La guerra, vista tanto en tono de comedia como en forma de drama bélico, copó las pantallas del Festival de Venecia, donde el rey absoluto fue un George Clooney que, a su pesar, puso la nota frívola.

El actor estadounidense protagoniza The men who stare at goats (tráiler de la película) la comedia con la que debuta en la dirección su amigo Grant Heslov, más conocido como actor. Inspirada libremente en la novela homónima de Jon Ronson, en los títulos de crédito iniciales ya se advierte que la película es tan verídica como el espectador esté dispuesto a creer.

Clooney interpreta a un soldado con poderes paranormales que es reclutado en los años 80 por un veterano de la guerra de Vietnam (Jeff Bridges), que forma una nueva unidad experimental del Ejército basándose en la cultura hippie, las drogas, el yoga y el pacifismo. Un periodista (Ewan McGregor), que marcha a la guerra de Iraq por un desamor, investiga a este Ejército de la Nueva Tierra con capacidad para leer la mente del enemigo, atravesar paredes e incluso matar a una cabra tan sólo mirándola fijamente.

"Las partes más tontas son las que son verdad", aseguró Clooney en una rueda de prensa tan concurrida como ridícula, especialmente por el protagonismo que buscaban acaparar algunos periodistas preguntando al soltero de oro de Hollywood sobre los rumores de su presunta homosexualidad. Uno de ellos incluso se desnudó y se quedó tan sólo con su ropa interior, en la que se podía leer: "George, choose me" (George, elígeme).

Con soberana paciencia y una enorme sonrisa misteriosamente ultrabrillante, el actor toreó todas las preguntas al respecto y, por enésima vez, respondió que no sabe por qué todavía no se ha casado.

Al explicar por qué llevaba la mano vendada, el atractivo actor comentó que se había herido con la puerta de un coche porque se estaba volviendo estúpido con los años.

Clooney (Lexington, 1961) hizo gala así de ese sentido del humor que los hermanos Coen han sacado a relucir para la gran pantalla en películas como Crueldad intolerable o Quemar después de leer, y que Heslov también explota en esta película.

Con los años, a Clooney le llueven los guiones, pero con quien más a gusto trabaja es con sus amigos. Heslov fue su compañero cuando tomaba clases de actuación en los años 80. Participó en el guión de Buenas noches y buena suerte, dirigida por Clooney, a quien apoyará desde la producción en uno de sus próximos trabajos, A very private gentleman.

El actor regresa con esta comedia, que se presenta fuera de concurso, a los desiertos del Cercano Oriente, donde ya estuvo con Syriana y Tres reyes.