Comedia, EE UU, 2011, 118 min. Dirección: Glen Ficarra, John Requa. Guión: Dan Fogelman. Intérpretes: Steve Carell, Ryan Gosling, Julianne Moore, Emma Stone. Fotografía: Andrew Dunn. Cines: Bahía de Cádiz, Bahía Mar, Ábaco San Fernando, Jerez Yelmo, Cinesa Los Barrios.

Tras 25 años de matrimonio Emily (Julianne Moore) le pide el divorcio a Cal (Steve Carell). Por sorpresa y sin ahorrarle los detalles de un por qué que resulta ser un quién y llamarse David (Kevin Bacon). Desde el principio -estupenda llegada del matrimonio recién quebrado a su casa con la conversación polifónica entre ellos, la canguro y sus hijos, cada cual hablando de lo suyo- se intuye un buen guión de comedia. El desarrollo lo confirma.

Tras la ruptura ella se entrega a la autocompasión justificativa (además de a pensarse si hacerlo también a David), él encuentra en un hortera ligón de barra (Ryan Gosling) un gurú sexual que lo guiará por su nueva vida de soltero y los hijos se enfrentan a sus propios problemas, además de al divorcio de sus padres. La riqueza del guión consiste en la suma de situaciones que corren en paralelo poniéndose, de vez en cuando, la zancadilla unas a otras. No sorprende saber que su autor, Dan Fogelman, procede de esa excelente fábrica de guiones que es Pixar.

Que los personajes cómicos más importantes -el gurú del ligue, la canguro y su jovencísimo enamorado, la hija y su amiga- sean secundarios es un hallazgo: funcionan como motores de situaciones bien explotadas posibilidades humorísticas. Si a ello se suman las estupendas tramas secundarias protagonizadas por Emma Stone y Liza Lapira de un lado, y por Marisa Tomei de otro, se obtiene un guión con una diversificación de situaciones rara de disfrutarse en los no muy buenos tiempos que corren para la comedia.

Un buen guión exige buenos intérpretes. Y esta película los tiene: todos, por breve que sea su intervención -caso de la estupenda pareja formada por John Carroll Lynch y Beth Littleford: los vecinos bienpensantes- perfilan a la perfección sus personajes. El dúo formado por Glenn Ficarra y John Recua se afirma, tras su buen debut con Philip Morris, ¡te quiero!, como una promesa para la comedia inteligente.