Mortero Bastardo

Cuantificar el centro

Recuperar la utilidad del centro histórico es una de las asignaturas pendientes de esta ciudad. Pese a sus valiosos recursos históricos, arquitectónicos y paisajísticos, existen serios problemas en cuanto a su conservación y puesta en valor, y sobre todo, en relación a su funcionalidad. La zona extramuros, casi tan extensa como la interior, tiene una razonable vitalidad residencial y funciona medianamente bien, siendo pues el verdadero problema una gran parte de la ciudad intramuros, la delimitada por calle Francos, calle José Luis Díez/Arroyo, ronda del Caracol y calle Muro.

El pasado día 30 de abril se reunió la Cuarta Sesión de Trabajo de la Mesa del Plan Estratégico de Regeneración Integral del Centro Histórico, organizada por el Ayuntamiento. Comenzó la sesión con una presentación de un prolijo trabajo que sintetiza e integra la mayor parte de los datos existentes y trata de caracterizar el recinto intramuros. A través de unos gráficos muy elaborados, se nos expusieron una cantidad de datos que cuantifican distintas magnitudes del recinto intramuros, como el grado de ocupación, el deterioro de la edificación, la protección legal, los habitantes, los equipamientos de los que dispone, las distancias a los aparcamientos, el número de accesos, los propietarios, el potencial de población total y un largo etc. Algunos de estos números ya existían y se han recolectado de los sucesivos planeamientos, de los registros municipales y de otros trabajos; algunos son datos nuevos y por último faltan por recopilar los relativos a costes y precios. Estos datos están tratados para ser manejados con Sistemas de Información Geográfica (SIG), que permiten cruzarlos entre sí y representarlos gráficamente sobre planos, información que de otra forma permanecería abstracta en listados y tablas. La visualización sobre mapas permite obtener conclusiones más ágilmente.

Esta forma enfocar el recinto intramuros trasciende la visión del centro como si fuese sólo un gran espacio histórico a conservar. Actuar desde ese planteamiento, sin tener en cuenta que el centro es también un trozo de ciudad en el que hay que vivir, puede derivar en proyectos de momificación costosísimos e inviables. Sin embargo, pensar que el centro es una parte más de la ciudad (aunque con sus singularidades), en la que sus habitantes tienen que tener comodidades y servicios equivalentes al de otros barrios permitirá su regeneración efectiva, la que viene de la funcionalidad y la viabilidad económica.

Esta incipiente herramienta de diagnostico que se nos expuso el pasado miércoles, puede permitir saber qué le falta al centro para ser más atractivo a sus habitantes, actuales y futuros, más funcional, qué equipamientos son necesarios, qué viarios son importantes realmente, etc.

Pero sobre todo, en un contexto de falta de recursos económicos, estos datos manejados con el criterio adecuado permitirán priorizar las actuaciones de un modo racional y, en la medida de lo posible, certero.

Estanislao Cavanillas Capilla, arquitecto.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios