Cultura

Coixet abrirá la Berlinale con 'Nadie quiere la noche'

  • La catalana estrenará el 5 de febrero en la cita alemana su odisea épico-íntima en el Polo protagonizada por Juliette Binoche

Nadie quiere la noche (Nobody Wants the Night), la película dirigida por Isabel Coixet y protagonizada por Juliette Binoche, abrirá la Sección Oficial de la Berlinale el próximo 5 de febrero, según anunció ayer la dirección del festival de Berlín. "Me satisface tener ese filme en la apertura, que muestra un impresionante e intenso retrato de dos mujeres en una situación extrema", apuntó el director de la cita, Dieter Kosslick.

De producción hispano-búlgara-francesa, y con Gabriel Byrne y Rinko Kikuchi (ya presente en Mapa de los sonidos de Tokio) en el reparto, la cinta de la directora catalana -con guión de Miguel Barros- propone una historia de amor y aventuras en la que Binoche da vida a una mujer que a comienzos del siglo XX busca de Boston a Groenlandia a su marido, un explorador, para compartir con él el descubrimiento del Polo Norte. Fue rodada en paisajes nevados de Noruega, en un plató de Bulgaria y finalmente en Tenerife.

Con este nuevo trabajo Coixet regresará a un festival en el que ha presentado la mayoría de sus filmes (Mi vida sin mí y Elegy en la competición oficial, y Cosas que nunca te dije, Escuchando al juez Garzón y la colectiva Invisibles fuera de concurso), y de cuyo jurado formó parte en la edición de 2009. "Es un festival que me lo ha dado todo, que de alguna manera me ha legitimado como directora. Cuando yo había hecho Cosas que nunca te dije no es que a nadie le gustara, es que nadie la quería ver y todo el mundo me decía que estaba loca. El hecho de estar allí significó: bueno, existo", explicaba ayer la directora, que califica Nadie quere la noche como la película "más difícil" de su vida, una obra que, como "todas" las suyas, dice, se asienta sobre el "culto a la intimidad".

La catalana es consciente de la responsabilidad que implica inaugurar un festival tan prestigioso y mediático como es la Berlinale: "Te expones a que te den todos los palos del mundo", dice por un lado, aunque tiene otras ventajas, apunta: "Abrirlo significa que los del festival nos van a hacer una fiesta increíble y que la película tendrá más posibilidades de verse en todo el mundo". Por otro lado, siempre será mejor Berlín que Cannes, donde la realizadora no tuvo precisamente una buena experiencia, ya que su Mapa de los sonidos de Tokio recibió sonoros abucheos: "Cuando en un restaurante he discutido con alguien o he tenido un desengaño amoroso, yo no puedo volver a ese restaurante...".

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