Aquí sí hay un final feliz. Si en la anterior y primera novela de José Acevedo, 'Relatos para la tortura de un abandonado doméstico' (Carena), la cosa no acaba tan bien como uno espera, ahora, en su segunda obra, 'Carlos y alguien más' (Carena), la esperanza fluye sin cortarse. El sevillano afincado en Jerez continúa en la brecha literaria con este nuevo libro, "una novela contundente". Una historia escrita durante nueve meses de 2013, con más de 500 páginas, que afecta a quien la lee y a quien la ha escrito. "Me afecta por mi pasado, porque salen mis padres; me afecta por ciudades en las que he vivido como Huelva, Sevilla, Madrid, Cádiz, Chiclana, Bolonia... Y afecta por las historias que cuentan personas reales". Y es que el trasfondo de la novela es violencia de género, la vida real, situaciones que le llegan al autor por su empleo -es trabajador social-. Algo que relata Penélope y que Acevedo traslada al papel. "Es un homenaje a aquellas mujeres que luchan por salir adelante, y lo consiguen apoyadas en esas personas que las ayudan para abandonar esa tragedia anónima del maltrato", dice el escritor.

Pero 'Carlos y alguien más' también es un canto al amor, es el amor que pierden en un momento determinado José Antonio y Anabel. Un amor que marca la relación entre el narrador, Carlos, y "su fantástica y guapísima novia, Carla. La experiencia de uno sirve al otro para saber que en la vida hay cosas que debemos valorar. No sólo el día a día, sino las personas con las que estamos", precisa. Si en la obra de relatos no había lugar a la esperanza, aquí el amor sí es posible, "y puede influir mi estado anímico. Porque cuando yo escribo 'Relatos...' es una época de abandono, y en 'Carlos..,' no lo es. Aquí yo soy el pasado de José Antonio y el presente de Carlos".

En parte, una novela casi pornográfica, "sí hay más sexo que en la anterior, pero no es por modas. Son las relaciones entre dos personajes de 20 años, que piensan en salir por la noche, música, cine (el narrador es un cinéfilo) y sexo. Es importante porque marca la relación de ambas parejas, en décadas diferentes, una en los ochentas y la otra en la actualidad. Endulzo mucho lo de José Antonio y Anabel porque es una historia idealizada por mí, por cosas que me ocurrieron. Pero es ficción, porque la literatura es precisamente eso, ficción".

Acevedo, que asegura que escribe con una cámara, "porque tengo siempre una visión muy cinematográfica", aquí en esta segunda novela lo vuelve a hacer. "Describo casi sin sentimiento objetivamente lo que pasa, sin valorar, porque un cineasta no valora, plasma en imágenes. Que valore quien lo ve o lo lee. Yo solo creo". Y aunque han pasado doce años entre una obra y otra -porque la primera fue escrita en 2001 y publicada en 2013-, "la forma de escribir es la misma, es una manera peculiar de hacerlo. Reitero una y otra vez, párrafos sin un sólo punto... Eso son formas de escribir, es como me sale. Es mi estilo y no lo puedo cambiar. Porque mis fuentes están en la literatura francesa de los años 60-70, y algo me queda, pero trasladada a otra realidad. No escribo para nadie, sólo para mí".

Acevedo presentará 'Carlos y alguien más' el próximo 10 de septiembre, a las 19,30 horas, en el Centro Andaluz de Documentación del Flamenco (CADF), con la compañía del periodista Esteban Fernández. Una obra que ya ha pasado por Barcelona, Sevilla y Alicante, cuya portada ha realizado el prestigioso dibujante de Marvel Jesús Merino. "Sé que esta novela, 'Carlos...' no es fácil, es densa. Quiero que el lector llegue hasta el final porque el tema también asusta. Pero es la realidad y su ruido. Y a mí me gusta hacer mucho ruido. Aquí lo hago y lo seguiré haciendo".

Y como Acevedo necesita escribir, pues eso hace. Ahora está a la vista un libro de 49 relatos, 'Metamorfosis', del que ya se ha hecho hasta camisetas (tal como se ve en la imagen, como un hombre anuncio). Una obra ilustrada por Gonzalo. También tiene en concurso en Amazon el título 'Identidad o la importancia de ser uno mismo. (Una novela mi'arma)', con ilustraciones de Adrián Ruiz. Una obra sobre la estupidez humana. Dos trabajos que forman parte de la línea 'no seria', más juguetona de Acevedo. Un hombre que hace de las palabras su mundo, un planeta que busca compartir, haya o no amor.