CINE

Angelina, la superespía en apuros

  • La carismática actriz encarna en 'Salt' a una agente de la CIA acusada de formar parte de un alta conspiración

A sus 35 años recién cumplidos, Angelina Jolie sigue su marcha imparable. Ha conseguido eso tan imposible en la industria de Hollywood que es quemar etapas saliendo indemne. Atrás quedó su época donde jugaba a la chica mala, mostrando sus tatuajes, con ambigüedades sexuales y dejando caer su afición al lado oscuro de la vida. Gran parte de este cambio lo ha conseguido con eso que gusta tanto a los programas del corazón. Unirse a otro sex symbol masculino como Brad Pitt y fundar con él una amplia familia. Eso le permitió pasar de las secciones más macarras de las revistas a la más nobles rehabilitándose socialmente.

Pero frente a las vanidades del mundo, lo importante es que Angelina Jolie ha consolidado una interesante carrera como actriz. Más allá de su intransferible físico, que la hace una de las favoritas de las búsquedas de internet, ha demostrado ser una actriz de amplios registros y polivalente. Lo mismo sirve para el cine más palomitero (Tomb Raider, 60 segundos, Amar peligrosamente, Sr. y Sra. Smith) o más comprometido (Un corazón invencible, El buen pastor, Inocencia interrumpida, que le valió un temprano Oscar). Así, diversos directores han confiado en ella por motivos muy distintos. También ganó dos Globos de Oro por sus trabajos en los telefilmes Gia y George Wallace. Esta mezcla de talento y atractivo personal la coloca en una posición única en la industria actual, que la trata con gran respeto. Sólo hay que pensar que Florian Von Donnersmarck, el director de la extraordinaria La vida de los otros, cuenta con ella para su próximo y esperado film, que ya se rueda en Venecia, a la vez que aumentan los rumores que puede ser la próxima Cleopatra cinematográfica.

Mientras, hoy viernes llega a nuestras carteleras su último film, Salt, que mezcla acción y drama. Lo dirige Philip Noyce, lo que puede ser una garantía. Precursor en los años 80 del desembarco australiano en Hollywood, descubridor de Nicole Kidman en el angustioso thriller Calma total, Noyce realizó en los 90 dos aceptables filmes de la saga de Jack Ryan, como fueron Juego de patriotas y Peligro inminente. El director parece haberse especializado en thrillers donde la narración y la psicología de los personajes juegan un papel y no solo la acción. Tal vez eso le convenía a la actriz, que querrá unir comercialidad con algo de mensaje. Y aquí tiene la oportunidad de demostrarlo, pues encarna a una superagente en apuros que debe demostrar su inocencia. Como compañeros de reparto, tiene a Liev Schreiber y Chiwetel Ejofor. Philip Noyce parece llevar en la sangre lo de las películas de espías, pues su padre ejerció tan peligroso oficio en la Segunda Guerra Mundial. Lo que sí es cierto es que Salt vuelve a los tiempos de la Guerra Fría, pues los rusos vuelven a ser los villanos de la función, dejando libre por unas horas a los terroristas como malvados oficiales de Hollywood.

Evelyn Salt es una prestigiosa agente de la CIA que tiene una nueva misión: interrogar a un espía ruso que ha desertado aduciendo que tiene una importante información. Esta resulta ser que se está preparando el asesinato del presidente de los Estados Unidos, y que hay un miembro de la CIA implicado. En pleno interrogatorio, suelta que ese infiltrado es la propia Salt. La agente, que conoce el paño, sabe que esa acusación la pone en el punto de mira, con lo que inicia una aparatosa huida con dos objetivos. Probar su inocencia y detener la conspiración contra el presidente.

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