Cultura

Ager Ceretanus y poblamiento romano de la Campiña de Jerez (III)

La ciudad de la historia

EL siglo II d.C. es el gran siglo del Imperio romano. El momento más alto de su pujanza política y económica, y también el momento en el que el peso de las grandes familias de la Bética se hace notorio con el acceso de Trajano y Adriano al trono imperial. Hasta este momento (la dinastía de los Antoninos), Gades había monopolizado las grandes operaciones comerciales, pero ahora entran en juego otras familias de notables del interior del Valle del Guadalquivir, en torno a Italica y Corduba, que desarrollan una economía mercantil orientada hacia la exportación de aceite del interior de la Bética, como nos muestran los estratos de las grandes villas del Guadalquivir, que multiplican su producción en los siglos II -III.

Coincidiendo con este panorama, Avieno nos transmite el declive paralelo de Gades (Ora Maritina, 267). ¿Por qué? Sin duda porque el gran desarrollo urbano del siglo II d.C. ha impulsado a otras muchas ciudades costeras y del interior, que a su vez se mantendrían pujantes con la comercialización de productos por parte de las oligarquías urbanas que controlaban gran parte de sus agri. Y Gades contaba con una oligarquía que, como vimos, había adquirido tierras en su hinterland, entre ellas las del Ager Ceretanus. Es probable que el peso de las salazones de la costa cediera al del aceite del interior (que a fin de cuentas es predominante en el Testaccio de Roma), como también el que Gades tuviera que 'competir' con otros puertos impulsados desde época de los Antoninos, como Malaca y Murgi.

Pero existe otro elemento que acude a reforzar esta crisis: las incursiones de los mauri, sublevados en la Tingitana en tiempos de Antonino Pío (hacia 145 d.C.). Roma moviliza de inmediato algunas cohortes de hispanos para detenerles (recordaremos que en Gibalbín se encontró un diploma militar de la X cohorte pretoria fechado en 166, que puede estar relacionado con el nuevo papel defensivo del castellum). Luego, durante el reinado de Marco Aurelio, entre los años 172 a 175 los mauri realizan algunas incursiones en la Bética, que pudieron estar acompañadas de ataques en el mar y que afectaron al gran complejo portuario de Gades - Portus Gaditanus (Portus Menesthei), alcanzando también al estero de los Llanos de Caulina. Un contexto de inseguridad que se deja ver tanto en las fuentes escritas como en la arqueología a lo largo del siglo III, y que nos permite suponer cómo se acelera más el desarrollo del colonato , haciendo que muchos campesinos, no ya pobres, sino inseguros, buscaran el apoyo de los grandes propietarios que se habían consolidado en la región.

Está por ver si como parecen indicar algunas secuencias arqueológicas, estos acontecimientos paralizan la actividad agrícola y mercantil del Ager Ceretanus, porque en los yacimientos de El Cuervo observamos que la producción de Terra Sigillata clara salta del siglo II al siglo IV. Pero tenemos también otros indicios: la presencia de ánforas Keay 1 en el Ager Ceretanus indica una nueva realidad comercial que vincula este territorio con una producción de procedencia norteafricana del siglo III. Porque, efectivamente, el ascenso de la dinastía de los Severo, en este siglo, coincide en Hispania con una nueva orientación de la política económica. Por su origen africano, Septimio Severo impulsó el comercio de exportación de aceite de los latifundios africanos, premiando con ello a aquellos terratenientes que le habían apoyado en el ascenso al trono, al tiempo que confiscaba a otros que no lo hicieron (Historia Augusta. Vita Severi 23). Una gran parte de estas confiscaciones afectó a los olivares de la Bética, cuya producción es desde entonces controlada por el estado para abastecer a la anonna. Pero no parece que esto afectase profundamente al Ager Ceretanus, donde la producción de olivo no fue, precisamente, dominante. Otra cosa es que este territorio, parte de una provincia senatorial, sí se vio afectado por la política de reducción de poderes del Senado aplicada por los Severo, en un momento en el que el Estado precisa de más recursos ante las dificultades de una caja agotada por las guerras en las fronteras (Danubio, Oriente), y que hicieron aumentar los impuestos sobre la tierra, perjudicando tanto a los grandes como a los pequeños propietarios

La legislación de Severo Alejandro fomentó aun más el colonato. En el norte de África, se desarrollaron castella con colonos dependientes obligados a prestaciones annonarias para el Estado (CIL VIII, 8701).

Esta fuerte reestructuración del Estado sobrevive a los ataques de las primeras invasiones germanas de Hispania. Al menos la primera de estas invasiones, fechada entre 262 y 268, afecta a la costa de la Bética, en donde la arqueología detecta la destrucción de la mayor parte de las factorías de salazones, como puede seguirse en Baelo Claudia. El efecto más inmediato de estas invasiones será el éxodo masivo de población urbana que buscará protección en los grandes propietarios rurales, que a su vez se hacen más poderosos en cuanto que el Estado les necesita para abastecerse y facilita la extensión del colonato.

¿Podemos pensar también en algo similar en los territorios del Ager Ceretanus? Seguramente sí. Ahora encontramos un paisaje de fundi al tiempo que asistimos a la creación de un vicus, una organización de hábitat rural reunido en aldeas y que mantendría un castellum con funciones defensivas y administrativas en Gibalbín, y promovido como respuesta a las invasiones. Si volvemos sobre las villas que se ubican al pie de la sierra de Gibalbín encontramos una fuerte recuperación en el siglo IV (que puede corroborarse por la presencia de abundante sigillata clara D).

La administración imperial romana se ha perdido en el siglo V. Si el Itinerario de Antonino, de tiempos de los Severo, mostraba todavía una fuerte organización annonaria, el Anónimo de Rávena (que quiere ser una réplica administrativa en la época) es ya un documento caótico y desordenado. Una prueba de que el control real de la anonna se ha perdido tras el saqueo de Roma por Alarico en 410. Roma ve cómo al tiempo los vándalos cortan sus suministros al ocupar la Bética y la Tingitana.

Después de estos acontecimientos, el control efectivo de Roma ya no existe, pero lo que sí se constata, una vez más, en Haza de la Torre es la continuidad de un poblamiento rural que se perpetúa en el siglo VI, en época visigoda: es la continuidad entre el Bajo Imperio y las formas de explotación agraria de la Alta Edad Media, la continuidad entre el colonato y la encomienda que caracteriza la época visigoda, la progresiva desaparición del campesino libre. Un Ager Ceretanus transformado que será fundamento - como en otros muchos puntos - de las nuevas relaciones que presiden la vida cotidiana de las gentes de la Edad Media, y en un momento en el que podemos buscar - ahora sí - los antecedentes más próximos de lo que será Jerez de la Frontera: un poblamiento que resulta de un proceso de concentración de población dispersa del Ager Ceretanus y de otros núcleos urbanos de los alrededores que , como Hasta, han perdido sus funciones administrativas por los factores analizados.

Fco. Antonio García Romero

Eugenio J. Vega Geán

Centro de Estudios Históricos Jerezanos www.cehj.org

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