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Cultura

Dolores Santiago o el arte a los 95 años

  • La veterana ceramista expone en su municipio hasta el 13 de mayo. Dos de sus hijos la acompañan con esculturas y pinturas en la muestra colectiva 'Estirpe'

 Todo comenzó en Las Piletas. Con apenas nueve años, Dolores Santiago se reunía en esta playa de Sanlúcar con sus cinco hermanos, vecinos y otros niños para hacerse con algo de arcilla para crear figuras. Esta ceramista sanluqueña lo recuerda perfectamente a sus 95 años:“Había un promontorio enorme con una capa arcillosa gris muy pura. El mar hacía que se cayera a pedazos en la orilla y los cogíamos porque eran moldeables. Llegamos a hacer un belén de 80 piezas”. 

Óptica de profesión, con su establecimiento en la céntrica calle Ancha de la ciudad de la manzanilla, Dolores nunca tuvo todo el tiempo que hubiera deseado para dedicarse a esta actividad artística. Pero después de tantos años ha conseguido contar con “una especie de museíto” en su casa, situada arriba del negocio. Tiene jarras, “cacharros” y otras piezas “realizadas siempre con barro cocido”. Sin embargo, de lo que se siente más orgullosa es de su colección de obras que recrean los perfiles de pueblos y ciudades de Cádiz y otras provincias. La primera que hizo fue, por supuesto, de Sanlúcar. Un regalo en 1980 para una profesora suya que apreciaba mucho.  

Hace ya tres años que se vio obligada a dejar de elaborar nuevos trabajos:“Entonces aparecieron las goteras que sufrimos las personas mayores”, explica. Sin embargo, ha recobrado su ilusión creativa con Estirpe, la exposición colectiva que comparte con dos de sus cuatro hijos, María José y Pedro Gómez Santiago. 

La muestra, que permanecerá abierta en la Sala Tallafigo del Centro Cultural La Victoria de Sanlúcar hasta el 13 de mayo, contiene algunas de las mejores obras de Dolores, esculturas de María José y pinturas de Pedro. “La verdad es que no me esperaba esta oportunidad y me ha encantado, porque ha quedado muy bonita”, afirma satisfecha, recordando que a lo largo de su vida ha expuesto varias veces en Sanlúcar y otras ciudades como Cádiz, Sevilla e incluso Munich (Alemania), con algún que otro premio incluido.

Su hija María José es la única que se ha dedicado profesionalmente a este mundo. Licenciada en la Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría (Sevilla), esta escultora atesora una dilatada trayectoria que le ha llevado, por ejemplo, a ser autora de un buen número de obras que lucen plazas y otros espacios públicos de Sanlúcar. De sus manos salió, entre otros, el Monumento al Turismo que corona la glorieta del Paseo Marítimo más próxima precisamente a Las Piletas.

Su hijo Pedro vive la pintura como afición desde hace unos diez años, cuando empezó a librarse de su ocupación de óptico en la firma familiar. Utiliza la acuarela y sus cuadros de la exposición muestran atardeceres de las playas de Sanlúcar. 

“La idea de darle el nombre de Estirpe a esta exposición responde a la pretensión de reflejar que nuestra familia forma un tronco del que sale genéticamente la vocación artística, aunque, por supuesto, haya que trabajar mucho esta habilidad. Desde niño he vivido en casa el arte, porque mi madre ha sido siempre una artista, a pesar de que no tenía mucho tiempo por su trabajo. Mi padre también fue un enamorado del arte, pero como espectador, porque no era habilidoso”, relata Pedro. Su hermana sentencia que “la vena artística la tenemos de mi madre”.

La “estirpe” de la familia de  Dolores suma, junto a los cuatro hijos, once nietos y dos biznietos. “Todos tienen inquietudes artísticas en torno a la pintura y el modelado”, cuenta orgullosa la ceramista casi centenaria. 

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