NO creo que pueda haber una causa más noble a la que pueda prestar apoyo la fotografía. Como viene siendo tradicional cada año, Cedown saca a la venta un calendario para recordarnos durante los 365 días la increíble labor que realizan. Y como viene siendo tradicional cada mes viene representado por una fotografía, en la que los niños que forman parte del colectivo participan junto a algún famoso en la imagen.

Este año colaboran, junto a los dos fotógrafos anteriormente aludidos, Javier Cala y Miguel Quirós, otros dos también veteranos, Antonio Vargas y Luis García Amaya. Todos prestan su tiempo y sus conocimientos fotográficos a tan noble causa de forma desinteresada. Al igual que este año lo han hecho Juan y Medio, Miguel Perea, Ángel León, Mª José Santiago, David Fernández, Dani Pendín, Manuel Orta, Miguel Nández, Marina Heredia, Macarena de Jerez, José Quevedo “El Bolita” y Tomasito.

Pero no distraigamos el foco de donde están los verdaderos protagonistas del calendario, los niños y niñas pertenecientes a esta asociación que simbolizan mejor que nadie las ilusiones que este calendario quiere compartir. Ilusiones que contagian nada más acercarse a ellos, y si no échenle un vistazo al vídeo colgado en Youtube con el “making off”.

 Cuando todos o casi todos a diario vivimos en una carrera absurda hacia ninguna parte, persiguiendo objetivos o valores materiales y egoístas, la presencia de estos niños en las fotografías que cada mes ilustran el calendario vienen a recordarnos donde se encuentran las verdaderas metas de la vida, por las que si merece correr y pelear. Comprobar la magnífica labor que la asociación realiza para la educación, adaptación y superación de estas personas, sin duda, es la mejor enseñanza que estas imágenes pueden transmitir. Invitándonos, al comprar el calendario, a llevarnos algunos gramos de ilusión compartida. Compartida, con los fotógrafos que han querido transmitírnosla, con los famosos que han sido verdaderos privilegiados en esta historia. Ilusiones compartidas, con la asociación que ve cada día como consigue sus metas en la mejora de las condiciones de vida de estos niños, viendo así recompensado gran parte de sus esfuerzos.

Pero la verdadera ilusión que este calendario contiene, la verdadera ilusión que las fotografías transmiten, es la ilusión que estos niños irradian y contagian. No había mejor tít