Cultura

"Bonald es un escritor total; pertenece a la estirpe cervantina"

  • Francisco García Morilla presenta en la Fundación un amplio estudio sobre parte de la narrativa del escritor jerezano

Primero como adolescente, luego como estudiante de Filología Hispánica, más tarde como maestro y ahora como un adulto hecho y derecho en la literatura, el doctor en Teoría de la Literatura por la Universidad de Sevilla Francisco García Morilla, ha vivido encantado por la obra de José Manuel Caballero Bonald. "El primer libro que leí de él, Dos días de septiembre, fue una revelación para mí. Es un escritor total", asegura Morilla. El fruto, la consecuencia de tanta fijación e interés por las letras de Bonald fue una tesis doctoral, de la que ha surgido la obra De memorias y ficciones. Las novelas de José Manuel Caballero Bonald (Alfar), que el autor presentó ayer en la Fundación que lleva el nombre del reciente Cervantes, y fue introducida por Esteban Torre. Un análisis de la narrativa de Bonald con el objetivo de exponer las claves de su teoría novelística de manera que permita a los lectores un mejor acceso a su mundo de ficción. "Es la literatura como aproximación crítica al conocimiento de la realidad a partir de las vivencias que la memoria recuerda", añade. De esta forma, Morilla convierte este libro en una especie de guía de lectura que acercar al público al Bonald escritor de Dos días de septiembre, Ágata ojo de gato y Campo de Agramante. Con ellas crea una "nueva realidad literaria que multiplica la capacidad textual de generar diversas posibilidades interpretativas", apunta el autor, que defiende "el placer lector que produce su narrativa y su poesía. Esa belleza verbal, sus formas, sus composiciones...".

A modo de ejemplo, Morilla señala que en Dos días de septiembre, "las exigencias testimoniales típicas de la novela socialrealista determinan que los vínculos entre los acontecimientos y la vida real sean más explícitos y directos, con lo que se percibe una pretendida contención imaginativa en la libre invención de la realidad". Por el contrario, el realismo de Ágata ojo de gato está conformado por una serie de sucesos prodigiosos que se desarrollan "en un escenario que escapa de los límites de lo verosímil y transcurre en el ámbito de lo mítico donde no es insólito lo extraordinario". Y, por último, en Campo de Agramante, se produce una síntesis de ambas versiones del realismo, "puesto que la presencia de los elementos increíbles sucede en un entorno habitual, con lo que se obtiene un efecto más intenso".

Como fan bonaldiano, ¿se alegraría usted entonces cuando el pasado año le concedieron al jerezano el Cervantes? "Hombre, claro, porque pienso que Bonald es de la estirpe cervantina, por desarrollar ese concepto de la verosimilitud. Creo que fue doblemente merecido por su obra y por esa vinculación a Cervantes".

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