Cultura

Arranque de curso

Un nuevo curso ha comenzado y como no podía ser menos la Página Clásica inicia su andadura, fiel a esa cita seguiremos en el empeño de ofrecer novedades discográficas y bibliográficas, pero más que eso nos gustaría que esta ventana estimulara otras maneras de expresar lo musical. Un amigo que nos lee por tierras de Valladolid nos comenta que a veces somos demasiado correctos, en pocas palabras, que deberíamos mojarnos más. Asimismo, otro lector de la Página Clásica de la provincia de Granada se nos quejaba de que algunos eventos veraniegos que se dan por esas tierras, como es el caso del Parapanda Folk, no salieran en esta ventana de papel aun cuando nos hubieran enviado información. Sentimos que algunas propuestas escénicas habituales en verano no lleguen a tener eco en nuestra hoja musical de los miércoles, pero de junio a octubre los miembros de esta sección se toman un descanso para hacer otros proyectos. Ello explica por qué otros lectores se sorprenden de este inciso y nos sugieren ampliarla al período estival.

El número de ediciones tanto bibliográficas como discográficas ha descendido notablemente, instituciones y empresas privadas han echado el freno, lo poco que se ve son autoediciones sufragadas, como ya digo, por los propios autores, que en muchos casos se traduce en una pésima distribución de los mismos. Los festivales han recortado días y algunos incluso han desaparecido, lo que supone un gran perjuicio para los intérpretes que sobreviven como pueden.

Pero como el hambre agudiza el ingenio, están surgiendo unas interesantes propuestas de pequeño formato, experiencias que ya se vienen desarrollando en otros lugares de Europa con bastante éxito y que consisten en llevar a cabo un evento, musical o teatral, en un espacio escénico 'doméstico', una azotea, una sala grande de una casa, un jardín, donde se reúnen un grupo de amigos que contribuyen con un aportación económica para los intérpretes. He decir que este tipo de encuentros son muy edificantes por la cercanía del músico o actor, el tratamiento que se imprime a las obras es quizás más introspectivo lo que permite a quienes participan del evento concebir esas aportaciones desde otra perspectiva. Lo cierto es que estamos asistiendo a una transformación de los hábitos culturales, ese cambio será especialmente duro para quienes viven de ello y para quienes han gustado de la cultura de los grandes fastos, pero no cabe duda que contaremos con novedosas y creativas propuestas que no estarán necesitadas de grandes públicos ni de amplios escenarios.

Manuel Naranjo Loreto

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