional decantación hacia el arte nuevo vuelve a tener un reconocimiento. Si en la edición anterior fue esa escultura de imposibles posibles que llevaban la pareja Alegría y Piñero, para esta edición es la propuesta de Ramón David Morales, con ese reduccionismo cromático que advierte una realidad sutilmente avocada, lo que ocupa su stand en la Feria. Su espléndido facistol colorista es toda una sabia consecuencia de todo cuanto decimos. Cuando el espectador sube la pequeña rampa interior que accede al amplio espacio donde se encuentran los stands expositivos se dan con una gran pieza de Ana Barriga, "Los Inadaptados", señalada con la información de haber sido adquirida por una importante Fundación. El resto de la obra de esta artista jerezana, en el espacio de la galería marbellí Yusto/Giner, nos sitúa en esa figuración canalla que rompe los esquemas y el hilo conductor de lo real, descontextualizando lo lineal y abriendo nuevas ofertas significativas que, además, la artista magnifica en un proceso lleno de intensidad creativa, osadía y frescura artística.

El conjunto de la Feria nos hace transitar por muchos aspectos de los que conforman ese multidisciplinar abanico de formas y conceptos del arte actual. Galerías de prestigio . Espacio Mínimo, Adora Calvo, Siboney, Juan Silió, La Caja Negra, Álvaro Alcázar, My name's Lolita, Carreras Múgica, Moisés Pérez de Albéniz, ATM, Guillermina Caicoya, entre otras - que aportaban, junto con las anteriormente citadas, rigurosidad a una Feria que desprendía mucha claridad y convencimiento hacia un Arte Contemporáneo que aquí se hacía infinitamente más cercano y asequible a la mayoría de las miradas. El recorrido detenido ofrecía encuentros tremendamente agradables con obras muy sugestivas que transcriben amplios desarrollos de un arte con infinitos perfiles. La galería Espacio Mínimo - cada año dando un paso más en lo mejor del Arte Contemporáneo - deslumbraba con obras de la portuguesa Ana Vidigal que indagan en el tiempo; concepto que también aborda Joan Fontcuberta en el stand del santanderino Juan Silió; de lo más sugestivo son las pinturas de arquitecturas urbanas de Illán Argüello en My Name's Lolita. Muy buenas las secuencias dibujísticas del onubense Manuel Antonio Domínguez en Ángeles Baños. La fuerza de la pintura abstracta la encontramos en la galería Siboney de Juan Riancho, con obras de absoluta contundencia formal - pastel sobre papel - de Vicky Uslé; asimismo atrapan la fuerza del grafito de Julio Blancas, en Artizar de La Laguna. Deleitan los papeles rasgados de Guillermo Mora en Moisés Pérez de Albéniz, buscando los espacios aéreos entre las capas de pintura. Y, así, una serie de artistas que proyectan entusiasmo a un arte que en la Feria de Santander encuentra un fácil, determinante y atractivo acomodo.

ArteSantander es una Feria totalmente consolidada en el panorama artístico nacional; una feria que se aparta de las extravagancias al uso y que aporta una dimensión seria y rigurosa a un Arte necesitado de los buenos planteamientos que, en la capital cántabra, encontramos. Lo que se cuenta de un Director de Centro de Arte Contemporáneo y una artista, nosotros no lo vivimos. En la Feria, indagamos y, o pasó desapercibido - estuvimos en el stand Francés, donde, al perecer tuvo el incidente y nadie le dio importancia - o fue un desenlace más del transcurrir de lo artístico. Sea como fuere nosotros buscaremos e informaremos. Mientras tanto, decir que ARTESANTANDER es todo un acontecimiento para seguir creyendo en el arte que se hace ahora y para siempre..

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