Cultura

El Cid, Fandi y Benjamín Gómez resuelven la tarde en triunfo

  • Los tres matadores desorejaron los segundos toros de su lote en un festejo en el que el juego de los toros de Marcos Núñez estuvo condicionado por su blandura

Corrida de feria en San Fernando, pero de feria feria, esto es con su bullicio y alboroto, aunque pocos brillos y calidades, en un festejo que tuvo dos partes, parejas a a la presencia y juego de los toros de Marcos Núñez.

Y menos mal que se enderezó la cosa en la segunda mitad rompiendo en triunfo. En la primera hora la terna se fue sin trofeos ante unos toros que más que toreros requerían fisioterapeutas, dada su blandura. La lidia de estos tres primeros de cada lote discurrió entre los costalazos del ganado, que midió la arena isleña con insistencia, y eso que se les dosificó el monopuyazo y los espadas cuidaron de que aquello no fuera a peor, con el público protestando.

Por eso fue un festejo para apreciar y calibrar la disposición y entrega de la terna, más que para atesorar esos muletazos que el aficionado busca y no olvida. La segunda parte fue otra corrida, ya con toros con más músculo para aguantar la pelea, que en estas ferias hay que pegar un ciento de pases para armar una faena con eco, y sobre todo que los toros asusten, para que la cosa cobre relieve, porque si los animales, venga a caerse, dan pena, apaga y vámonos .

La corrida fue noblona, con la racita justa para cumplir y algún toro reponiendo hasta ocasionar problemas, como el segundo de Benjamín Gómez, pero en esas dificultades "se ven" los toreros y el isleño dio imagen de torero con sitio, sin dar la impresión de que torea poco, preparado y dispuesto hasta tal punto que no se quería ir de la cara del toro y alargó las faenas. De ahí los recados presidenciales -debidos al transcurso inexorable de los minutos- y tal vez la dificultad para finiquitar a su primero.

El Cid reaparecía tras la cogida y dio la impresión de que ha superado las lesiones. Ante su inválido y protestado primero puso empeño en darle importancia, pero poco había. Su segundo, que también se cayó, le dio la oportunidad de mostrar sus maneras andando muy bien con el toro y solventando la tarde sin problemas, como es de recibo en una figura que con un enemigo así, resuelve, aunque el toro no dio para más proezas.

El Fandi cuajó los dos tercios de banderillas que el público esperaba y aplaudió encantando. Tampoco tuvo mimbres en su derrengado primero, que además se quedaba corto y se le revolvía, aprietos que no llegaron a apurar al granadino, preparado para mucho más. En su segundo toreo de feria, con traca , desplantes y rodillazos en una labor que agradó mucho al público isleño.

Sí que se le vieron cosas a Benjamín, que toda la tarde puso mucho empeño en torear con el capote, parando, colocando y hasta intentando el quite en su primero. También blandeó ese tercero de la suelta, pero el isleño estuvo lo que se dice bien con el toro y de seguro hubiera tocado pelo si no llega a pinchar. Sus armas fueron la técnica y el eficaz manejo de la franela para cuidar al toro.

Con el sexto tampoco defraudó, solventando las dificultades, con muchas ganas de toro y una estocada que bastó. Con ese sitio y disposición, nos queda la impresión de que lo único que le hace falta es el cuajo profesional que da sumar fechas porque la base, nos pareció, la tiene muy sólida.

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