Ópera

Butterfly concentrada o todo el sentimiento de Puccini

  • Staff Ópera, integrada por un grupo de gaditanos, sobre todo de Sanlúcar y Jerez, desnuda el alma de Madama Butterfly sobre las tablas del Villamarta

Butterfly concentrada o todo el sentimiento de Puccini

Butterfly concentrada o todo el sentimiento de Puccini / Manuel Aranda

No es usual que el coliseo jerezano, el Teatro Villamarta, ofrezca la posibilidad de asistir a una representación de ópera un martes por la tarde, ya que la necesidad de rentabilizar las funciones obliga a que muchas se hagan en fin de semana.

En esta ocasión, la iniciativa de abrir sus puertas a mitad de semana, se debe al empuje de una joven empresa promotora de espectáculos de ópera: Staff Opera. Sus integrantes se esfuerzan por difundir y acercar la ópera al público que quiere iniciarse en el espectáculo teatral y musical por excelencia. Son todos gaditanos, sobre todo de Jerez y Sanlúcar, y tienen en común, la mayoría, el haber pasado por el coro del Villamarta en algún momento. Ahora han dado el salto del anonimato coral a las representaciones de ópera, encarnando a protagonistas del género. Y han conseguido el apoyo del Villamarta, que no es poco.

La Gheisa Cio-Cio-San es una reducción de Madama Butterfly, una de las más famosas óperas del genial Puccini y del repertorio operístico en general. Es una vuelta de tuerca a la obra que inmortalizaran grandísimas cantantes, como Renata Tebaldi, Maria Callas, Renata Socotto o Victoria de los Ángeles. La Gheisa Cio-Cio-San, que es el nombre japonés de la joven Madama Butterfly, es una obra que te llega directo al corazón, ya que prescinde de muchas partes del libreto, para centrarse casi exclusivamente en las que van derecho al alma. Es muy difícil no conmoverse viendo esta versión de Staff Ópera, que protagoniza estupendamente la soprano residente en Sanlúcar de Barrameda, Ana Troncoso.

Una imagen de la ópera. Una imagen de la ópera.

Una imagen de la ópera. / Manuel Aranda

Tuve la ocasión de ver el montaje en sus albores, a mediados de 2018, en un centro cultural sin apenas medios escénicos, y tengo que decir que la versión villamartina ha mejorado sustancialmente la de entonces, por varias razones. La primera de ellas, obviamente es el hecho de haber sido representada en un teatro que reúne las condiciones óptimas para la ópera, (entre otras, la posibilidad de contar con sobretítulos), lo cual hizo que el modesto, y prácticamente “Zen”, decorado de la obra, rindiera al cien por cien.

La segunda razón, es que se han introducido algunas modificaciones, que han redundado precisamente en favorecer la línea que persigue esta versión, que no es ni más ni menos que acercar al público, e iniciarlo en el fabuloso mundo de la ópera. Así, se han suprimido los diálogos de actores paralelos, que actuaban junto con los cantantes, por un narrador, que guía al espectador, aclarando los conceptos esenciales que pone sobre las tablas la obra de Puccini. Todo un acierto, que hace que el público se sumerja en la trama pucciniana. Y también se ha añadido algún que otro pasaje no incluido en la versión anterior, lo cual redondea la actual. La dirección escénica es responsabilidad de Chatono Contreras. Por último, pero muy importante, la Dirección musical y la interpretación del piano, único instrumento de esta versión, que estuvo a cargo de Tommaso Cogato, del que tengo que decir que condujo toda la partitura magistralmente, de principio a fin. Muy bien.

En lo canoro, decir que Ana Troncoso destacó por encima de todo el elenco, lo cual es cosa obligada en esta obra de Puccini, que parece escrita casi exclusivamente para el personaje femenino central que es Madama Butterfly. Pero además de destacar, lo hizo francamente bien, con suficiencia en la potencia de voz, con un control fenomenal del fiato, y con una afinación envidiable. Y añado que ha progresado en el terreno actoral, dando total credibilidad al personaje, en el que se mete de lleno. Excelente.

Junto a Cio-Cio-San, la mezzosoprano Inmaculada Salmoral, sanluqueña, encarnó el papel de la fiel Suzuki, criada de Butterfly, con amabilidad y gran soltura dramática.Pedro A. Gómez, tenor conocido en el Villamarta, y alumno de Joan Cabero, encarnó la figura del teniente Pinkerton, polo opuesto de Butterfly en lo que a sentimientos y principios se refiere, tuvo una correcta actuación, tanto en lo canoro, como en la parte dramática. Destacar por último las intervenciones del barítono Hilario Abad y de la mezzosoprano afincada en Jerez Mónica Padilla, que en los papeles de Sharpless y Kate respectivamente, arroparon el difícil y agotador papel de Cio-Cio-San en esta versión comprimida de la ópera original.

El público lo pasó bien, y agradeció con un merecido aplauso a los cantantes, a los que deseamos que sigan con éxito en su difícil tarea de difundir y acercar la ópera al público gaditano.

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