-¿Qué tiene el Festival de Jerez que no tienen los demás?
-Bastantes cosas. Da oportunidad a mucha gente joven que quizá no tiene tanto nombre para mostrar sus trabajos, y tiene también un abanico de grandes maestros para los alumnos que llama muchísimo la atención en todo el mundo.
-¿Con qué rincón de Jerez se queda de forma especial?
-No lo sé, conozco el centro y poco más, pero me quedo con sus calles y el ambiente que se respira. Tiene algo, quizá el sol, pero lo que sé es que es un gustazo pasear por sus calles y tomar algo en una terraza.
-¿Bailar pegados es bailar o prefiere mantener las distancias?
-Depende de con quién. Bailar pegados tiene su encanto. Hay gente con la que tienes más 'feeling' personal y escénico y por tanto me gusta compartir escenario con ellos, porque enriquece.
-¿Qué artista le 'pone' o le 'ponía'?
-Cada uno tiene algo. No puedo nombrar uno en concreto. Los maestros nos lo han dado todo y son la base, la madre de lo que vivimos y compartimos. De mi generación, mucha gente aporta su propia perspectiva.
-¿Qué palo le da más 'palo'?
-No le temo a ninguno. Me arriesgo con todos, porque me gusta meterme en la película de cada uno. Por alegrías, con la bata y el mantón; por soleá sacando jugo a su historia... Me suelo cansar pronto con lo que hago, por eso me gusta mucho cambiar.
-¿Cuál es el sitio más raro en el que ha actuado?
-He bailado en todo el mundo, pero no en sitios raros, ahora no me acuerdo al menos.
-¿Con quién se daría una 'pataíta', con Zapatero o con Rajoy?
-Con Zapatero. No me gustan los políticos, pero me decanto más por la izquierda.
-¿Le ha tenido que hacer la pelota a alguien para llegar a donde está o los políticos suelen ser gente sensible?
-No, n o, la pelota nunca. No sé si son sensibles, porque yo no como ni trabajo gracias a ellos, bailo por lo que soy, y espero no tener que hacer la pelota nunca a nadie. Yo no soy de dar pelotazos, llevo muchos años currando mucho.
-¿A quién o a qué le haría un desplante?
-Soy mamá y con los niños muero. Se lo haría a los que no ponen remedio para acabar con las injusticias que hay con ellos, con el hambre, la pobreza y la violencia.
-¿Hay algo que le dé 'jindama' en el flamenco actual?
-Cada vez que me subo en el escenario me cago, me da jindama realmente. Luego está la honradez de expresar en cada momento lo que tú eres.
-¿Qué disciplina elegiría si acudiese a una Olimpiada?
-Fondo no tengo, no sé, me habéis pillado en...
-¿El flamenco da para forrarse o para llenar la nevera?
-Depende de con quién hables. Están los que se forran, que son los menos, y los que no llegan ni a fin de mes. Yo estoy a la mitad. Vivo tranquila y me conformo con tener lo justo para poder decidir en cada momento qué hago y qué no, para no venderme y poder decidir.
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