Cultura

Días y noches de pasión musical

  • Desde las últimas horas del viernes hasta la jornada diurna de ayer, el Primavera Trompetera se gana a un público que sabe disfrutar del imponente cartel

El sábado de festival comenzó en algún punto indeterminado de la madrugada en el que las energías dijeron basta a una mayoría que fue enfilando las acampadas y las salidas de vehículos del circuito. Para unos, desde las cuatro de la mañana, cuando Tomasito aún zapateaba el suelo del escenario con su flamenco-rock. Las emociones vividas en la primera jornada el Primavera Trompetera pasaban factura. Por la mañana, muchos recordaban momentos que pasarán a la historia musical de Jerez, como el espectacular concierto de Loquillo. Los más duros habían aguantado hasta la Jungla Band, que terminó a eso de las cinco de la mañana, o incluso a Holy Boyz, un grupo jerezano que le daba el relevo al sol. Cuando reinaba la mañana, la pequeña ciudad al Este de Jerez dormía. Con colas de hasta hora y media, los espectadores que se marcharon en autobús tuvieron que aguardar una espera que a esas horas se había hecho larga, pero resulta más que destacable y para aplaudir que no se habían desarrollado incidentes. Sacar a 25.000 personas de un recinto a las afueras se cumplió con creces.

Entre los grandes puntos a favor del desarrollo del Trompetera quedará la buena organización. Los espectáculos se sucedían uno tras otro en hora, con precisión suiza. La limpieza también fue un éxito. Ayuda, con respecto a otros festivales, que el suelo en el que transcurre es de asfalto y no de tierra o albero (véanse otras citas veraniegas del Sur de España). Los puestos de comida y de bebida no han parado de surtir a los asistentes sin que se hayan producido apenas colas. Y otro de los retos del Trompetera era la reunión en un mismo espacio de hasta tres conciertos a la vez, con la posibilidad de que se pisaran los sonidos. Pero no. El gran tamaño del circuito ha permitido que todos los grupos tuvieran la oportunidad de generar los climas musicales que nacían de sus notas.

No importaba que nos tocara a las cuatro, la hora es lo de menos, el ambiente fue increíble"Tras las actuaciones se formaron colas para volver a la ciudad pero no hubo incidentes

Uno de los que se llevó la sorpresa de encontrarse a un público bien animado y dispuesto a pasarlo bien fue el rapero sevillano 'Shotta', que abría las actuaciones de la tarde de sábado poco después de las cuatro. "Yo soy muy negativo y me creía que esto no iba a estar bien, pero después de quince o veinte minutos de actuación estaba todo lleno, ha sido increíble, 'hermano'. Un logro para la hora que teníamos, la hora no importa", decía al periodista tras su despliegue de rimas. 'Shotta' dio a conocer que su colaboración con el artista Juanito Makandé (que actuaría horas más tarde con El Canijo de Jerez) se fraguó en la primera edición del Trompetera. "Por entonces no era tan conocido, pero es un tío de palabra". Como este tipo de relaciones se establecen en un festival que favorece la comunión de artistas. "Siempre que me llamen estaré en los siguientes Primavera Trompetera, soy un currante, un trabajador".

Si la jornada del viernes fue increíble, la del sábado se superaba. El cansancio propio de estas maratonianas sesiones continuas de concierto apenas se sentía por entonces y la noche fue cayendo de forma armoniosa. Por delante quedaba una madrugada con grandes broches como 'Estricnina', los intergeneracionales cubanos 'Orishas' -una de las sorpresas del festival con su vuelta a las giras-, los jerezanos 'G.A.S. Drummer' o la Mala Rodríguez. "Este festival es increíble, viene todo tipo de grupos, están todos, hasta mi padre y mi madre", resumía Shotta con humor.

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