Trato y retrato

CARMONA Y FILOMENA, flor de jubileo

CARMONA  Y FILOMENA, FLOR DE JUBILEO

CARMONA Y FILOMENA, FLOR DE JUBILEO

De vez en cuando iba a ver el fútbol a un bar donde un señor muy serio, nada mas verme entrar por la puerta, me soltaba cabreadísimo un “¡Benítez, cabrón. joputa, madridista!” que me reconfortaba y me animaba a volver con mas frecuencia. Siempre que escuchaba a este señor me acordaba de Carmona – madridista acérrimo-, porque los mártires blancos tenemos en común la ojeriza de buena parte de los tascas jerezanos que, vaya usted a saber porqué, nos han salido catalinos. Creo que corría el año 79 u 80 de un siglo remoto, en Jerez los niños todavía iban al colegio con pantalones de peto, y las niñas gastaban un erotismo de braga ancha y cuadros escoceses. Yo hacía en la mili un curso de cabo con manual de la “Gloriosa Cruzada”, y Carmona volvía de Londres con una exposición de autobuses de dos pisos y cabinas telefónicas, de un rojo anticipado y anticipador. Digo creo, porque quizás confunda las fechas, las suyas, y José Antonio Carmona cubriera entonces para TVE la presentación en la Academia de San Dionisio, Pescadería Vieja, de una revista literaria de vida fugaz que tuve el dudoso honor de dirigir. José Antonio Carmona, que sigue gastando un aire engañoso de seminarista despistado y perpetuo, dice que se ha jubilado; cosa que los amigos no nos creemos ni muertos, dada la hiperactividad de niño malcriado por el cariño de las legiones que lo queremos. De hecho le ha dado tiempo y energía para echarse una amante con marchas y manillar que se llama Filomena , ya quisiéramos algunos. Desde que cobra la jubilación, este Carmona de nuestros dolores, atosiga a sus amigos en el puñetero “feisbu”, ha publicado un libro, hace cima con "Filomena" en Majarromaque, asesora en el tema del cine y el entertainment, se ha hecho amigo de los gatos y ha montado el “cinemaequi” a 100 metros del Villamarta. El día que pierda la sonrisa empezará a dar miedo.

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