Cultura

"Ensayamos en Berlín mientras nuestros amigos se matan entre sí"

  • Barenboim y los jóvenes músicos de la West-Eastern Divan ofrecen desde hoy en la capital alemana los dos conciertos que tenían previsto dar en Qatar y El Cairo

En los rostros del director musical argentino-israelí Daniel Barenboim y los jóvenes músicos de su orquesta West-Eastern Divan, que a lo largo de 2009 celebrará sus primeros diez años, se adivinaba ayer una grave preocupación. Mientras ellos ensayaban en Berlín para el concierto que ofrecerán esta noche, en su tierra no dejan de caer las bombas.

"Es muy difícil, pero nosotros seguimos", declaró Ramzi Aburedvan, un viola palestino de Ramallah, que "a los 14 años ya tiraba piedras a los tanques israelíes", según lo presentó Barenboim. "La música salvó su alma", agregó. La orquesta formada por más de 100 músicos de Israel, países árabes y España, tenía previstas actuaciones este fin de semana en Qatar y El Cairo. Sin embargo, según informó el pasado lunes la Ópera Estatal Unter den Linden de Berlín, de la que Barenboim es director musical, por motivos de seguridad y debido a la dramática situación en la Franja de Gaza, el argentino-israelí y su orquesta trasladaban sus dos actuaciones a la capital alemana.

Así, a partir de hoy lunes los músicos ofrecerán dos conciertos seguidos en la ciudad y el interés que se ha despertado es enorme. La Ópera Estatal Unter den Linden vendió todas sus entradas en sólo unas pocas horas. En el programa figuran la Quinta Sinfonía y la obertura de la ópera Leonora de Beethoven, junto a la Cuarta Sinfonía de Brahms. Después de Berlín, los miembros de la orquesta seguirán las estaciones previstas inicialmente en su gira: el 15 de enero en Moscú, 17 de enero en Viena y 18 de enero en Milán.

Son tiempos difíciles para las orquestas y todavía más para la West-Eastern Divan, con sede en Sevilla y fundada en 1999 por Barenboim y el teórico literario palestino Edward Said (1935-2003) para promover la convivencia pacífica y luchar contra la intolerancia a través de la música. "Nosotros estamos aquí y nuestros amigos se disparan unos a otros", lamentó ayer el violinista israelí Guy Braunstein, para el que la orquesta de Barenboim es "como una gran familia". "Nos peleamos, pero también estamos de acuerdo en lo que es aceptable y lo que no lo es", dijo.

"Está claro que no podemos mirar sin hacer nada cómo asesinan a los niños palestinos, pero tampoco cómo caen los cohetes en Sderot", indicó por su parte Nabil Abbud Ashkar, palestino nacido en Israel. Para Meirav Kadichevsky, oboe israelí, la orquesta es un ejemplo de conviviencia. "Los israelíes y los palestinos tienen que aprender a decir claro por qué están enfadados unos con otros", sólo entonces puede abrirse el camino al entendimiento, enfatizó.

De la misma opinión se mostró Barenboim. Para él, una solución militar no puede ser la llave del éxito en la pugna árabe-israelí. La alternativa no es el enfrentamiento, "sino el acercamiento". Se trata de un conflicto "humano" entre dos pueblos convencidos de tener que vivir en el mismo lugar, insistió.

"El conflicto sólo puede resolverse cuando todos los grupos de la región se sienten en una mesa", destacó el músico, para quien la entrada de potencias extranjeras, como Estados Unidos e Irán, es un duro obstáculo para lograr una solución pacífica y duradera en la región. Según Barenboim, "tenemos que entender que se trata de un conflicto local entre israelíes y palestinos en el que ambos reclaman el mismo trozo de tierra".

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